El décimo episodio de En el nombre de Rocío, estrenado este viernes 19 de agosto en Mitele Plus, ha detonado la bomba de la temporada de la docuserie: la revelación del contenido del testamento secreto de Rocío Jurado que Rocío Carrasco encontró entre los enseres de su madre, y cuyo reparto era bien diferente al que finalmente se aplicó.
Tras avanzar la existencia de este documento en el tráiler de esta segunda parte del documental, ha llegado el momento de conocer los detalles. Los cuenta la propia protagonista de la docuserie, que una vez explicado cómo fue el reparto de la herencia de 'la más grande' que derivó en problemas familiares, desvela cómo era el testamento que escribió en primera instancia la Jurado y que no llegó a registrar.
Frente al testamento oficial en el que Rocío Jurado nombró Rocío Carrasco heredera universal, el documento encontrado legaba sus propiedades a varios miembros de la familia, repartidos de la siguiente forma:
A su marido José Ortega Cano le dejaba la ganadería Yerbabuena y una sociedad. A su hermana Gloria el chalet de Chipiona, con una dirección escrita a mano “por José Antonio” y también un dúplex en la misma localidad con usufructo vitalicio a su amigo Juan de la Rosa, a quien también deja en propiedad sus dos fincas. Y a su hermano Amador le legaba la nave de San Sebastián de los Reyes.
La sorpresa llega en el punto en el que aparecen los nombres de Rocío y David Flores Carrasco, los hijos de Rocío Carrasco y Antonio David Flores. A sus nietos, entonces menores, no les dejó nada en el testamento oficial, pero sí en este documento previo que se redactó cuando su hija todavía mantenía una relación con el ex Guardia Civil.
Según el escrito leído por Carrasco en la docuserie, sus hijos heredarían “por iguales partes” sus chalets en Alcobendas y en Cotos de Monterrey, ambos en Madrid, con los respectivos muebles, ropas y enseres. Se indicaba que hasta su mayoría de edad serían administrados por Gloria, hermana de Rocío Jurado, quien administraría además todas las rentas de dichos bienes “sin necesidad de autorización ni subasta pública”.
“¿Por qué no te pone a ti?”, pregunta Anais Peces, directora de En el nombre de Rocío. “Pone que todo lo de mis hijos lo administra Gloria y puede hacer con ello lo que quiera sin necesidad de autorización judicial. Eso quiere decir que yo para pagar el colegio de mis hijos, le hubiera tenido que pedir dinero a Gloria. No lo hubiese hecho jamás en la vida”, declara.
La 'estrategia' de Rocío Jurado “contra El Ser”
Al final de ese testamento, Rocío Jurado instituía también a Rocío Carrasco como heredera universal, pero sin bienes ya por repartir. “Esto es una forma de desheredarme. Aquí no queda ningún bien por repartir, no soy heredera universal de nada, nada más que de su nombre”, explica, arrojando luz sobre la verdadera naturaleza de esa herencia.
Ese escrito se redactó antes de antes de la llegada a España de Gloria Camila y José Fernando, los hijos que adoptó con Ortega Cano. “Eso quiere decir que yo estaba con 'El Ser' [como se refiere a Antonio David Flores] y creo que era su forma de asegurarse de que él no iba a tocar absolutamente nada que fuera de ella. Y como yo estaba con él, yo tampoco. Por eso puso a Gloria a administrar los bienes de los niños”, prosigue.
Según Rocío, “este es el testamento que Gloria y José Antonio pensaban que iban a tener. Y por eso José Antonio me dijo a mí en Houston que tenían todos los puntos ganados. Pensaba que esto era lo que se iba a encontrar, y sabía lo que ponía. Ellos eran los mayores beneficiarios de este testamento, detrás de esto está Gloria Mohedano”, sentencia.
“Estoy segura que mi madre les dejó tranquilos diciendo que esto que ellos habían redactado lo había llevado al notario y lo había formalizado. Pero no lo llevó nunca al notario. Sin decirle nada a nadie, el día 17 de septiembre de 2004 fue e hizo el testamento oficial”, concluye Rocío, desvelando la supuesta estrategia de su madre.
Paralelamente, “Gloria le dijo al Ser que si Rocío se moría lo tenía todo cubierto. Es el momento en que él me puso la modificación de medidas, así se aseguraba que como sus hijos iban a heredar, podía disponer, hacer y deshacer” (...) “Gloria se estaría frotando las manos de pensar que yo iba a tener que claudicar y que ella iba a ejercer sobre mí la misma influencia y presión que ejerció sobre mi madre en vida”, añade.
El testamento oficial se abrió el 26 de julio de 2006, y como hemos explicado, ahí no se legaba ningún bien a Rocío y David Flores. El motivo, según Carrasco: “Porque no quería que el padre lo tocara (...) Como yo no estaba ya con él, mi madre sabía perfectamente con quién me quedaba [Fidel] y me levantó el castigo”.
En el cierre del episodio, Rocío Carrasco asegura que nadie de su familia sabía que tenía ese testamento en sus manos. “De la existencia de este documento ni Rosa ni Amador tenían ni idea. Ahora mismo se está enterando una parte de que existe, y otra parte de que yo lo tengo”, concluye.