Análisis

La calidad y la audiencia en los modelos enfrentados de Atresmedia y Mediaset

'Pasapalabra' y 'Sálvame', reyes de la tarde y cara y cruz en valoración

Marcos Méndez

Durante 20 años, la frase “nadie ve Gran Hermano, pero luego arrasa en audiencias” vino a resumir la aparente vergüenza que suponía reconocer que se era espectador del exitoso reality de Telecinco. Para muchos, subjetivamente, porque era la máxima expresión de “telebasura”. A pesar de que al mismo tiempo, objetivamente, los datos de audiencia situaban a GH como un fenómeno televisivo sin igual: casi todo el mundo lo veía, pero casi nadie lo decía.

La televisión, y la sociedad, han cambiado mucho en estas dos décadas. Por eso ya no se percibe como un problema reconocer que se ve Sálvame cada tarde, o que no quieres perderte una gala de Secret Story, de Supervivientes, o de La isla de las tentaciones. De hecho, ya hay estudios que demuestran que el único factor que nos importa para ver algo en televisión es que nos guste, por cualquier motivo, y que no nos importa calificarlo como “de mala calidad”. Si nos gusta un programa, lo vemos. Sin importar si para otros es “malo”, o si incluso nosotros mismos creemos que es de “mala calidad”, pero aún así no queremos perdernos ninguna de sus entregas.

A la hora de elegir qué ver nunca ha habido prejuicios televisivos: en nuestra intimidad, veíamos y vemos lo que queremos, sin importar cómo se considera a ese programa socialmente. Pero a la hora de hablar públicamente de ello, de calificar lo que nos gusta ver, parece que no ha habido tanto avance: casi todos siguen viendo (audiencia) formatos calificados como “malos” (calidad). Y en ese eterno dilema de la calidad y la audiencia se sigue situando la pelea entre Atresmedia y Mediaset que marca la televisión en España.

La semana pasada se hizo pública la última oleada del Estudio de Imagen de Personality Media de 2021. Un estudio que trata de calcular la percepción que el consumidor tiene sobre el actual mapa televisivo en base a su “calidad”, un intangible cualitativo que no refleja la medición diaria cuantitativa de los audímetros de Kantar Media. Pero que sí aporta una interesante visión de cómo los espectadores nos ponemos ante el espejo.

Este es el ranking de programas por buena y mala calidad que se extrae de ese estudio:

Atresmedia ha hecho bien en destacar las conclusiones de este estudio, porque confirman que la apuesta que el grupo realizó hace años por huir de una programación de corazón y conflicto, y basarse más en la información, la actualidad, y el entretenimiento “blanco” y cultural; se ha visto refrendada por la percepción que el público tiene de ella. Hasta el punto de que Antena 3 lidera en 10 de los 11 apartados sometidos a estudio.

Mediaset, por su parte, opta lógicamente por resaltar más los datos de audiencia. Por eso perder el mes de septiembre, teniendo en cuenta su modelo, fue especialmente doloroso ya que el grupo orienta la parrilla de Telecinco a ser la cadena más vista, a liderar. Y por eso no le importa beneficiarse e incluso potenciar sus conflictos internos -como ha hecho en este mes de octubre-, una táctica en la que sus realities son fundamentales para nutrir de contenidos a sus magacines y aprovecharse así de su típica recirculación.

¿Pero y los espectadores? ¿Cómo nos situamos en ese eterno debate entre calidad y audiencia, entre calidad y cantidad? Pues según ese estudio, lo cierto es que a la hora de coger el mando y ponernos ante la televisión, no nos importa tanto la calidad que tiene un espacio, sino que simplemente nos guste.

La “mala calidad” lidera más que la “buena”

Así se explica que de los diez programas con “buena calidad”, sólo cuatro sean líderes habituales en su franja: Pasapalabra es el rey de la tarde, Antena 3 Noticias encadena meses siendo referencia en sus dos ediciones, El Hormiguero sigue imbatible en el access y primer tramo del prime time, y MasterChef es el único desahogo de La 1 de TVE. Puede resultar curioso que, a excepción del concurso de Roberto Leal, sean también formatos que acumulan polémicas, bien por la manera de informar de Vallés, por una pregunta de Pablo Motos, o por algo que suceda en MasterChef. Que sigan teniendo tan buena imagen demuestra también que el éxito (de audiencias) implica tener más ojos sobre ti, y más probabilidad de que se creen esas polémicas.

Pero respecto a los otros seis formatos mejor valorados, destaca que ni tan siquiera tienen que funcionar bien en sus cadenas. Arguiñano, laSexta Noticias y Lo de Évole sí suman (sin llegar a liderar) para los resultados globales, pero ni Equipo de investigación, ni los Telediarios, ni sobre todo España Directo viven su mejor momento de audiencias, lejos del liderazgo y con datos reducidos. Incluso en el caso del último, con rumores sobre su cancelación. Ahí también subyace la importancia de las “marcas” de los programas, que les hacen reconocibles y pese a ser menos relevantes en audiencias logran mantener su buena consideración.

Es paradigmático que sólo cuatro de los programas con “buena calidad” lideren habitualmente, mientras que entre los de “mala calidad” haya siete de diez líderes: Sálvame (tras superar su crisis contra Tierra Amarga), el Deluxe (que sigue reinando el sábado, aunque con menos brillo), La isla de las tentaciones (aunque su spin-off La última tentación sufre más), El programa de AR (dominador inamovible de las mañanas), Supervivientes (el reality estrella de la TV actualmente), y Rocío, contar la verdad para seguir viva (la docuserie revelación). Sólo Jugones, First Dates y Viva la vida no son líderes.

En este segundo caso son programas que acumulan polémicas por su propio contenido y su forma de realizarse, quizás a excepción de First Dates, y contando con Jugones en el que Pedrerol también apuesta por la espectacularización, los cebos y las medias verdades. Pero vuelve a demostrar que cuanto más éxito de audiencias se tenga, más proclives son a generar críticas porque más gente los ve y más conversación y polémicas se generan.

Dos modelos tan diferentes como compatibles y exitosos

Si a los espectadores no les importa la buena o mala calidad de un programa televisivo, y lo ven simplemente porque les gusta aún reconociendo que puede ser “malo”, ¿por qué entonces es tan importante este análisis cualitativo? La respuesta es clara: sirve para corroborar un modelo de hacer televisión.

En este caso, lógicamente, es el de Atresmedia. Incluso cuando no lidera, Antena 3 sigue siendo la cadena más valorada, y también laSexta se sitúa muy bien en estos parámetros. Algo que lleva al grupo a mantener su misma línea en parrilla, y le permite demostrar a los anunciantes que sus productos van a verse en los programas mejor valorados por el público. En definitiva, así confirma que su modelo de negocio le permite alcanzar el objetivo de toda cadena generalista y privada: ganar dinero gracias a los anunciantes.

¿Y Mediaset? ¿Ser la peor valorada le hace entonces no poder vender sus anuncios, no ganar dinero? La respuesta es obvia: no. Mediaset se lo ha jugado todo a las audiencias, y todo a una carta que es Telecinco, en detrimento de Cuatro y de su valoración cualitativa. Su modelo es el de lograr ser la cadena más vista de España, y lo consigue con creces permitiéndole esgrimir ante sus anunciantes el mejor reclamo posible: sus productos se verán en el canal líder.

El empate a la décima en agosto y la victoria de Antena 3 en septiembre fue especialmente dañino para Mediaset precisamente por suponer que su modelo no triunfaba y no poder jugar su única baza ante los anunciantes. Pero en octubre, y potenciando aún más los conflictos que al mismo tiempo le hacen ser mal valorada, Telecinco (14.2%) aventaja en siete décimas a Antena 3 (14.5%) cuando ya hemos superado el ecuador del mes, lo que hace pensar que acabará recobrando el liderazgo que mantuvo ininterrumpidamente durante 35 meses.

Atresmedia sigue un modelo que apuesta por la calidad, sin dejar nunca de pelear por las audiencias pero sabiendo que aunque no sea primera opción, su negocio se mantiene. Mediaset se la juega con un modelo que busca la audiencia, y aunque eso le supone no ser habitualmente reconocido en los premios del sector ni recibir la valoración del público, también triunfa y logra su cometido.

¿Son compatibles dos modelos tan diferentes? En el año del coronavirus, Mediaset ganó 178,7 millones de euros y Atresmedia casi 24 millones. En el primer trimestre de este 2021, Mediaset ganó 36,7 millones de euros y Atresmedia ganó 20,1 millones. De que sus estilos son diferentes, no cabe duda. De que los dos son compatibles y exitosos, tampoco. Y luego, que cada uno vea lo que le guste, que la calidad y la audiencia no van de la mano.

Etiquetas
stats