Acaba 'La última tentación': los motivos por los que no ha sido un fenómeno como 'La isla de las tentaciones'
La última tentación llega este miércoles a su final con la emisión de su última entrega. Un episodio que promete cerrar el círculo de Christofer y Fani con otro momentazo televisivo similar al del famoso “¡Estefaníaaa!” y que pondrá el broche a la trayectoria de un spin-off que aunque ha funcionado en audiencias, no ha logrado rendir al nivel del fenómeno de La isla de las tentaciones.
El programa aterrizaba el pasado septiembre en el prime time como la primera secuela internacional de la franquicia. Creado por Cuarzo Producciones (Grupo Banijay) junto a Mediaset España, La última tentación nacía como una respuesta a la demanda de los seguidores de conocer cómo continuaban las historias nacidas en las villas de República Dominicana durante las tres primeras ediciones del formato original. Y ha cumplido con su propósito en cuanto a contenido, ya que ha dado juego gracias sobre todo a dos grandes protagonistas, pero su 'calado' ha sido más discreto.
A falta de la emisión del octavo y último programa, que a buen seguro subirá la media, el spin-off de Las tentaciones se despide de Telecinco con una audiencia promedio de 16.8% de cuota y 1.951.000 espectadores. El registro es positivo en un contexto televisivo como el actual donde el cambio en el sistema de medición de Kantar ya no permite a los programas fragmentar sus emisiones para inflar su share, y donde el resto de ofertas estelares están rindiendo a un nivel similar.
Además, ha conseguido liderar todas las noches, ha sido el primer reality en superar la barrera de los 2 millones de espectadores en esta temporada con la tercera entrega, y por ahora se despide como el formato de entretenimiento más visto de Mediaset este curso por encima de Secret Story (1.757.000 fieles de media), que es realmente la gran apuesta del grupo para otoño.
Sin embargo, esto es tan cierto como decir que La última tentación ha tenido un recorrido más discreto por la parrilla de Telecinco que La isla de las tentaciones, tanto a nivel de repercusión como de audiencias.
Audiencias de 'La última tentación'
- Programa 1 (15/09/2021): 16.3% y 1.866.000
- Programa 2 (22/09/2021): 15.6% y 1.825.000
- Programa 3 (29/09/2021):17.8% y 2.073.000 [máximo]
- Programa 4 (06/10/2021): 18.1% y 1.965.000
- Programa 5 (13/10/2021): 16.9% y 2.065.000
- Programa 6 (20/10/2021): 16.9% y 1.997.000
- Programa 7 (27/10/2021): 15.9% y 1.864.000
- Media: 16.8% y 1.951.000
Audiencias de 'La isla de las tentaciones'
- La isla de las tentaciones 1 (2020. 11 galas. Telecinco / Cuatro): 24.1% y 3.026.000
- La isla de las tentaciones 2 (2020. 9 galas. Telecinco): 22.5% y 2.875.000
- La isla de las tentaciones 3 (2021. 12 galas. Telecinco): 26.3% y 3.114.000
Después de tres ediciones que han sido todo un fenómeno, el primer spin-off de la franquicia se ha quedado muy lejos de sus predecesoras en share y en espectadores. Es más, entre la tercera temporada -la última emitida y la más vista hasta ahora del reality- y la secuela ha habido una pérdida de 9,5 puntos de cuota y una fuga de 1,2 millones de fieles. También ha rendido muy por debajo de la segunda (-5.7 puntos y -924.000) y de la primera (-7,3 y -1.075.000), algo que no puede achacarse únicamente al cambio de contexto, sino también a otros factores.
¿Por qué 'La última tentación' no ha funcionado igual?
· Personajes e historias ya exprimidos
Una de las claves del éxito de La isla de las tentaciones es su apuesta por los personajes anónimos. Frente a una parrilla de realities “VIP”, Cuarzo Producciones optó desde el principio por un perfil de participantes que aunque en algunos casos tenían pasado televisivo -como ocurre también en el casting de la cuarta edición-, ninguno de ellos había hecho hasta el momento una carrera larga en el medio.
Por contra, el spin-off reunió en las villas a los grandes protagonistas de las tres temporadas, cuyas historias ya habían sido exprimidas en los debates, platós e incluso otros realities durante meses. Una saturación que ha jugado en contra del propio formato, ya que un gran número de espectadores fieles de La isla ni siquiera se han asomado a ver el enésimo viaje de Andrea y Óscar a República Dominicana, ni a comprobar cómo la historia de Christofer y Fani se repetía... para sorpresa de nadie. Y para más inri, ninguno de los dos 'nuevos' (Roberto y Alejandro) han tenido el carisma para suscitar un interés exta.
· Dinámica diferente
También ha sido clave en la explosión de La isla de las tentaciones como fenómeno la dinámica del reality, que no se había explotado en la televisión española desde el recordado Confianza ciega. El morbo de ver cómo alguien reacciona a la infidelidad de su pareja, o cómo la otra parte intenta no 'caer' en la tentación, han mantenido pegados a la pantalla a millones de curiosos para los que no tiene tanto interés observar si los participantes se reconcilian o no con su ex, o con una cuenta pendiente del pasado.
Además, en La última tentación ha primado el conflicto sobre lo emocional, y aunque también ha dado grandes momentos televisivos, por lo general ha sido una edición bronca y con menos highlights que cualquier temporada de La isla.
· Un formato nuevo en plena construcción
Estos son solo dos de los cambios que introduce La última tentación, un formato que aunque bebe de La isla de las tentaciones, no es La isla de las tentaciones. Mientras que en la segunda y tercera edición los espectadores ya sabían qué se iban a encontrar en el reality, la secuela llegaba con más incógnitas, con un reparto que pese a funcionar en su primera aventura televisiva no era necesariamente garantía de interés y con un planteamiento que se fue moldeando sobre la marcha en plena grabación.
Ahora, tras una primera edición que ha sido también un debut a nivel mundial, La última tentación ya es una marca que puede crecer televisivamente en base a una dinámica que, esta vez sí, se plantee como algo cerrado, directo y claro para espectadores y participantes.
· Cuarta temporada en menos de dos años
El cuarto y último factor que hay que tener en cuenta es el de la saturación. Con el estreno de La última tentación en septiembre, Telecinco encadenó su cuarto programa de las Tentaciones (tres ediciones de La isla, y una del spin-off) en un plazo de veinte meses. Algo que solo suele ocurrir con formatos como La Voz o MasterChef que emiten ediciones de 'adultos', 'senior' y niños, y que seguirá ampliándose con la inminente llegada de La isla de las tentaciones 4, la quinta entrega de la marca en menos de dos años.
Por ahora, el formato original no se ha visto resentido por esta sucesión de temporadas en tan corto espacio de tiempo y de hecho, la tercera fue la que mejor funcionó en audiencias. No puede decir lo mismo la secuela, que al recuperar tramas ya de por sí 'estiradas' no ha sido el soplo de aire fresco que los espectadores, y la propia cadena, podían esperar.
Habrá que ver si el ritmo de emisión afecta a la cuarta edición, o si este desvío por La última tentación ayuda a que los espectadores fieles reciban con más ganas la nueva temporada original. Sea como fuere, lo cierto es que la recepción de una nueva temporada que promete más emociones fuertes se antoja clave para el futuro del formato en la TV española.
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