¿Cómo han afrontado en La casa de papel luchar contra Supervivientes? Su director responde
¿De qué está más orgulloso en cuanto a la dirección de 'La casa de papel'?
Yo creo que de lo que podemos estar orgullosos los directores es de poder plantear un lenguaje que en televisión es bastante novedoso. Se había visto más en cine, pero en la ficción nacional no se había visto. Creo que desde hace dos años hay un nuevo escalón dentro de la propuesta que puedes tener como director dentro de una serie y que no es un sota-caballo-rey, sino que puedes experimentar y jugar con el espectador tratándole de una forma más inteligente. Y precisamente el poder tratar al espectador de una forma más inteligente que hace años es la mayor baza que tenemos los directores, los guionistas, los actores y, en general, el equipo con la nueva ficción que está surgiendo en España.
¿Le exigen mucho los guiones a la hora de componer la puesta en escena?
Cada secuencia tiene una forma de trabajar distinta. Parto de un punto actoral súperconcreto y a partir de él mes surge una puesta en escena. Y a partir de la puesta en escena me surge la realización. Luego hay otras secuencias donde partes de un planteamiento determinado, como puede ser abrir la escena con un plano muy icónico, muy visual y con un movimiento de cámara muy concreto que se te viene a la cabeza, y a partir de ahí construyes.
Al final, tanto puesta en escena como realización tiene que ser uña y carne, con lo cual a veces empiezas por una y vas acoplando la otra y otras al revés, pero depende de la secuencia.
Por otro lado está la coordinación con el director de fotografía, que también juega un papel importante en la serie. ¿Cómo es su trabajo con él?
Hay parte del equipo que venimos de 'Vis a vis', entre ellos Migue Amoedo como director de fotografía, y sí que hay un lenguaje bastante consensuado que salió ya en 'Vis a vis' y que en 'La casa de papel' ha dado un paso hacia adelante. Jesús Colmenar, que ha sido como el padre de los directores, lo planteó mucho en el capítulo uno.
El uso de las lentes angulares, los contrapicados e incluso cuando no son contrapicados expresivos, llevamos una altura de cámara muy concreta, que es el sello del lenguaje. Esto es algo que ya se plantea en la preproducción y que se consensua al principio. Mola porque vamos todos en el mismo barco remando a la par.
¿Qué cosas que aplicó en 'Vis a vis' está repitiendo o modificando en 'La casa de papel'?
Todo lo que tiene que ver con lo visual, los encuadres, la luz y la realización ha sido evolucionar y dar un paso más de lo que teníamos en 'Vis a vis'. Aquí hemos usado todavía más angulares, somos más neoexpresionistas, como le gusta decir a Migue (Amoedo), en cuanto a poder contrapicar y picar sin miedo como un cine que no se mueve por lo comercial y lo establecido. El poder llegar a ese punto y tener al espectador enganchado con una trama potente y permitirte extremar el lenguaje, además de motivar, es de lo que más estamos orgullosos tanto los directores como los directores de fotografía.
¿Cómo es el trabajo con los actores?
Cada uno es de su padre y de su madre, como pasa en todas las producciones y sobre todo en una tan coral como ésta. Es un reto dirigir a gente que tiene formas de trabajar tan distintas. Lo que mola es conocerles. Yo he hablado mucho con ellos antes de ponerme a dirigir la primera secuencia y es saber lo que le va bien a uno u a otro.
En las secuencias en grupo es donde tienes más reto, de cómo dirigir a cada uno con los puntos que les van a funcionar. El día que coincidimos en la comida, si nos toca una secuencia al día siguiente, estamos una hora hablando de esa secuencia, con lo que cual llegas al día siguiente ya casi es ponerte a ensayar y rodar, porque somos unos pesados, unos motivados de la vida y solo hablamos de la serie, los personajes, el arco, la trama...Es un lujo tener a gente tan motivada porque el curro que están haciendo es increíble.
¿Cómo se trabaja con el rodaje tan pegado al ritmo de emisión?
Tener unos tiempos de entrega tan extremos es una experiencia que no había tenido antes. Te obliga a agudizar el ingenio, sobre todo cuando llegas al montaje. Una vez que has terminado de rodar el episodio tienes poco tiempo para los procesos, por lo que tienes que apostar. No puedes probar una versión de montaje y luego ponerte a reestructurar todo.
Si apuestas por algo tienes que ir a muerte con ello porque vas a tener x días para esa propuesta y no la puedes deshacer. La parte positiva es que te tienes que arriesgar con algo a muerte salga bien o mal. Ni siquiera los productores van a tener mucho margen, con lo cual también es hablar con ellos y lanzarte a la piscina con cada propuesta.
¿Está pendiente de las audiencias?
Sí, sí. Estás pendiente hasta cierto punto y aunque no te guste. A mí no me gusta y lo relativizo mucho. También hay mil factores que ni siquiera dependen de la calidad del producto en cuanto a las audiencias, pero al final te afecta y el dato que tienes te hace rodar por la mañana un poquito más contento o no, Aun así, pesa mucho más el que al acabar la jornada digas “vaya secuenciones hemos hecho”, que veas que esto va para arriba y que la serie es la hostia, que la audiencia, que hay días en los que va mejor y otros peor.
Estamos en un dato estable muy positivo, Antena 3 está muy contenta con los datos. Es una serie difícil en cuanto a que tiene una estricta continuidad que tienes que seguir y si no te enganchas te quedas un poco perdido. El dato es el suficiente como para demostrar que este tipo de ficción es viable en España, que es lo realmente importante. Una ficción que se puede hacer y ante la que el público responde.
La serie tiene la mala suerte de competir contra 'Supervivientes', que acapara gran parte de la audiencia.
Cuando ofreces productos de entretenimiento que también son cultura te manejas en una jungla de ofertas de ocio para la gente que pasa en televisión con Antena 3, Telecinco y Televisión Española como pasa en el teatro o en otro tipo de shows. Los actores de teatro dicen “¿cómo competimos con esto si está arrasando?”. Bueno, sabes que son las reglas del juego y juegas con ellas.
¿Con qué secuencia se queda de las rodadas hasta la fecha?
Soy tan emocional con lo que surge en el momento que ahora mismo estamos haciendo un flashback en la casa de Toledo entre Berlín y El Profesor que me está pareciendo demoledor no, lo siguiente. En el capítulo 9 hay una conversación entre Nairobi y El Profesor, con una confesión del Profesor, que creo que es la secuencia con la que más he llorado. Pasó algo muy bestia por dentro que casi me tuve que parar unos segundos al cortar para recomponerme e irme a dirigir a los actores, porque era como algo que había por dentro desbocado.