En 2014, Ruth Lorenzo alcanzaba la gloria con su Dancing in the Rain, una canción que la llevó al décimo puesto en Eurovisión y que la convirtió en una de las grandes favoritas del público eurofán español. Mucho ha pasado 10 años después, en los que la artista murciana no solo tiene una carrera consolidada en lo musical, sino que en lo televisivo le ha abierto las puertas de volver a encontrarse con la comunidad eurovisiva como maestra de ceremonias y cara principal del Benidorm Fest 2024, que celebra su gran final este sábado 3 de febrero.
La entrevistamos tras haber conducido ya las dos semifinales, siendo esta una experiencia mucho más intensa que la de Cover Night, el primer formato televisivo que presentó también en La 1 de TVE meses atrás. “Me hace ilusión que a los cuarenta haya empezado una nueva carrera”, reconoce la artista, que asegura no estar consultando las redes sociales en estos días: “No me suelo meter a leer nada para que no me condicione y ser lo más natural posible en escena”.
Con la veteranía que tiene en esta clase de citas, Ruth Lorenzo deja claro que “ahora es cuando empieza la competición real”, con una final que considera abierta pese a que haya dos evidentes favoritos de acuerdo a los resultados de las semifinales, Nebulossa y St. Pedro. Ella, como conocedora de Eurovisión, sabe qué requiere el festival para hacer un buen papel: “Tienes que elegir una gran voz que pueda sostener el miura que es el escenario de Eurovisión, y necesitas a alguien experto, que no se eche atrás”, explica, valorando la labor del jurado profesional, pese a su discrepancia evidente con el televoto, como analizamos en este otro artículo.
“No sé si hay cambios en cuanto a lo que se escucha en plató y lo que se está escuchando en emisión, y eso puede ser interesante de ver”, añade sobre la diferencia entre las puntuaciones que asignan unos y otros. En todo caso, reitera la complejidad de poner en marcha un evento como este, más allá de quién lo gane, y sin mirar la audiencia: “La variación de audiencia puede ser por muchas cosas, si las canciones conectan más o menos, pero de manera general está todo el mundo muy contento”, afirma la cantante y ahora también presentadora, que sigue estando para lo que se tercie vinculada al certamen, pero que aclara sobre una hipotética candidatura futura: “Siento que no estoy en ese momento”.
¿Con qué sensaciones estás tras las semifinales del Benidorm Fest?
Pues mi sensación personal es cómo es este reto que está siendo el presentar un programa en directo, porque soy artista no presentadora, y todavía no me estoy dejando relajarme, porque queda la final. Una vez llegue te contaré a ver qué tal. Sinceramente, me lo estoy pasando muy bien. Estoy muy bien acompañada por mis compis, que son geniales, el público es estupendo y nos está dando momentazos, y estoy disfrutando de las actuaciones porque las estoy viendo en plató y viendo como espectadora todo lo que está pasando.
Ya tenías experiencia como presentadora después de 'Cover Night' en 2023. En todo caso, ¿sentías más presión en esta labor al estar en un formato tan titánico como este?
Sí, por supuesto. Cover Night al final era un formato que lo notaba más familiar, no sé cómo explicarlo: estaba muy arropada por una banda, era un programa grabado... Era una situación muy diferente. Esto es un directo, con un público muy crítico como son los eurofans... Más presión hay [risas].
No me suelo meter a leer nada para que no me condicione y para seguir siendo lo más natural posible en escena
En la previa de la primera semifinal decías que para ti era peor cantar en directo, porque ahí te lo juegas todo en tres minutos. Después de presentar estas dos galas, ¿ha cambiado la percepción?
No, cantar es peor [risas]. Cuando estoy encima de un escenario para hacer lo que estamos haciendo, como es presentar una gala, tiro de la yo de casa, y la yo de casa es una Ruth campechana, divertida. Si me equivoco, me he equivocado, no tengo una presión en ese sentido. Quiero hacerlo muy bien, pero no es mi campo, no es en lo que soy experta. Estoy mucho más relajada en ese sentido porque me exijo menos. Subirme a un escenario cuando eres artista para mí conlleva mucho respeto. El público siempre se merece el mil por mil de mí. Es lo que siento como artista.: que no desafine, cuando canto en directo intento que mis actuaciones sean lo más artesanales posible, para que el público pueda disfrutarlas, y eso es diferente. El público siempre merece lo mejor.
El sentir generalizado ha sido positivo sobre tu labor. ¿Qué feedback has recibido del público? Otros años ha habido casos concretos de críticas en redes. ¿Cómo lo vivís este año?
No me suelo meter a leer nada, precisamente para que no me condicione en nada, para seguir siendo lo más natural posible en escena, y para que cuando me vea mi familia me vean a mí. Para mí lo esencial es que cuando esté haciendo este tipo de cosas que no son mi especialidad, cuando me vea mi familia estén viendo a la yo de siempre. Eso se hace sin leer nada, sin condicionarte por nada ni nadie.
¿Entre los artistas habéis compartido sensaciones después de estos días de emociones y eliminaciones?
Claro, date cuenta de que estamos aquí pasando un montón de tiempo juntos. Intento no decantarme por nadie ni nada, pero conforme pasa el tiempo, sobre todo con los que se van yendo, que son artistas más noveles que empiezan y tienen sensación más agridulce, estoy arropándoles en ese momento, dándoles ánimos y explicándoles lo que sucede realmente: esto es un concurso de televisión. La televisión es televisión, no te puedes olvidar. Unos se van, otros se quedan y en realidad solo va a quedar uno que vaya a Eurovisión. Intento darles un poco de cariño y ayudarles en lo que pueda.
Los datos de audiencia de esta tercera edición siguen un poco lejos de los de la primera, pero se mantienen o incluso suben ligeramente respecto al año pasado si comparamos especialmente los de la segunda semifinal. ¡Qué valoración haces tú? ¿Crees que irá a más en la final?
Hombre, yo espero que la gran final no se la pierda nadie. Espero que realmente la gente esté al pie del cañón y lo disfruten mucho. Tampoco me suelo fijar en cómo van las audiencias. El Benidorm Fest está siendo todo un fenómeno, y sostener un formato que se da tres días al año es un acontecimiento complejo. Es lo que decías, titánico. La variación de audiencia puede ser por muchas cosas, si las canciones conectan más o menos, pero creo que de manera general está todo el mundo muy contento.
Sin reventar sorpresas, ¿te veremos cantando?
Pues... Tenéis que esperar al sábado [risas].
No sé si hay cambios en cuanto a lo que se escucha en plató y en la emisión, y eso puede ser interesante de ver
Sin mojarte sobre favoritos, ¿cómo valoras el nivel de los artistas de este año, y de los finalistas en particular?
Hay canciones muy buenas, de estas que se te quedan y que vamos a escuchar todo el año en radio. Luego hay unos artistas que... No sé si viste a María Peláe, que a mí me parece una artista invitada más que una que participe en un concurso para ir a Eurovisión. En ella vi a una artista invitada, porque tenía un nivelón. Estoy muy contenta y disfrutando del show, porque me siento una espectadora más, viendo las actuaciones y disfrutando de ello.
La mecánica de las votaciones hace que la final parezca un duelo entre ganadores de las semifinales, en este caso, Nebulossa y St. Pedro. ¿Crees que los demás tienen opciones?
Realmente ahora es cuando empieza la competición real. Ahora es cuando todo el mundo ha visto las cartas sobre la mesa y sabe dónde tiene que apretar y dónde no. Habrá quien diga que ya ha hecho lo que quería hacer y se relajarán, y otros que apretarán tuercas en el último tramo.
En ese sentido, destacaba lo que avisó Jorge González de perfeccionar su propuesta antes de la final para intentar convencer al jurado profesional, que le puntuó más bajo que el público, para así tener opciones. ¿Todo puede cambiar en la final?
Sí, todo siempre puede cambiar. Recordemos que es directo, y en los directos puede pasar cualquier cosa. No son actuaciones grabadas ni retocadas. También está cómo aguante cada uno la presión y de qué manera se sostenga cada uno en escena.
Sobre esta discrepancia entre voto del público y jurado... ¿Al estar allí se vive de otra forma?
Pues no lo sé, para mí es interesante de ver. [Los jueces] no están condicionados por absolutamente nada. El jurado internacional es superneutral, es gente que ni conoce a los artistas que salen al escenario. Es una página en blanco, como digo yo. No sé si hay cambios en cuanto a lo que se escucha en plató y lo que se está escuchando en emisión, y eso puede ser interesante de ver. En plató escuchas, por mucho que lleves cascos, de una manera determinada, y en sus casas la gente escucha todo sin truco, más limpio. Escuchas exactamente lo que entra por ese micrófono. Creo que ahí está la diferencia. No debemos olvidar que tenemos que llevar algo que represente a los españoles, pero algo también que se pueda representar en Europa. Países como Suecia, Italia o Francia llevan siempre lo mejor de lo mejor, con registros vocales impresionantes, y tienes que elegir una gran voz que pueda sostener el miura que es el escenario de Eurovisión, y necesitas a alguien experto, que pise un escenario de verdad y que no se eche atrás.
En las semifinales ha aparecido Inés Hernand recibiendo mucho calor. ¿Qué te parece su perfil, debería tener más cabida en próximas ediciones, como ya la tuvo en las dos primeras?
A mí me encanta. Yo la conozco hace muchísimos años, la quiero un montón. Ella y yo juntas somos unas gamberras, no se nos puede juntar porque la liamos siempre. No sé qué pasará el año que viene, por ahora estamos intentando terminar este.
Me hace ilusión que a los cuarenta haya empezado una nueva carrera, quien quiera y me necesite aquí estoy
Estuviste en el Euroclub y parecía que había predisposición a que formases parte del cartel. ¿Por qué no se dio finalmente? ¿Sentías que no era el momento?
Pues mira: todos siempre me llama de Eurovisión: '¿Oye, tú qué? ¿Te lo has pensado? ¿Quieres, volverías, lo harías?' Recibo mucho amor de los eurofans y eso siempre es una preciosidad. Siempre digo lo mismo: estaré disponible cuando se me necesite, igual que estoy ahora para presentar el Benidorm Fest, y para lo que se tercie. Pero sí es cierto que tuve mi momento, tengo mi carrera entre manos, y grabar discos, combinar presentaciones y cerrar giras, es una cosa muy compleja sobre todo como artista independiente que soy. Por ahora, vamos bien.
¿Es algo que descartas de cara al futuro o siempre está la puerta abierta?
Mi puerta está siempre abierta para los eurofans.
A estas alturas de tu carrera, el hecho de que haya una preselección, ¿te genera dudas o es un aliciente por el respaldo detrás?
Tampoco es una cosa que sea perjudicial. Por ejemplo, ayer viendo a María Peláe o a St. Pedro, que me pareció muy artista en el escenario, tiene su coherencia. Pero yo siento que no estoy en ese momento.
¿Hay voluntad de seguir desarrollando tu carrera como presentadora más allá del Benidorm Fest y de TVE? ¿Has tenido ofertas?
Me llama un montón de gente, te tengo que confesar, y estoy alucinada [risas]. Mi meta como artista siempre ha sido convertirme en hogar. Amo mi país, me encanta estar viviendo aquí, por mucho que vaya a sacar un disco con temas internacionales y me vaya a Europa a hacer conciertos, al final mi España querida es mi España querida, y Murcia es mi Murcia. Me hace ilusión que a los cuarenta haya empezado una nueva carrera, en la que estoy intentando ser honesta porque no es algo para lo que me he preparado, pero quien quiera y me necesite aquí estoy. Si es para formatos de música, que me encanta, y que sean para dar oportunidades a artistas emergentes o con talento, es superbonito.
Siempre has sido muy honesta con tu público y has contado cosas de cómo te encontrabas, o si las cosas no salían bien. ¿En qué momento estás ahora?
Estoy en un momento superdulce, muy feliz. Como dice Nebulossa, mi vida por dentro siendo una zorra de postal. Muy feliz grabando disco nuevo, planeando todo el lanzamiento, muy contenta con un equipo maravilloso que me rodea. Después de la tormenta siempre lleva la calma.