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'The Americans' 3x04 Review: “Todo esto va estallar”

Por Israel VicenteIsrael Vicente

'The Americans' es una serie familiar con tintes de espionaje y acción, lo he mencionado más de una vez. Si no lo he dicho, lo hago, y si lo he dicho, me repito. La serie es un drama familiar con el telón de fondo de la guerra fría, si no, ¿por qué elegir como protagonistas al de 'Cinco hermanos' y a 'Felicity'? En capítulos como el de esta semana se deja ver su esencia dramática como en los que más. No sucede nada, o por lo menos no parece hacerlo, aunque sí existe una evolución en los personajes, un desarrollo natural en sus arcos representativos. 'The Americans' es una serie de interrelaciones personales y este capítulo lo trata a la maravilla, valiéndose, además, de dos temazos musicales.

A partir de aquí ¡SPOILERS!

Kimmy para los amigos

En un barrio de Washington, de los de pista de basket y los típicos tíos jugando, gente andando con sus trasuntos y demás, vemos a Elisabeth vestida de hippie y fumando. Observa cómo Kimberly Breland, la niñera del episodio anterior, junto con un par de amigas compran a un dealer un poco de hierba. “Dimebag” es la expresión usada para referirse a una bolsita de 10 dólares de marihuana (un chivato, vamos). Kimberly va a ser su puerta de entrada a la CIA.

Ya en casa, los Jennings ven en este acercamiento un problema, nunca han reclutado a un activo tan joven, y lo más importante, choca de frente con su moral y problemas a la hora de revelar a su hija quiénes son realmente.

El episodio se resume en el spot que Philip ve en la televisión, un anuncio de jabón donde una especie de Lolita, una “baby”, pierde su virtud de niña para convertirse en mujer. Una realidad que Philip intenta por todos los medios que se retrase con su hija.

Estos Jennings no son de perder oportunidades, por eso Philip ya esperaba a Kimberly y a sus amigas cerca de la discoteca a la que no les dejan entrar por menores. Un poco de labia por parte del espía, os puedo conseguir unos carnés mejores, soy Jim voy trajeado, gafas con filtros azules, vivo en New York y la chiquilla camelada. Les pide que se hagan fotos nuevas y le llamen.

Esa noche, mientras Philip estudia con Henry los nombres de los estados y capitales, además de intentar sonsacarle información sobre su hermana y la iglesia, se produce esa llamada.

Al día siguiente Jim se encuentra con las chicas en un parque y les hace entrega de los carnés. Él presume de ser abogado y de formar parte de un lobby que presiona para que la edad permitida para beber sea común en todos los estados. Kimmy cae definitivamente a sus pies cuando Jim le pide a escuchar lo que suena en su walkman. Dice que es Yaz (Yazoo en su versión original británica), él asiente como si los hubiera escuchado toda la vida y le halaga su buen gusto. Kimberly está en el bote, y eso no le gusta nada a Philip, su mirada denota los quebraderos que le van a suponer reclutar a este activo. Ahora recuerdo cuando Elisabeth le dijo a Hans que “en esta clase de trabajo el sexo es peligroso”, y vaya si lo va a ser para Philip, sobre todo mentalmente.

Pasado un día más, Kimmy quiere ver a Jim a solas. Philip se lo hace saber a Elisabeth y va. Se ven en la calle, en las escaleras laterales de un edificio neoclásico. Allí sentados charlan, él con intención de dar rodeos, ella más al grano, saca el “dimebag” y Jim lía un porro. En el radiocasete que tienen junto a ellos suena “Only you” de Yaz, Kimberly empieza a bailar y le pide que baile con ella, pero Jim se excusa (los tíos duros no bailan). Visto que no funciona, Kimmy juega la baza del frío y finalmente, mientras fuman maría, Philip, alias Jim, la acurruca en su regazo bajo su chaqueta. Definitivamente la tiene en el bote.

Why can’t we be friends

Volvemos a saber de Nina y de su vida en la prisión soviética. Tras una nueva visita le proponen que actúe como espía para los rusos y le rebajarán la condena. Al parecer su compañera de celda Evi, que estaba en la URRS con visado de estudiante, fue sorprendida en un intercambio de documentos. Ella alega desconocer lo que había y que era un paquete de un amigo de su novio, quien dejó el país unas semanas antes. Huele mal todo esto.

Claro está que Nina se agarra a un clavo ardiendo, y comienza a abrirse con Evi. Al principio, finge tener un marido y presiona a la belga para sonsacarle información sobre su novio. Ya que no logra nada así, cambia la estrategia diciendo la verdad sobre el KGB, su trabajo en América, Stan y las continuas cagadas con las que arruinó su estancia. Parece que esto surte un poco más de efecto en Evi, quien ha cambiado el rol con Nina y ahora no habla tanto. Durante la noche, Nina se despierta gritando por una supuesta pesadilla, Evi la sostiene tranquilizándola, diciéndole que todo va a estar bien. Ha surtido efecto, pero, mal pensado de mí, no sé si realmente se la estarán jugando a Nina con el doble juego, y es Evi la que tiene que sonsacarle la información a ella.

Alcohólicas anónimas

Por otra parte, hemos visto a Elizabeth, tuneada como la ex alcohólica Michelle, presentándose en casa de su madrina de Alcohólicos Anónimos, Lisa, fingiendo haber recaído. Lisa ya apareció al final de la anterior temporada y es un potencial activo. Ambas hablan de sus penas y su madrina le confiesa que su marido Maurice ha estado sin trabajo durante cuatro meses, empeorando tanto la situación en casa, que envió a sus hijos a vivir con su hermana. Poco sentido tiene esta escena salvo para abrir una nueva trama en próximos episodios.

Stan el Sabueso

Poco a poco el flojeras de Stan Beeman vuelve a ser el sabueso que era, gracias en gran parte a las reuniones del EST a las que acude con Philip. Allí ha logrado soltar lastre y volver a centrarse en lo que debe, la seguridad nacional. Es elegido para contarle sus experiencias al coach frente a todos. Toda su rabia hacia Sandra y la situación que están viviendo acaban saliendo, y manda a la mierda al gurú, que interpretaba el rol de Sandra. Esa actuación y muestra de dolor hacen que Tori, una compañera del grupo de autoayuda, le invite a copas a la salida. Stan es un tipo duro, quiere recuperar a su mujer y no meter la pata, por lo que pasa de ella.

Algo más centrado, le hace ver al agente Gaad, que tal vez Zinaida tenga otras intenciones con la cantidad de contactos que está haciendo en sus encuentros con mandatarios americanos. Duda de si incluso pudiera querer acabar con el presidente de los EEUU. Ese es el agente Beeman que nos mola.

Durante una cena con Zinaida en un diner, ojo al comentario de la camarera, la suspicacia de Stan acrecienta cuando la rusa va al baño, hasta el punto de acercarse a vigilarla. Como no sucede nada, su conciencia se queda algo más tranquila y le regala una chocolatina Milky Way a la desertora. Mucho muestran esta marca como para ser un simple product placement. ¿Llegará a jugar algún papel importante y por eso hacen tanto hincapié?

Stan volverá al diner una vez que están cerrando para confirmar, y destrozar de paso el aseo, que Zinaida no ha dejado ningún mensaje para la KGB, todo ello al son de Don´t go de Yazoo. ¡Ay la suspicacia!

Al final del episodio Stan va a casa de su mujer y se sincera con Sandra. Le relata que tuvo una aventura y que lo jodió todo. Por su culpa Sandra no lo quiere con ella, pese a que la siga amando, y dice que también la cagó con Nina, a la que también perjudicó. Llegados a ese punto Sandra no puede seguir escuchando, le deja con la palabra en la boca y se va. Ese es el camino, Stan.

“Cumple la voluntad de tu padre”

El cumpleaños de Paige es en nada, y su madre le pregunta qué quiere hacer. A ella no le apetece celebrarlo, pero cuando Elizabeth le sugiere traer a algunos de sus amigos a cenar, Paige sabe exactamente a quién quiere invitar, al Pastor Tim y a su esposa. ¡Zasca!

Por otra parte, e influenciado por la relación que está comenzando con Kimberly, Philip le regala a Paige el vinilo de Yaz. Ella está encantadísima, pero a Elizabeth no le mola un pelo, habían prometido elegir el regalo de cumpleaños juntos. Una nueva tempestad se levanta entre los Jennings. Philip acusa a Elizabeth de que sólo quiere pasar tiempo con Paige en la iglesia para ganar su confianza. Harta de las disputas, Elisabeth explota y dice que pasa tiempo con su hija porque la quiere y desea ciertas cosas para Paige que no son el sueño americano que Philip tiene en mente.

Llegada la cena de cumpleaños, durante la cháchara posterior, el pastor habla de una parábola sobre cómo Jesús estaba dispuesto a morir por lo que creía y usa la frase “cumple la voluntad de tu padre”. Qué gracioso se me antoja todo. Más aún cuando Paige deja caer la bomba H, quiere bautizarse, y parece que ya lo había hablado con el pastor Tim, quien pide la aprobación de sus padres. Esas caras y segundos en silencio de los Jennings podían perfectamente haber matado al pastor antes de que cantara misa.

Si tenían pocos quebraderos de cabeza con la niña, suma uno más. Recogiendo los platos, Philip le ofrece su opinión a Elisabeth, “si se lo dices ahora a ella, todo esto va a estallar”. Ella, cansada de fingir y convencida del poder de la verdad, responde: “está sucediendo, y acabará sucediendo, Philip. Y sí, lo estoy haciendo, con o sin ti.” El momento cumbre se acerca.

Aquí el avance del siguiente episodio:

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Por Israel VicenteIsrael Vicente