Mark Zuckerberg ha dejado claro cuáles son los propósitos de Facebook para el próximo año: subsanar tres afecciones concretas de la red social que han demostrado tener consecuencias severas fuera del espacio digital. Son las inferencias en los procesos electorales, la propagación del discurso de odio y el control individual de la información. Escándalos como el de Cambridge Analytica han marcado un antes y un después en la historia de la plataforma y aun así Zuckerberg ha asegurado que se siente “orgulloso” de los avances que han conseguido.
“Somos una compañía muy distinta a la que eramos en 2016, e incluso hace un año”, ha escrito el fundador de Facebook en su perfil personal de la página. “Hemos alterado de manera sustancial nuestro ADN para centrarnos en prevenir daños en nuestros servicios”: asegura que hay más de 30.000 personas trabajando por mejorar la seguridad de los usuarios al usar la plataforma con un presupuesto de billones de dólares anuales. Eso no ha evitado que Zuckerberg haya tenido que responder ante el Parlamento británico y el Congreso de EEUU para dar cuenta de sus grietas.
Las nuevas herramientas y la dedicación de un mayor número de personas para solucionar estos problemas no asegura que se ponga freno a “cada actor perjudicial implicado y cada contenido inadecuado será eliminado”, dice en la publicación. Los problemas concretos que enumera Zuckerberg son de compleja solución y admite que “suponen un reto que no se soluciona solo en un año”. Es más, asegura que el problema con las inferencias electorales y el discurso de odio “nunca se podrán resolver del todo”.
A pesar de la multa elevada multa de Reino Unido (y la que podría estar en camino por parte de EEUU), Zuckerberg considera que ha cerrado el año con buenas perspectivas. “Estoy orgulloso del progreso que hemos hecho en 2018 y agradecido con las personas que han ayudado a hacerlo (...) Estoy centrado en continuar con estos avances en estos temas tan importantes al entrar en el nuevo año”. Su hoja de ruta está fijada.
Contra la influencia en las elecciones
Facebook fue consciente en todo momento que Cambridge Analytica había accedido de forma ilícita a la información de sus usuarios, que supuestamente se pudo llegar a utilizar para influir en procesos electorales como el Brexit o las presidenciales estadounidenses. A raíz de la investigación generada, la compañía quiso poner especial foco en la detección de cuentas falsas y campañas coordinadas para alterar estos procesos.
Zuckerberg lo mantiene como uno de los propósitos más importantes de cara al año que viene, mientras asegura que “millones” de cuentas falsas son retiradas de la circulación de la red. Para ello han conformado una nueva comisión investigadora que se dedica a estudiar las amenazas al sistema. La plataforma ha sido hackeada en numerosas ocasiones solo en 2018, dejando al descubierto información y fotografías de millones de usuarios.
Combatir la desinformación
Las fake news son la enemiga acérrima de la reputación de la red social. En parte, la inteligencia artificial las crea, y es con ella con las que Zuckerberg quiere eliminarlas. En su post, habla de sistemas que “identifican y retiran de manera automática contenido relacionado con terrorismo y discurso de odio” antes de que se vean y se viralicen.
Con News Feed, la plataforma de noticias que maneja, quiere contrarrestar la diseminación de noticias falsas, así como las publicaciones con tendencias sensacionalistas. “Hemos comenzado a elaborar informes de transparencia que avalan nuestra efectividad para eliminar contenido dañino”, ha escrito el directivo. Este año, acordaron una iniciativa junto al Gobierno de Francia para “combatir el discurso del odio en Internet”. No se pondrá en marcha hasta el primer semestre de 2019, a la par que varias medidas que la compañía había anunciado para 2018.
Proteger la información de los usuarios
Entre ellas, Clear History. En plena crisis tras la explosión del caso Cambridge Analytica, Facebook prometió a los usuarios una herramienta que les devolviese en cierto modo el control sobre cuánta información personal podía ser rastreada en internet y les permitiese eliminarla del sistema. De eso hace ya siete meses.
También pidieron a la gente que “revisara sus ajustes de privacidad”. “Para asegurarnos de que las personas tengan el control de su información, hemos cambiado la programación de la plataforma para reducir la cantidad de datos a los que puedan acceder las aplicaciones”, ha escrito Zuckerberg. Según ha dicho, estos cambios están dirigidos ha evitar un nuevo escándalo como el de Analytica. Lo cierto es que, si bien Facebook puede ofrecer una manera de controlar parcialmente la privacidad, no debe confundirse con una eliminación del historial de datos de sus propios servidores.
“Seguiremos brindando a las aplicaciones y a las páginas web datos analíticos globales; por ejemplo, podemos crear informes a partir de esta información para hablarles a los desarrolladores si sus aplicaciones son más populares entre hombres y mujeres de grupos de edades concretos”, ejemplificó el vicepresidente de Facebook, Erin Egan, en una conferencia este mismo año. Los datos de 2.000 millones de usuarios son demasiado preciados como para perder un mínimo de acceso a ellos.