Las armas de fuego 3D: ¿trozos de plástico 'DIY' o la desregulación del control armamentístico?
Cody Wilson tiene 30 años y es famoso en el mundo entero por partida doble. La primera vez que su nombre corrió como la pólvora en Internet fue hace cinco años, cuando el Gobierno de los EEUU le acusó de violar los controles federales para la exportación de armas. La segunda vez ha sido ahora, después de ganar la demanda que le ha tenido desde 2013 luchando contra los tribunales estadounidenses.
Willson diseñó Liberator, el primer arma de fuego pensada para fabricarse con una impresora 3D, con 25 años. Luego la imprimió y la disparó en un campo de tiro de Texas (EEUU). La prueba fue un éxito, así que cuando llegó a casa subió los planos a su página web, Defcad.com, para que así otros makers se animasen a descargar y subir este y otros bocetos de armas 3D. En los días siguientes Liberator se descargó más de 100.000 veces, convirtiéndose así en la primera pistola Do It Yourself (DIY- Hazlo tú mismo) de la Historia.
Una semana después, el Departamento de Estado de los EEUU contactó a Wilson exigiéndole apagar Defcad. De lo contrario, se las vería con la justicia. Aunque fue rápido tirando del cable, el gran número de descargas de Liberator le condenaba ya a pagar demandas multimillonarias por haber exportado armas. A los ojos del gobierno, Wilson había vendido armas de forma ilegal en México, España, Canadá y unos cuantos países más.
A principios de julio de este año, el Gobierno de los EEUU dio marcha atrás en su demanda contra Wilson. Amparándose en la Segunda Enmienda (la que permite a los estadounidenses usar y portar armas de fuego libremente) y retorciendo un poco la Primera Enmienda, el chico ha conseguido que los jueces le den la razón. Su argumento es que, al final, los planos de las armas son piezas de código y que el código no mata.
Los abogados de Wilson creen que prohibirle subir sus diseños a Internet no solo le limita el derecho a portar armas, sino también su derecho a compartir libremente la información. “Si el código es el discurso, las contradicciones constitucionales son evidentes. ¿Y qué si este código es un arma?”, le decía Wilson a Wired en 2015. Estaba poniendo en jaque al actual sistema de control de armas vigente en los EEUU desde hace décadas.
“La bala se incrustó en la culata de la pistola”
“A Cody Wilson le gustan las armas, como a cualquier americano. Pero él no quería fabricar un arma, sino hackear el sistema; ponerle a prueba para ver si se podía enfrentar a esto”, explica a eldiario.es Javier Gordillo, de Loshacedores.com. Este estudio y escuela de fabricación digital madrileño es de los pocos que se ha atrevido a experimentar con las armas 3D en España. Hace unos años decidieron fabricar una y dispararla, aunque bajo la supervisión de la Policía Nacional. Cuenta así la experiencia:
Según explica el de Loshacedores, “la bala se incrustó en la culata de la pistola” y cayó después “a unos 20 centímetros y sin fuerza”. El arma se encasquilló, así que el empresario es claro a este respecto: “no lo hemos vuelto a intentar porque la tecnología sigue siendo más o menos la misma, no hay cambios”.
El arma fabricada por Gordillo y su socio “no era segura”, como él mismo reconoce. “Sobre todo porque la imprimimos con una máquina que no vale para hacer esto”, dice. Y fue barato: “un kilo de material plástico vale 40 euros, pero la pistola pesará unos 150 o 200 gramos”. Si hacemos la cuenta, por cerca de ocho euros se puede fabricar un arma de fuego en 3D.
“No es un arma que un usuario normal pueda usar con seguridad”, explica a eldiario.es Javier Arnaiz, presidente de ANARMA (Asociación Nacional de Armas). Si bien, las consideran “revolucionarias y demoledoras” y creen que su principal valor reside “en el mensaje que transmiten contra el control de armas”. Arnaiz abunda en esto y asegura que “el control de las armas de fuego es como poner puertas al campo: cualquiera en su casa sin ningún tipo de conocimiento en la materia, con poseer una impresora 3D y un archivo informático descargado de Internet, podría construir un arma de fuego no registrada sin que la administración o el Estado tenga conocimiento de ello”.
¿Puedo fabricar y tener un arma 3D en España?
La Asociación se muestra muy crítica con la actual regulación de las armas de fuego 3D en nuestro país: “se está intentando legislar sobre un ente inerte que evoluciona técnicamente de forma continua con un afán restrictivo”. También creen que la tecnología va más rápido que las leyes y que “legislar sobre armas 3D o impresoras sería inútil y completamente inefectivo”.
La Jefatura de Armas y Explosivos de la Guardia Civil explica en un documento remitido a eldiario.es que, en España “está prohibido fabricar en 3D un arma de fuego”. El artículo 11 del Reglamento de Armas refleja que “solo se podrá efectuar en instalaciones oficialmente controladas, que se someterán a las prescripciones generales y especiales del presente Reglamento, aunque la producción se realice en régimen de artesanía”.
ANARMA duda de los fundamentos del Reglamento de Armas: “si fuese previsor y sin un claro afán restrictivo hubiera incluido un apartado para armas experimentales o caseras. Con eso ya habría regulado hace 30 años las armas 3D y penalizado su mal uso o comercio mucho años antes de que su mero concepto existiera”.
La Guardia Civil continúa explicando que la “posesión de armas de fuego 3D está prohibida” en nuestro país y que es necesario “estar en posesión de la correspondiente licencia, permiso o autorización”. Si usted fabrica, fabricó o tiene una Liberator en la mesilla de noche, está incurriendo en un delito. El artículo 566 del Código Penal establece penas que van de los cinco a los diez años de prisión.
La benemérita va más allá y apunta que, en el caso de que alguien subiese los planos para fabricar un arma en 3D a Internet, “estaría actuando como presunto cooperador necesario en la fabricación ilícita de armas de fuego”. En este caso, las penas serían menores: de tres a cinco años de cárcel.
Preguntados sobre si habría que regular la subida de planos a Internet, ANARMA explica que no, “eso es información pura y dura, y estaríamos aplicando censura a la información”. Solo en EEUU, las armas convencionales ya han matado a más estadounidenses desde 1968 que en todas las guerras en las que ha participado el país. Nadie se imagina cómo las armas 3D podrían venir a revertir esa estadística.