Seis razones por las que engancharse a 'Big Little Lies': alguien ha muerto y no sabes quién es
Llegaron en 2017. Un año marcado por la irrupción del #MeToo y por las denuncias por abuso y acoso sexual contra el productor Harvey Weinstein, que provocaron un antes y un después en la concienciación de los entresijos de una industria manejada por magnates, hombres. Un año en el que en los Globos de Oro, por primera vez en la historia, el feminismo lo fue todo.
La oleada también llegó impregnada por proyectos de ficción en los que las protagonistas fueron ellas. En cine, con Tres anuncios a las afueras o Lady Bird, y en televisión con 'El cuento de la criada' y 'Big Little Lies'. Dos años después, y al tiempo que HBO lanza cada semana un nuevo episodio de su segunda temporada, Antena 3 estrena esta noche la primera tanda de la ficción protagonizada por Nicole Kidman, Reese Witherspoon, Shailene Woodley, Zöe Kravitz y Laura Dern.
Como era de esperar, el reparto es uno de los principales motivos por los que sentarse esta noche en el sofá a disfrutar y sufrir junto a ellas. Y es que Big Little Lies funciona como thriller, drama y por instantes comedia, pero está muy alejada de la mera contemplación. La serie es generosa y permite acercarse a realidades dispares, como la de una mujer que sufre maltrato o la de otra que fue violada.
Aunque no es el extremo lo único en cuyo retrato brilla. Su esencia está en la relación que se establece entre sus protagonistas, en las contradicciones que muestran, sus enfrentamientos, alianzas y por encima de todo, su sororidad. Una unión que les une por encima de todo, y que surge en el que colegio al que todas llevan a sus hijos. Basada en la novela homónima de Liane Moriarty, creada por David E. Kelly (que firma el guion junto a Matthew Tinker) y dirigida por Jean Marc Vallé, aquí van seis razones por las que merece -y mucho- dejarse atrapar por ella ahora que comienza a emitirse en Antena 3.
- Su punto de partida: un asesinato
Big Little Lies empieza fuerte, con la muerte de un personaje que no será desvelado hasta su final. El suceso impregna desde entonces la producción de thriller. Por las dudas que se van planteando, y alguna despejando, para entender qué y cómo ha sucedido. Entonces el grado de empatía con cada sospechoso es mínimo, algo que irá cambiando porque la serie logra mediante planos subjetivos y flashbacks introducir al espectador en la mente de sus protagonistas. Sentir su miedo, su euforia, desesperación, y también su placer.
- El retrato de la violencia machista
Cada una de las mujeres y madres que encabezan la serie tiene su propio contexto, personalidad y parejas, siendo uno de los más complejos y con más detalle retratado, el que envuelve a los personajes de Nicole Kidman y Alexander Skarsgård. Ambos interpretan a un aparentemente idílico matrimonio, tienen dos gemelos, él mucho dinero y ella todo el tiempo libre para hacer lo que quiera. Claro que se irá descubriendo que es una abogada brillante y que si no ejerce es más bien por la presión de su marido que por su decisión propia.
Teniendo en cuenta que en este 2019 se han alcanzado las mil mujeres asesinadas por hombres en España en los últimos dieciséis años, parece un buen momento para acercarse desde el prisma de la víctima y plantearse qué supone que tu pareja te maltrate, los pensamientos, culpa, miedo, dudas y también rabia que experimenta. Y lo hace sin buscar el morbo. Es crudo y desagradable al mostrar el infierno que implica desde dentro, en contraste con la fachada perceptible desde fuera. También toma fuerza al tener en cuenta a los hijos, cómo ellos asimilan y reaccionan ante esa violencia que, si bien hacen lo imposible por esconder, se respira.
- El elenco y los premios que le avalan
Precisamente Kidman y Skarsgård son dos de los principales atractivos de la serie. Sus interpretaciones les valieron a ambos para hacerse con el Emmy y el Globo de Oro a la Mejor actriz y actor respectivamente. También fue premiada con ambos en el apartado de reparto su compañera Laura Dern.
“El poder, para las mujeres”, afirmó con contundencia Kidman al subir al escenario a recoger su galardón en los Globos de Oro. Una gala en la que la serie se hizo con cuatro premios con el que las protagonistas posaron vestidas de negro, color que tiñó la alfombra roja como protesta contra el acoso. “Mi personaje representa la violencia sexual. Espero que haya un cambio a través de las historias que contamos y que mantengamos la conversación viva”, añadió sobre su personaje la ganadora del Oscar por Las horas en 2002.
Se sumó en firmeza Dern, que pidió “enseñar a nuestros hijos a hablar abiertamente sin miedo a las represalias”. Witherspoon, cerebro del proyecto, se dirigió a las víctimas de violencia machista al recoger el premio a la Mejor Miniserie asegurando que “siempre os vamos a escuchar”.
Así, el elenco destaca en su conjunto. Algo que denota que la dirección de actores de su realizador Jean Marc Vallée (Heridas abiertas, Dallas Buyers Club) ha tenido que ver a la hora de conseguir los mejores registros de cada uno. El cineasta fue reconocido como Mejor director en los Emmy, donde marcharon a casa con siete recompensas más.
- La maternidad y el matrimonio, sin idealizar
Un elenco coral permite mostrar relaciones muy diferentes, y reales. Muchos defenderán que el hecho de que sean familias ricas y madres con tiempo libre (todo lo contrario a lo que muestra su competidora en franja Señoras del (h)AMPA), podrá generar una distancia entre ellas y el espectador, aunque esta representación de mujeres estupendas es cercana en cuanto a que los problemas que aborda son universales, y frutos del hecho de que son mujeres. Sea cual sea el estatus social o el dinero que haya en el bolsillo, ninguna mujer se libra de la discriminación, la desigualdad o la “carga” de la maternidad, entre otros tantos muchos ejemplos.
Por ello aquí se incluye a una madre que cría sola a su hijo, pero también a la que lo hace junto a su marido, lo cual tampoco lleva a que se solucionen todos los problemas, porque tener descendencia implica mucha dedicación, tomar decisiones, tener que renunciar a un tiempo que invertir en uno mismo o incluso un gasto económico. Pero que nadie piense que este es un alegato con la maternidad. Al contrario.
Hacer entender la maternidad como lo mejor que a una mujer puede pasarle en la vida o su único objetivo, creer que todo va a ser maravilloso y un camino sin piedras, y que en nada va a afectar a su vida sexual, es probablemente más dañino que estar preparado para un día a día en el que no hay hadas madrinas que acudan a secar a nadie las lágrimas ni a hacer la compra.
- Normalizar la labor de los psicólogos
Acudir al psicólogo cuando tenemos un problema o queremos mejorar en algún aspecto de nuestra vida es algo que como sociedad no tenemos interiorizado con la normalidad con la que vamos al fisioterapeuta cuando nos duele la espalda o al dentista cuando nos duelen las muelas. Existe un rechazo y vergüenza al admitir que alguien acude a consulta, como si todas fueran como las de Una terapia peligrosa.
La reciente 'Sex Education' normalizaba la labor de los sexólogos y Big Little Lies lo hace con el personaje al que interpreta Robin Weigert, la terapeuta a la que acude a buscar ayuda la víctima de violencia de género. La suya es una ayuda fundamental y que permite conocer las fases por las que pasa, la realidad que le ayuda a afrontar su situación y la forma de buscar una salida al horror. Porque la hay.
- Un final a la altura
A nadie nos gusta perder el tiempo, y bien es sabido que los finales de las series son vitales a la hora de coronar o hacer decaer a una ficción. En este caso, el desenlace de la primera temporada cumple y con creces las expectativas que va gestando desde su inicio. Es cierto que una de las tramas puede tener una conclusión un tanto enrevesada, pero que aun así encaja como pieza del puzzle que conforman sus protagonistas y su guion. Además, en la segunda temporada ya estrenada en HBO se suma al elenco Meryl Streep, cuya presencia siempre es una buena razón para al menos dar una oportunidad a todo proyecto en el que aparezca. Empezando por esta noche.