Cristina Cifuentes, “madre adoptiva” de Inés Hernand en 'MasterChef': “El tema político me da exactamente igual”
Cristina Cifuentes es el gran reclamo de la novena edición de MasterChef Celebrity, que se estrena este lunes 9 de septiembre en La 1 de TVE (22:50 horas) con el objetivo de dejar las audiencias del prime time al gusto de la cadena pública junto a la primera noche de La Revuelta de Broncano. La presencia de la expresidenta de la Comunidad de Madrid ha llamado poderosamente la atención, no tanto por su bagaje político y por los ecos del “caso Máster” del que fue absuelta en 2021 (no así la profesora que falsificó el acta sobre su TFM y su entonces asesora en el gobierno que presionó para ello), como por los derroteros que ha tomado la carrera de la expolítica del Partido Popular.
“Me resulta muy curioso cuando la gente me dice 'Te conozco de la tele'”, afirma Cifuentes, que ha encontrado acomodo en televisión como tertuliana de programas como Todo es mentira y TardeAR, pero también en concursos con famosos como Traitors España y como este MasterChef Celebrity. “Estoy disfrutando mucho de la tele”, asegura Cifuentes a verTele, y destaca la experiencia de haber aprendido a desenvolverse con el delantal.
El programa ha dado más de sí, como el “descubrimiento” que ha supuesto para ella Inés Hernand: “Es una niña maravillosa, al margen del tema político que me da exactamente igual”, comenta sobre la presentadora televisiva. Ante esa disparidad ideológica, Cifuentes considera que “la política, igual que el fútbol o la tortilla con o sin cebolla, hace que los encasillamientos funcionen”, y afirma lamentar que la política “traslada la crispación a la sociedad”, pese a haber sido parte de ello.
No en vano, es bastante clara al marcar distancias entre los atriles y los fogones: “En la cocina si te cortas es por torpeza tuya, en política la cuchillada te viene por detrás y de quien menos te esperas”. En todo caso, Cifuentes se mantiene fiel a su ideología política cuando se le pregunta tanto por el fichaje de Broncano, que la derecha convirtió en “asunto de Estado” y que ella rehúsa valorar; como por el presidente del Gobierno: “A Pedro Sánchez no lo veo en una cocina haciendo absolutamente nada, pero en otro tipo de cocina sí”.
¿Qué sabías de cocina antes de iniciar la aventura de 'MasterChef'?
Yo no sabía cocinar nada. Y cuando digo nada, es nada. Porque aquí hay gente que dice el primer día que no sabe cocinar y luego lo veías... A mí me tuvieron que enseñar el primer día. Tuve que buscar en Internet qué era pochar una cebolla. ¡Es que no sabía ni que era el concepto “pochar”! Yo decía: “¿Pero qué diferencia hay entre pochar y freír?”. Empecé con el básico de aprender a coger un cuchillo, porque no cocino nunca. Con la edad que yo tengo, que ya son unos añitos, porque he cumplido ya 60, aprender algo nuevo de por sí es muy estimulante. Sinceramente nunca pensé que fuera a aprender a cocinar. MasterChef ha sido un regalo en todos los sentidos porque ha sido la oportunidad de hacer algo que me parece muy complicado pero muy interesante. Estoy muy contenta de haber podido participar.
Durante estos años has sonado para 'Supervivientes' o hasta 'Gran Hermano'... ¿Qué te hizo dar un sí a 'MasterChef'?
Pues que me gusta mucho el formato, es un concurso que me gusta. Porque me gustaba la idea de que fuese en la televisión pública y porque realmente me parecía una fantasía. Era algo que me apetecía. Cuando me propusieron venir, me enteré muy poco antes de empezar y para mí fue una sorpresa aunque se hubiera publicado. Vosotros mejor que nadie sabéis que las cosas que se publican muchas veces no tienen una base real. Realmente, la única ocasión en la que yo he tenido oportunidad de venir a MasterChef ha sido en esta edición. Me lo propusieron, lo pensé, lo hablé con mi marido y este me respondía que cómo iba yo a ir a MasterChef. No sabía hacer nada y mi miedo al principio era aprender a cocinar porque la gente iba a decir: “Qué cara más dura tiene esta mujer, que va a un programa de cocina y no sabe hacer absolutamente nada”.
¿Dónde vuelan más cuchillos, en el mundo de la política o en las cocinas de 'MasterChef'?
¡Pero qué pregunta! Cuchillos cantidad hay la misma, lo que pasa es que en MasterChef los tienes en el cajón y si te cortas es culpa tuya porque los has cogido mal, te has precipitado o te has resbalado, en la política la cuchillada te viene por detrás y muchas veces de quien menos te esperas. Y además, utilizan el cuchillo cebollero, que es el más grande y de ahí no te libras.
Inés es una niña maravillosa, al margen del tema político, que me da exactamente igual cómo piense
Comenta Inés Hernand que has sido una sorpresa para ella. ¿Te ha metido mucha caña?
No, al contrario. He tenido muchas sorpresas, pero para mí Inés, a la que no la conocía de nada más allá de haberla visto, ha sido un descubrimiento. Fue amor a primera vista. De hecho, asumí el rol de madre adoptiva suya y hemos funcionado como tal. Sus éxitos son mis éxitos, es una niña a la que he descubierto y a la que quiero muchísimo. Y no es un tema de postureo, es una relación que va a ser para siempre.
Inés es una niña maravillosa, de verdad. Al margen del tema político que me da exactamente igual cómo piense, me quedo con que es una niña buena, generosa, cariñosa, lista, graciosa... Pero su principal cualidad es que es buena persona, empática con todos. Yo la he visto ayudar a sus compañeros.
¿Se puede ser amigo de personas que tienen una ideología tan diferente?
Hombre, es que si alguien te dice que no, esa persona me daría mucha pena. No tiene nada que ver la afinidad personal con las ideologías de las personas, siempre que sean razonables. Desgraciadamente, muchas veces los prejuicios son malísimos. En todos los sentidos, no me refiero solo a los políticos. Estoy un poquito harta, como ciudadana, de ver tanto sectarismo en general, de ver tanta confrontación y crispación. Eso no creo que sea bueno para nadie. Hay demasiada crispación en general y eso no es bueno.
¿Levanta más crispación la situación política entre izquierda y derecha, o el debate de la tortilla con o sin cebolla?
Las dos cosas. Voy a decir una cosa. Detesto la cebolla, pero desde que he aprendido a cocinar cocino con cebolla porque hay que cocinar con. No puedes hacer un sofrito o un fondo sin que lleve cebolla. Ahora bien, solo hay una excepción que es la tortilla, porque la cebolla convierte un alimento que es salado en un alimento dulce y es innecesario. ¡Eso no es una tortilla de patatas! La tortilla de patatas lleva huevo, aceite, sal y patatas.
¿Qué político de los que has conocido tiene más maña en la cocina? ¿Le pediste consejo a Celia Villalobos, que ya pasó por el programa?
No, no le pregunté. Maña en la cocina en el mundo de la política no creo que haya demasiada. Luego igual resulta que hay muchos fenómenos. Hay mucha gente que tiene afición...
¿Crees que Pedro Sánchez es buen cocinero?
No lo veo yo en una cocina haciendo absolutamente nada. En la cocina de su casa, quiero decir, pero en otro tipo de cocina sí. Lo ha demostrado.
¿A qué político te gustaría ver cocinando, debajo de una máscara o en una isla desierta?
Yo sinceramente en estos momentos de mi vida preferiría no ver a demasiados políticos en ningún sitio y muchísimo menos en una isla desierta.
Ojalá haya fichajes, así en genérico, que hagan que la audiencia de TVE suba
Vas a ser compañera de cadena de David Broncano, quien hace unos días presentaba 'La Revuelta'. En su rueda de prensa, negaba que Moncloa le hubiese puesto en la televisión pública y lamentaba esa clase de rumores. ¿Qué piensas al respecto de su fichaje?
Yo lo que quiero es que a la televisión pública, que es la televisión de todos, le vaya fenomenal en todos los sentidos. También en audiencias, sobre todo, porque es una televisión que está pagada por todos nosotros. Entonces, si el fichaje de Broncano, que es un grandísimo profesional, ayuda a que la audiencia suba como la espuma, me parece fenomenal. Más allá de eso...
¿Pero eres de las que piensa que ha sido un encargo de Moncloa?
No, yo no pienso nada. Yo no pienso nada.
¿Te parece bien su fichaje por TVE?
No voy a entrar a valorar un fichaje específicamente, ni en una cadena pública, ni en una privada. Pero en una pública todavía menos. O sea, es una cuestión de la que yo no me pronuncio. Lo que quiero es que le vaya fenomenal y ojalá haya fichajes, así en genérico, que hagan que la audiencia suba. Y ojalá que esta edición de MasterChef realmente interese al público y la quieran ver.
Si tuvieras que ir a promocionar este programa, ¿a cuál irías? ¿Al de Pablo Motos, al de Carlos Latre o al de Broncano?
Me gustaría poder ir a todos. Iré adonde la productora y la cadena me digan. Lo que queremos es que MasterChef triunfe y lo vea muchísima gente. Y además, que no es incompatible una cosa con la otra. Habrá que ir a todo y donde nos manden.
Estuviste en la primera edición de 'Traitors'...
[interrumpiendo] Bueno, en Traitors estuve muy poco, porque según llegué me echaron. No me dio tiempo ni a decir 'hola buenos días, soy Cristina Cifuentes' y ya me estaban echando.
...En todo caso, sigues colaborando con Ana Rosa y con Risto Mejide en Mediaset. Al margen de la televisión, ¿a qué te dedicas ahora mismo?
Estoy ahora mismo en un momento de impass en mi vida en el que no sé muy bien qué quiero ser de mayor. Porque la televisión hasta hace muy poco para mí era algo anecdótico. He estado trabajando los últimos años como abogada, dada de alta en el colegio de abogados, como ejerciente, con otra profesión que no es pública, que no se conoce, pero que ha estado ahí. En estos momentos, me estoy replanteando volver a la Universidad Complutense, donde yo tengo mi plaza. Soy funcionaria desde hace 30 años por oposición, pero sinceramente no lo sé. No sé si es un buen momento para volver a la universidad. De momento lo que estoy haciendo es vivir y disfrutar. Y como estoy disfrutando mucho de la tele, porque me lo estoy pasando bien y es un medio que me gusta, tomaré la decisión cuando corresponda.
¿Estás abierta entonces a nuevos proyectos en televisión?
Sí, a priori sí, si me gustan. Ha habido cosas a las que he dicho que no, a otras que sí...
La política, igual que el fútbol o la tortilla con o sin cebolla, hace que los encasillamientos funcionen
¿No te planteas, aunque sea a largo plazo, ir a formatos como 'Supervivientes'?
Sí, pero no me lo planteo. Yo soy una superviviente de la vida de verdad. Cuando estás en una UCI de un hospital, a punto de palmar, preparándote para morir, y sales de esa situación, mayor supervivencia no cabe.
¿Crees que en esta faceta televisiva se te está conociendo más como eres, o crees que te sigue pesando la imagen de la política?
Cuando tienes una determinada imagen en la política, es complicado que eso varíe, porque al final la política, igual que el fútbol o la tortilla con o sin cebolla, y más en el momento actual en el que todo está tan polarizado, hace que ahí los encasillamientos funcionen. Yo sé que hay gente que, cuando tú provienes de un partido de derechas o de izquierdas, va a haber gente que, aún sin conocerte de nada, no le vas a gustar simplemente por haber estado ahí. Yo llevo fuera de la política ocho años y no milito además en ningún partido. Asumo toda mi trayectoria pero eso al final pesa. No obstante, me resulta muy curioso, porque te das cuenta del poder que tiene la televisión y los medios de comunicación cuando mucha gente te dice por la calle: 'Yo te conozco de la tele'. No porque haya sido presidenta de la Comunidad de Madrid, no. Es una cosa que yo no me planteo. La tele me gusta, es un medio que me gusta.
Más allá de eso, hay una cosa que sí que he de decir, porque si no lo digo reviento, sobre todo porque para mí fue una sorpresa. Cuando yo abandoné la política de una forma además tan traumática y en un momento muy complicado para mí, hay una cosa que me sigue sorprendiendo y quizá es lo que más me ayudó a hacer toda esa transición: yo en todo momento lo que me he encontrado en la calle es cariño de la gente, cariño y apoyo de gente incluso de opciones políticas muy diferentes. Dicen mucho que la sociedad está crispada, pero no es verdad. Es la política la que está crispada y es la política la que traslada esa crispación a la sociedad. La gente en la calle no tiene una ideología, muchas veces lo que quieren son gobernantes que les solucionen sus problemas del día a día. Quieren que se cree empleo, que las cosas salgan adelante... Y eso es bastante gratificante. Lo digo de verdad, porque a mí me gusta la gente.