Dani de la Torre y Alberto Marini vuelven a la carga en Movistar Plus+. Después de haberse ganado el aplauso de crítica y público con La Unidad, el dúo creativo aspira a repetir la misma jugada con Marbella, su nueva serie para la plataforma.
La ficción, disponible desde el jueves 2 de mayo, sigue a César (Hugo Silva), un abogado que se gana muy bien la vida representando a algunos de los mafiosos que se concentran en la Costa del Sol. El personaje principal y los gangsters con los que convive están inspirados en la realidad marbellí, donde actualmente cohabitan más de un centenar de organizaciones criminales internacionales, las cuales hacen de Marbella “la sede global del crimen organizado”, como así la bautizaron los periodistas Nacho Carretero y Arturo Lezcano en el reportaje para El País que dio pie a la serie.
“Fui a Marbella con la sensación de que Nacho y Arturo habían exagerado un poco y habían metido un tono sensacionalista a su reportaje, pero no. Fue ir allí, ver ese mundo con nuestros propios ojos, hablar con los implicados y entender que no se habían inventado nada. Al contrario, había mucho más que en el reportaje. Aquello nos voló la cabeza y nos reafirmó en nuestra idea de contar esta historia”, explica Marini durante esta conversación que él y De la Torre mantienen con verTele.
Durante el proceso de documentación hablaron con abogados, autoridades y sí, mafiosos. Lo hicieron ganándose la confianza de todas las partes. Con algunas, como la Policía, esa confianza ya venía de atrás, de los tiempos de La Unidad. “Nosotros no podríamos haber llegado a Marbella si no hubiéramos hecho La Unidad, porque La Unidad nos ha abierto muchas puertas”, cuenta al respecto Dani de la Torre.
Él y Marini esperan que esa confianza entre las autoridades y los creadores de series españolas vaya a más, hasta el punto de alcanzar las cotas que hay en otros países. “En esto los anglosajones nos llevan mucha ventaja porque empezaron mucho antes que nosotros el trabajo de criba y vieron que la ficción es un vehículo muy importante para contar historias. Por eso hablan de la CIA, del FBI, del tráfico de drogas y de cualquier tipo de tema con fuentes de primer nivel. Creo que nosotros aún estamos en ese trabajo de ganarnos el puesto, el lugar”, afirma el gallego.
Marbella apunta a ser un paso adelante en esta dirección. De hecho, sus creadores mantienen la esperanza de que, a través de series como la suya, no solo las autoridades cambien su percepción sobre nuestra ficción, sino también la propia sociedad. “La unión de la sociedad y la ficción está fructificando ahora, pero durante mucho tiempo la sociedad no confiaba en la ficción española”, dice De la Torre, que se muestra ambicioso al reflexionar sobre este asunto: “Quiero que la sociedad confíe en nosotros como nosotros confiamos en la sanidad pública y los médicos de este país”.
¿Erais conscientes, antes de hacer la serie, de la realidad que había y hay en Marbella en cuanto a la presencia de organizaciones criminales?
Dani de la Torre: No.
Alberto Marini: Yo tampoco fui consciente hasta que leí el reportaje de Nacho Carretero y Arturo Lezcano del que parte la serie. Tenía la imagen de la Marbella de los años 80, de la corrupción y del tráfico de armas que había allí, pero no la ciudad que funciona como centro operativo de más de 150 bandas criminales internacionales. El reportaje nos encantó, no tuvimos dudas de que queríamos contar esta historia, pero fui a Marbella con la sensación de que Nacho y Arturo habían exagerado un poco y habían metido un tono sensacionalista a su reportaje. Pero no. Fue ir allí, ver ese mundo con nuestros propios ojos, hablar con los implicados y entender que no se habían inventado nada. Al contrario, había mucho más que en el reportaje. Aquello nos voló la cabeza y nos reafirmó en nuestra idea de contar esta historia.
¿La falta de series españolas sobre mafiosos se debe solo a una cuestión de presupuesto o hay algo más?
Dani de la Torre: Creo que se juntan varias cosas. La primera, que a los españoles no nos gusta mostrar mucho nuestras miserias. Es complicado, porque al momento surgen las dos Españas, se politiza y demás. Por otro lado, creo que la unión de la sociedad y la ficción está fructificando a partir de ahora. Durante mucho tiempo, parte de la sociedad no confiaba en la ficción española. De hecho, hay políticos que siguen poniéndonos a caldo diciendo que somos, no sé, como marcianos. Pero nosotros somos currantes, objetivos, hacemos nuestro trabajo y lo hacemos bien.
Hay políticos que siguen poniéndonos a caldo
Creo que siempre ha habido ahí una cierta desconfianza, y lo que pasa es que nosotros no podríamos haber llegado a Marbella si no hubiéramos hecho La Unidad, porque La Unidad nos ha abierto muchas puertas. La propia policía antiyihadista tenía ciertas reticencias al principio a abrirse, pues nunca sabes cómo se va a contar tu historia. Pero aquello terminó siendo muy satisfactorio para todos. Nunca tuvimos ninguna injerencia de ningún tipo. Y aquí ha pasado lo mismo: al ver que habíamos hecho La Unidad y que éramos personas fiables para trabajar, [las autoridades] han confiado en nosotros junto a Nacho y Arturo, que son periodistas muy respetados y con una trayectoria muy buena.
Esto, juntos, hace que haya más confianza y que ciertos sectores sociales que a lo mejor estaban cerrados se abran un poquito más y empiecen a confiar. En esto los anglosajones nos llevan mucha ventaja porque empezaron mucho antes que nosotros el trabajo de criba y vieron que la ficción es un vehículo muy importante para contar historias. Por eso hablan de la CIA, del FBI, del tráfico de drogas y de cualquier tipo de tema con fuentes de primer nivel. Creo que nosotros aún estamos en ese trabajo de ganarnos el puesto, el lugar. No solo es una cuestión de presupuesto, que también, sino más de confianza. Poco a poco, casi todos los sectores sociales se van a abrir.
Habéis conseguido que las autoridades se abran, ¿pero también lo habéis logrado con la otra parte, con los mafiosos?
Alberto Marini: Sí. Gracias al trabajo previo de Arturo y Nacho, así como de la asesoría y la guía de un abogado que nos ayudó mucho a documentarnos, tuvimos acceso a algunos malos de verdad. Y la sorpresa fue que aquellos malos se abrieron con nosotros. A la ostentosidad que caracteriza a las mafias de Marbella, su afán por enseñarlo todo, su coche, su vestimenta, las botellas que compran cada noche en los clubes y cuánto pagan por ellas, se sumaron sus ganas de contar sus hazañas. Es gente que no puede contar lo que hace, por razones obvias, pero cuando les comentamos que queríamos hacer una serie sobre este tema, nos contaron muchas de sus hazañas. Sin entrar en detalle, por supuesto, pero se abrieron mucho. Fue una sorpresa.
En la serie hay un plano a cámara lenta de Hugo Silva caminando en fila junto a los mafiosos de la serie. Aunque en todo momento somos consciente de sus malas acciones, esa imagen parece transmitir cierta fascinación por la figura del gangster.
Dani de la Torre: Al final, como nuestro protagonista es una persona que intenta embaucar continuamente, incluso a los espectadores rompiendo la cuarta pared y dirigiéndose a ellos como si fueran unos colegas, creo que es la visión de César en ese momento es la de haber ganado una batalla. Todo está contado siempre desde su punto de vista. Él se fascina a sí mismo, lo está demostrando todo el rato. Creo que es como él se imaginaría su salida, con los periodistas fuera y saliendo todos juntos. Es una metáfora de hasta dónde llega el ego y la locura del poder, de ganar, de demostrar y de decir que es poderoso.
Alberto Marini: Intentamos no dar a César y a los “malos” no darles razones objetivos o justificables para hacer lo que hacen. Nuestro abogado hace lo que hace por ambición y por más dinero fácil, aunque no tiene ninguna necesidad de hacer lo que hace.
Dani de la Torre: Lo hace por estatus.
Si somos empáticos podemos entender a todo el mundo, pero compartirlo no
Alberto Marini: Y con los malos pasa lo mismo. Ninguno viene de la miseria más absoluta y se mete por el mal camino porque es su única salida profesional. No, lo que intentamos es que no hubiera una justificación en este sentido.
Dani de la Torre: La ambición y el estatus son temas que no necesitan mucha justificación. Hay parejas que no se separan por la ambición y el estatus.
Alberto Marini: Y se entiende.
Dani de la Torre: Se entiende, claro. Tú estás con uno, yo estoy con otra y vivimos juntos porque como tenemos una ambición y un estatus, así que lo dejamos así. Esto es perfectamente comprensible y no hace falta irnos a que lo pasó mal de pequeño o a que le pegaron una paliza. No hace falta porque hay gente que es así, y que su ambición y su ego son superiores a la prudencia o al análisis en frío de las cosas.
Al final, es fácil entender al corrupto en estos niveles.
Dani de la Torre: Evidentemente. Si somos empáticos podemos entender a todo el mundo, pero compartirlo no. Nos pasó a nosotros a la hora de crear a los personajes y conocer a los reales. Yo no juzgaba, yo solo veía. No podía juzgar porque si juzgas te estás limitando. Tú ves lo que estás viendo, que a veces son cosas delirantes y de vergüenza ajena, pero no puedes dejarte llevar por lo que tú eres como persona. Estás viendo a otra persona de la que tienes que escribir y a la que tienes que recrear. A ti te pasará como periodista, que entrevistas a gente que es opuesta a ti y que representa algo que a ti te da repelús, pero hay ahí cierta fascinación por intentar comprender e intentar contarle eso a los demás. A nosotros nos pasa lo mismo, tenemos la misma inquietud.
Tanto en 'La Unidad' como en 'Marbella' se cuentan historias muy pegadas a la realidad, pero que, como series que son, deben tener su punto de ficción. ¿Cómo se consigue ese equilibrio entre lo real y lo ficticio?
Alberto Marini: Sí, hay que encontrar ese equilibrio entre ser fiel a la realidad y al entretenimiento. En el caso de Marbella, afortunadamente Nacho y Arturo colaboraron con nosotros en todo el proceso. Ellos nos traían y nos anclaban a la verdad. No fue una pelea, pero sí una búsqueda conjunta para encontrar ese equilibrio.
Dani de la Torre: Ellos son periodistas especializados en el tema y nosotros somos especialistas en ficción, entonces el trabajo de uno complementaba al otro. Evidentemente, hubo temas en los que discutimos creativamente, pero para mí fue un equilibrio maravilloso y perfecto, porque al final creas una historia más completa, más compleja y con muchas más capas.
Alberto Marini: No queríamos que la realidad obligara a la ficción a ir de un punto A a un punto B y convertir a los personajes simplemente en marionetas, sino que fuera todo orgánico.
Dani de la Torre: La realidad no está guionizada, la realidad es imprevisible. Crees que un personaje va a ir de aquí a aquí, pero lo mismo sale por una ventana al día siguiente y acaba la historia [risas].
Alberto Marini: El abogado nos contó algunos casos [de mafiosos] y nosotros nos preguntábamos: “¿Pero por qué hizo eso?”. Y él nos decía: “Porque estaba para allá” [hace un gesto como de estar mal de la cabeza]. No había conexión lógica con lo que hacía. Por supuesto, esto no lo puedes trasladar a tu serie salvo que decidas tener personajes locos.
Habéis dicho en alguna ocasión que lo que os gusta es contar realidades poco conocidas de España. Después de haber hecho 'La Unidad' y 'Marbella', ¿tenéis claro cuál es la siguiente realidad desconocida que queréis contar?
Dani de la Torre: De momento no, porque 'Beto' tiene sus proyectos y yo los míos. Pero bueno, si esta serie va bien, nos gustaría continuar por otras líneas que tenemos dentro de Marbella que son muy interesantes para conta. Ojalá funcione y nos den esa oportunidad.
Alberto Marini: Y si no será otro tema, porque siempre hay realidades muy interesantes. Algo encontraremos.
Dani de la Torre: Nuestro país no deja de sorprendernos nunca [risas].
Alberto Marini: Ojalá nos dejen contarlo con medios y con apoyo.
Hablando de medios, y al hilo de lo que decíais al inicio sobre la ventaja que nos llevan los anglosajones, ¿habéis buscado con 'La Unidad' y 'Marbella', aunque no fuese vuestro propósito principal a la hora de hacer la serie, derribar ciertos muros que han condicionado históricamente a las ficciones españolas?
Dani de la Torre: Yo creo que sí. Sobre todo, derribar los muros de la confianza. Pero no esa confianza de “buah, somos la hostia haciendo series”. Yo lo que quiero es que la sociedad confíe en nosotros como nosotros confiamos en la sanidad pública y en los médicos de este país o en los ingenieros que hacen los puentes por los que pasamos todos los días con el coche. La sociedad tiene que confiar en nosotros y nosotros podemos contar bien las historias, con rigor, como hacéis los periodistas, porque también tenemos nuestros códigos y nuestras maneras de contarlas para que puedan ser interesantes y objetivas.
Creo que La Unidad fue un paso muy grande para nosotros como creadores y como contadores de historias, pero creo que a la Policía le ofreció esa confianza para poder abrirse y colaborar en el futuro con más ficción. Es importante que la sociedad sepa cómo funcionan las cosas, ya sea un hospital, el puerto de Barcelona o la redacción de un periódico, y en qué esta gastado el dinero público.