“La salud de Internet es un problema tan serio como la salud del Planeta”
En un mundo en el que un servidor que traquea todos tus movimientos en la web es el más instalado, utilizar Firefox sigue siendo un acto político“. Una reivindicación que Mozilla, proyecto al que pertenecen el navegador web Firefox y la plataforma de correo electrónico Thunderbird, lleva realizando desde hace casi dos décadas, como una de las caras más visibles y activas del movimiento open source y la defensa del derecho a la privacidad online --coincidiendo con el juicio entre Apple y el FBI, lanzaron una campaña para informar de los beneficios de la criptografía.
El paisaje digital que visualiza Mark Surman, director ejecutivo de Mozilla Foundation puede sonar en cierta manera apocalíptico, no en vano unos cuantos gigantes tecnológicos llevan muchos años tratando de hacerse con el control de una buena parte de lo que un día nació como una red libre y descentralizada. Volver a encontrar el equilibrio de ese Internet de los primeros tiempos, se ha convertido en la principal ocupación (y preocupación) del canadiense.
Tras su paso por re:publica, la legendaria conferencia internacional sobre Internet y sociedad digital que este año ha celebrado su décimo aniversario en Berlín, Surman comparte con Eldiario.es los últimos planes de Mozilla en el entorno del Internet of Things, sus miedos ante la web que pueda surgir de proyectos como Free Basics y como el abandono de Firefox OS es en realidad una prueba de que están “mas fuertes que nunca”.
Re:publica ha celebrado este año su décimo aniversario, una conferencia en la que Mozilla ha participado durante muchas ediciones. ¿Cómo ha cambiado el rol de Internet en esta última década?
Re:publica empezó como un festival de blogging en muchos sentidos, con un fuerte espíritu de independencia en la web. Y creo que ahora vamos por un camino en el que el carácter independiente es menos dominante y hay un espíritu más como de centro comercial, donde unas pocas grandes empresas marcan cómo ha de ser la vida digital.
En mi intervención en esta pasada edición hablaba precisamente de la necesidad de volver atrás a ese espíritu independendiente, al Internet de los primeros tiempos que comenzó siendo un motor increíble para la democracia y el empoderamiento de las personas.
La descentralización de Internet no sólo fue una de sus principales reivindicaciones en el escenario, sino que ha sido un tema muy presente en todo el festival. ¿Tan mal está la cosa?
Absolutamente. Una de las maravillas de la web es que nació como una fuente independiente y descentralizada perteneciendo a todo el mundo, dando la posibilidad a cualquier persona de hacer lo que quisiera en la web sin pedir permiso a nadie. Cualquiera que estableciera una URL podía crear su propia página web para un negocio, una obra de arte, lo que fuera.
Precisamente esa naturaleza descentralizada es la que hizo única a la web y la razón de su riqueza en contenido y creatividad que vemos hoy. Y gracias a ello y al open source, los Google, Facebook, Amazon y el resto, surgieron en un primer momento.
Hoy en día, grandes compañías controlan una parte enorme de Internet, y esa capacidad de crear cosas nuevas o expresarte completamente de forma libre, está realmente en peligro. Y no por cuestiones de censura u opresión, están en riesgo porque las normas te hacen estar en los denominados walled gardens (redes cerradas).
Y no es que los grandes actores de estos walled gardens sean malos, pero tiene que haber un equilibrio, un entorno de diversidad y competencia leal.
La Unión Europea mantiene un procedimiento abierto contra Google por abuso de posición en el caso del sistema operativo Android. ¿Es esta una preocupación real de la que podemos esperar un mercado más justo?
Hay que esperar. En el pasado ya vimos con Microsoft que había una preocupación real de la Unión Europea, y en la que también Estados Unidos se involucró, por una cuestión de monopolio. Aquello consiguió que se abriera el mercado.
Sabemos los retos que plantean monopolios, pero también que somos capaces de romperlos. La oportunidad de crear y competir son esenciales para un Internet y una sociedad en buen estado de salud. Y en ese sentido, es una preocupación real.
Y proyectos como Free Basics de Facebook, ¿crean un Internet más o menos libre?
Mi preocupación con Free Basics es que cree lo que llamo un 'imperio de la imaginación'. No creo que alguien en España pueda pensar en un Internet que sólo tenga 10 o 20 páginas web, y eso es lo que se le está ofreciendo a la gente.
Si eso eso lo único que conoces probablemente no eches en falta la gran diversidad que hay ahí fuera, pero el verdadero poder de Internet es que es infinito, y si se crea la idea de que son sólo unos cuantos websites, se está privando a la gente de la auténtica naturaleza de Internet.
¿Como también ocurre con los buscadores web y su papel determinante en el acceso a la información, por medio de algoritmos que influyen en la jerarquización del contenido, por ejemplo?
Volvemos al mismo punto de antes. Cualquier cosa que vaya en contra de la libertad de elección, la diversidad y todos los aspectos que hacen de Internet algo increíble; cualquier cosa que debilite su carácter abierto y la neutral de la redes es malo, y nos posicionaremos contra ello.
Ese tipo de cosas son las que desde los proyectos open sources defendemos, que todo el mundo tenga acceso a todas las posibilidades de elección y a Internet en su totalidad.
En un ecosistema cada vez más dominado por el big data, donde los datos personales se han convertido en un producto comercial de gran valor. ¿Es sostenible un modelo como el de Firefox?
Firefox es abierto, independiente y no trackea las webs donde se logea el usuario. Y no hay nadie más ahí fuera para quien la privacidad sea su principal motivación. Es un modelo estable como navegador, pero la verdadera pregunta es: hacia dónde vamos y si la gente seguirá teniendo la posibilidad de elegir sobre su privacidad y controlar su vida digital, especialmente con la llegada del Internet de las Cosas y las casas inteligentes.
Esa es la razón por la que estamos destinando muchos recursos en innovación e I+D en conseguir un IoT y dispositivos conectados open source; queremos lanzar al mercado productos que tengan los mismos valores que Firefox, y vamos a trabajar para seguir avivando un movimiento social en el que la gente reclame más productos que preserven su privacidad y les den el control de sus vidas digitales.
Sin embargo este mes, tras la próxima versión 2.6, dejarán de actualizar Firefox OS, su sistema operativo de código abierto para dispositivos 'smart'.
El plan con Firefox OS era tratar de hacer un smartphone que comercializáramos con compañías telefónicas, pero las grandes marcas tienen el mercado tan cerrado que nos resultó totalmente imposible entrar. Es un buen ejemplo de que el de los smartphones es un mercado muy cerrado y vertical.
¿Ha tirado Mozilla la toalla en lo que respecta a smartphones?
No, el trabajo de Firefox OS nos ha servido para lograr avances e incluso crear nuevos estándares web. Queremos llevarlo al entorno de los dispositivos conectados que decía antes, en una estrategia más contundente entorno al IoT, y hacerlo desde una perspectiva open source.
Así que en lugar de tirar la toalla, lo que estamos haciendo es totalmente lo opuesto. Reconocer que ese plan no funcionó y que vamos aprobar otra estrategia para asegurarnos que la tecnología que construyamos sea capaz de dar capacidad a las personas de controlar sus propias vidas en el aspecto digital.
En muchos aspectos, siento que estamos más fuertes que nunca. No nos damos por vencidos.
La privacidad ha sido siempre la insignia de Mozilla ¿han cambiado las necesidades en este aspecto desde la década del 2000 cuando nació el proyecto?
No creo que las necesidades hayan cambiado. La privacidad está relacionada con tener elección sobre qué revelas o quién tiene control sobre tu propia privacidad. Lo que sí es distinto es la escala: nuestros teléfonos recogen nuestros datos constantemente, las redes sociales que utilizamos recogen nuestros datos continuamente, en el momento que tengamos hogares conectados se recogerán más datos personales,...
Esto significa, que además de tener en el mercado productos que permitan a las personas tomar sus propias decisiones en cuestiones de privacidad, se necesita una educación universal en lo que respecta privacidad, criptografía, etc. Es importante que la gente sepa los básicos de la criptografía al igual que se aprende a leer o hacer matemáticas.
Y en tercer lugar, necesitamos asegurarnos de que se aprueben las leyes correctas y se paralicen las malas, leyes que puedan poner en peligro la privacidad y las comunicaciones cifradas. Y para eso se necesitan ciudadanos con un buen conocimiento de esas implicaciones.
Aplicaciones tan populares como WhatsApp han optado por cifrar sus mensajes, poniendo sobre la mesa este concepto para muchos desconocido.
Sea WhatsApp o iPhone, cada vez vemos un esfuerzo mayor por parte de la industria en incluir cifrado en sus productos y eso es bueno, aunque todavía tenga que ser mejor. Pero al menos, la gente comienza a entender qué significa y cómo afecta a sus vidas en cualquier situación (el supermercado, el banco,...) Aunque siga faltando mayor implicación en el debate por parte de la sociedad.
En ocasiones parece incluso que son corporaciones privadas las que están asumiendo el papel de garanizar los derechos digitales de los ciudadanos, en lugar de los gobiernos, como hemos visto en el litigo entre Apple y el FBI.
En general lo veo positivo. Como en cualquier otro asunto social, creo que todos los actores tienen que involucrarse. Gobierno, empresas y ciudadanos metidos en el debate es una de las cosas positivas que hemos visto en este caso.
Y en ello están en la Fundación Mozilla, en convertir la salud de Internet en una preocupación de todos.
La salud de Internet es un problema tan serio como la salud del Planeta. Y es vital que la gente tome conciencia de ello para poder conseguir un equilibrio entre la manipulación y consolidación del imperio que estamos viviendo.
Para mí estamos en un momento similar al que estaba el movimiento medioambiental en los años 50 en EE.UU, que había gente que lo entendía pero seguía contaminando.
La semilla está plantada, y nuestro trabajo es traerles al siglo 21, estamos dedicando muchos esfuerzos desde Mozilla en convertir la cuestión de la privacidad digital en mainstream y generar un debate como sociedad democrática. Pero no estamos aún en ese punto aún.