Entrevista

Lali Espósito y Abraham Mateo buscan el 'Factor X': “El algoritmo, como nuestros 'noes', no determina lo bien que cantas”

Abraham Mateo y Lali Espósito, en una gala de 'Factor X'

Pedro Zárate

Factor X afronta este martes 30 (22:50 horas) su tercera gala de audiciones en Telecinco. El talent musical lo hace tras un inicio difícil, marcado por dos malos resultados en audiencias y un infructuoso cambio de día. Aun así, la búsqueda por encontrar a la próxima estrella de nuestra música sigue adelante de la mano de de su jurado, formado por Vanesa Martín, Willy Bárcenas, Lali Espósito y Abraham Mateo.

Tras haber hablado con los dos primeros jueces, ahora llega el turno de los dos últimos, que al igual que sus compañeros, también atendieron a verTele y a otros medios hace unas semanas, tras la presentación del programa ante los medios. Ese día, tanto Lali como Abraham mostraron su alegría por formar parte de esta experiencia, que a pesar de haberla vivido desde el “buen rollo”, no ha estado exenta de dificultades. Una en concreto, señala el gaditano: “Cuando le dices que no a alguien es horrible. A mí me ha costado muchísimo, porque se te queda algo clavado que te llevas a casa”.

Pese a todo, han afrontado las grabaciones asumiendo que “ninguno de los cuatro jueces tenemos la verdad”. Aun así, Lali y Abraham se atreven a reflexionar sobre los retos a los que se enfrentan aspirantes como los de Factor X, que desean ser grandes artistas en un mundo marcado por las redes sociales. “No se trata de que funcione un trocito en TikTok, sino de que la canción entera esté guay”, dice Lali, que cree que cuestiones como “el algoritmo”, tan “frías y técnicas”, funcionan “igual que nuestros 'noes'”, pues “no determinan cuán artista eres ni lo bien que cantas”.

¿Ha habido muchos piques a la hora de formar los equipos?

LALI ESPÓSITO: Abraham y yo fuimos los que nos picamos un poco en esta ronda.

ABRAHAM MATEO: Sí, me acuerdo de uno en especial. Fue durillo entre nosotros porque, además, hay veces que no eliges tú el primero, sino que el orden va alternando a la hora de formar los equipos. Hubo un artista que que quería para mi equipo y que Lali me robó... Pero bueno, así es la vida.

L.E.: Lo que nos pasa a nosotros es que, no en todos, pero en general coincidimos con los que nos gustan. Si es una persona que tiene un poco más de vuelo en la performance, en el baile o qué sé yo, tiene que ver mucho con lo que hacemos nosotros dos. Entonces es cuando sacamos los dientes, pero no pasa nada, amigo, nos llevamos muy bien igual [risas].

A.M.: Sí, tenemos gustos muy parecidos, y a veces eso crea un poquito de pique, pero siempre de buen rollo. Es pique del bueno.

¿Cómo se vive ese momento en el que ninguno de los cuatro apuesta por un concursante?

L.E.: Es un momento pésimo. Es realmente feo.

Al menos le dais un abrazo fuera de cámara.

L.E.: Sí, pero por el medio lloras. Quieres darle una palabra de aliento porque obviamente todos hemos estado, aunque no haya sido en un show como este, en ese mismo lugar. Ese lugar en el que estabas nervioso, lo que querías hacer no te salía y un montón de cosas que nos han pasado y que nos pasan. Empatizas con esa persona y tratas de entender que hoy te dicen que no, pero el 'no' que te dicen hoy no significa que no tengas talento. Es lo que les remarcamos todo el tiempo, que ninguno de nosotros cuatro tiene la verdad. Yo la pifio un montón en muchos de mis shows y siempre estoy intentando mejorar. Aquí, además, solo tienes dos minutos en un show televisivo para demostrar que tienes el 'factor X', y eso lo complica un poco. Cuando decimos que no, Abraham y yo siempre nos miramos y se nos queda una sensación de incomodidad. Después animamos y abrazamos a los que no han sido elegidos. Tratamos que se vayan con un buen mensaje, no simplemente con un 'no'. Pero sí, nos quedamos tocaditos.

A.M.: Además, los nervios muchas veces te juegan malas pasadas. Nos hemos encontrado con gente que estoy seguro que en la intimidad de su casa son otra cosa, talentos increíbles. Pero, claro, son dos minutos y muchas veces tienen fallos y lo pasan mal. Por eso tratamos de empatizar al máximo, porque entendemos que esas cosas pasan. Yo, por lo menos, sé lo que es estar ahí y que puede pasar. Cuando le dices que no a alguien es horrible. A mí me ha costado muchísimo, sobre todo en el primer programa, porque se te queda algo clavado que te llevas a casa. Pero bueno, siempre te deja tranquilo que no ha sido un 'no' y ya está, sino que ha sido un 'no' con una ayuda y algo más, y que sabes que esa persona al menos se puede ir a casa con un consejo o una ayuda extra, que es de lo que se trata.

En anteriores ediciones se vieron dos tipos diferentes de participantes: los que lo hacían bien y venían a ganar, y otros de un corte más humorístico.

L.E.: Aquí hemos visto un par de cositas locas.

También os permite reíros un poco y dar otra clase de veredictos.

L.E.: Sí, aunque yo estoy riendo todo el rato. Digo que lloro porque a veces escuchas unas historias de vida o estás en una situación en la que te quiebras, pero normalmente estamos en el tono de pasarlo. También para que lo pase bien y no esté tan nerviosa la persona que se presenta aquí. Al final, todo es de buen rollo en este formato. Pero sí, tuvimos un par de loquitos o loquitas que nos hicieron reír, pero a los que había que decir que no. Fue complejo, pero desde el humor y la gracia lo logramos. La música son propuestas, y hay gente que viene con cosas muy raras que también son parte de la música.

A.M.: Algunos de ellos han pasado de ronda porque tienen algo que no es vocal, pero que tienen una energía contagiosa que te gusta y que hacen que sea inevitable decirles que sí.

¿Cuáles han sido vuestros peores 'no' a nivel profesional?

L.E.: No recuerdo uno en concreto, pero sí hay veces en las que haces un disco con toda la ilusión del mundo y, de pronto, ese disco no tiene repercusión ni reconocimientos dentro de la industria más allá de tu público y tus conciertos. A mí me ha pasado con discos que me curré muchísimo, a los que después la industria dijo 'no' en favor de otros en cuanto a premios y otras cosas que, con el paso del tiempo, te das cuenta de que no son tan importantes. Lo más importante es poder vivir de esto y que el público elija pagar una entrada para verte. Eso tiene más valor que cualquier otra cosa. Pero bueno, este mundo está lleno de 'noes' y de pequeñas frustraciones que requieren de un consejo para poder levantarte. Eso es lo que creo que intentamos hacer aquí ante los 'noes' que nos tocan decir a otros en este programa.

A.M.: Pasa que echas muchas horas a algo y luego no sale. A mí me duele tener canciones y colaboraciones que me encantan y que no han salido nunca, que están ahí grabadas y que suponen una frustración gigantesca poder escucharlas yo solo en mi casa, pero que la gente no haya podido disfrutarlas. También ocurre que una que una presentación salga mal, no estés a gusto con ella o no estés contentos. A veces las cosas van más por ahí que por un 'no' en concreto. Van más por las frustraciones que nosotros tenemos, y que la gente no sabe, pero que son muchas.

No se trata de que funcione un trocito en TikTok, sino de que la canción entera esté guay

Lali Espósito

¿A qué dificultades se enfrentan ahora mismo los aspirantes que pasan por 'Factor X' y que quieren dedicarse a la música?

L.E.: Creo que hay un factor que parece positivo y que, de hecho, lo es para mucha gente hoy, pero que a la vez es muy negativo, que son las redes sociales. El factor negativo de las redes sociales para muchos jóvenes es la inmediatez. Yo escucho mucho que hay jóvenes a los que les funcionó un vídeo cantando, pero el siguiente no les funcionó y se frustran por ello. A lo mejor simplemente fue cosa del algoritmo, que ese día no le benefició tanto como el día anterior. Son cuestiones muy frías y muy técnicas, propias de las redes sociales, que al igual que nuestros 'noes', no determinan cuán artista eres ni lo bien que cantas. Pero para muchos niños que han crecido en las redes, esto supone un mundo. Yo me he cruzado con muchos artistas más jóvenes que yo y existe ese miedo a que la nueva canción no haya funcionado tan bien como la anterior. Mi opinión sobre esto es que debes pensar en toda tu expresión y en todo tu disco, no en un único single. No se trata de que funcione un trocito en TikTok, sino de que la canción entera esté guay. Las cosas que para mí son la música a veces se confunden con la funcionalidad de la música dentro de un universo como es el de TikTok, por ejemplo.

A.M.: Nos obsesionamos mucho con los números. Mucha gente le da importancia a los números, pero no dictaminan nada. Es una buena señal de que las cosas van bien, pero hay artistas, por ejemplo, que no funcionan en redes sociales y luego llenan sitios gigantescos.

Los responsables de 'Factor X' han dicho que toda responsabilidad del programa recae sobre vosotros. ¿Cómo habéis llevado esa presión?

A.M.: Es difícil. De repente sientes que la decisión que tú tomas le puede cambiar la vida a otra persona. Tengo colegas que, habiendo pasado por programas como estos, tienen carreras y unas proyecciones increíbles. O cuando era pequeño, que me tocó abrir conciertos de One Direction, que salieron de Factor X, allí en Inglaterra. Con cosas como estas te das cuenta de que lo puede hacer este programa en la vida de muchas personas. Te la puede cambiar, y tú tienes la palabra para hacerlo posible. Esto supone mucha presión, y hace que a veces te vayas a casa dándole vueltas a las cosas. Además, viene gente con historias personales que hacen aún más difícil la decisión. La clave es apoyarnos entre los jueces, entendernos y estar todos de acuerdo en decir un 'no' desde el respeto y el cariño.

L.E.: Tuvimos mucha responsabilidad, la premisa fue esa. Los programas, aunque lógicamente editados, van a salir como se filmaron. Es decir, que nosotros no tuvimos ni ensayos previos ni nada. La producción confió el primer día en nosotros, nos dijeron: 'Ustedes llevan el programa. Ustedes deciden quiénes os gustan de verdad y quiénes no'. Darnos esa potestad nos dio libertad y a mí, lejos de tensionarme esta responsabilidad, me llevó a pensar 'salga lo que salga, que salga natural'. En este sentido, siento que nos relajamos y que enseguida encontramos la onda entre nosotros. A las dos horas del primer día de rodaje ya estábamos desubicándonos con chistes, haciendo cosas que no pueden salir en televisión y divirtiéndonos mucho.

La anterior edición de 'Factor X' no funcionó bien. ¿A qué creéis que se debió?

L.E.: Qué sé yo. Estas cosas son muy de los momentos. No sé si estaré en lo cierto, pero muchas veces estas cosas dependen de los momentos del mundo. Siento que el mundo, en general, está en un momento medio raro de empatía y de cosas, y estos programas llevan a la casa de la gente un buen rollo. Me parecen que estos programas son necesarios en determinadas épocas de la vida. La gente puede estar en familia y pasar un buen rato olvidándose de algún problema económico y laboral. Dentro de lo mal que está el mundo, es un lindo momento para hacer un programa en el que la gente busca cumplir sus sueños.

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