‘Casados a primera vista’ inicia el lunes, a partir de las 22:40 horas, su tercera temporada en Antena 3. Con motivo de su regreso, Vertele ha tenido la oportunidad de hablar con una de las asesoras del programa, Marian Frías, quien nos da algunas claves de esta nueva entrega.
¿Qué novedades vamos a encontrar esta temporada con respecto a las dos anteriores?
El formato se mantiene muy similar porque funciona así, pero sí hay novedades este año. La más importante, o la que me parece más significativa y le añade mucha emoción es que, por primera vez, hemos encontrado la misma compatibilidad para una candidata. Ella tendrá a los dos novios en el altar y tendrá que decidir. No puede tener información, así que solo podrá hacer una pregunta. Y con esa pregunta se basará en su instinto.
La candidata tiene una gran inteligencia emocional, y ella misma se define como una persona con instinto que ha tomado decisiones importantes en su vida dejándose llevar por su intuición. Ella confía en sí misma para enfrentarse a la novedad del método.
Imagino que casos como éstos de compatibilidad se dan con muy poca frecuencia.
Bueno, se han presentado muchos candidatos, pero es la primera vez con la misma candidata y con la misma probabilidad. Puede haber una diferencia sutil, pero en este caso era exactamente igual. Con lo cual decidimos que, como en la vida cotidiana, nos dejamos llevar por nuestro instinto a la hora de tomar decisiones.
Otro de los casos que llama la atención es el de Jesús, por su condición de gitano homosexual.
Con el caso de Jesús se presentaba un doble reto. Por un lado no dejaba de ser valiente, por llamarlo de alguna forma, buscar pareja de esta manera. Pero en este caso no solo era un reto buscar pareja, sino que también lo era para él a nivel personal. Era una forma de presentarse diciendo que él es así.
Yo creo que se rompen muchos patrones para él, como tener que esconder esa homosexualidad. Él mismo reconoce que nunca se ha permitido o que no ha tenido la posibilidad de tener una relación.
Tanto en el caso de Jesús como en el resto de candidatos, las sorpresas seguirán siendo uno de los ingredientes del programa.
Las sorpresas están garantizadas, porque nunca se puede prever cómo va a reaccionar una persona ante situaciones un poco extremas como esta. Además, son dos personas con sus respectivas familias y con la televisión, que no deja de ser un factor que para ellos tiene una influencia cuando se sienten observados. Entonces, con todo ello, es una experiencia muy chula a la que se presentan.
A nivel personal, ¿te sorprenden algunas de las situaciones que protagonizan las parejas en el programa? ¿Aprendes de ellas?
Para mí hay una premisa básica cuando decido estar en un proyecto de estas características, que es la curiosidad. Me gusta el mundo de las relaciones, me dedico a ello, y creo que en esto no existen las recetas mágicas. Por tanto, el primer punto que tenemos que tener como profesionales es esa curiosidad y ese querer aprender cómo se relacionan las personas en diferentes contextos.
Al final es un experimento poder observar la primera impresión en una pareja, cómo se miran… Lo que dicen dice mucho, pero lo que no dicen dice más. Es decir, ver sus cuerpos, sus miradas, cómo buscan la complicidad con sus familias…De alguna forma están buscando también la reafirmación. Es algo en lo que incidimos mucho, que son plenamente libres y conscientes de a lo que se presentan.
Ya estamos en la tercera temporada, así que ya saben la situación a la que están enfrentándose. Pero muchos de ellos, aunque digan que son seguidores del programa, no saben cómo van a reaccionar. Podemos tener una idea de cómo vamos a reaccionar ante una situación, pero ellos se sorprenden de sí mismos todo el rato.
Tras dos temporadas, son escasas las parejas que continúan juntas fuera del programa. ¿A qué se debe?
En general no es fácil que una pareja cuaje. No es tanto un método para garantizar el funcionamiento de una pareja, sino que aumenta las probabilidades de que una pareja funcione cuando hay características, como la compatibilidad, que nos favorecen y nos dan hecha una parte del trabajo. Pero no es fácil que cuaje una pareja, y lo que vemos es que el método no es un ideal, sino una realidad.
Por desgracia, hay casos como el de Sabrina y Jonathan con acusaciones de malos tratos de por medio.
Cuando estás observando diferentes parejas observamos diferentes realidades. Sin duda, un maltrato dentro de una pareja es algo que, por desgracia, vemos que sucede en nuestra sociedad. Yo creo que nos podemos quedar con dos vertientes: la parte sensacionalista de lo que ha podido ocurrir ahí o, por otro lado, observar que es una realidad que tenemos que tener en cuenta como sociedad.
Todavía nos falta mucha educación emocional y mucha educación de relaciones para llegar a este tipo de situaciones.
¿Cómo valoras este boom por los dating shows? Parece que cada vez más gente recurre a programas de televisión para encontrar el amor.
Yo creo que es un poco al revés. Somos conscientes de que estamos en una realidad social en la que la gente está constantemente buscando pareja. Tenemos aplicaciones en el móvil que prácticamente si miras a alguna persona que conoces, alguna cae. Hay un interés generalizado por buscar pareja, y además estamos como en una monogamia subjetiva.
No es como antes, que encontrabas a tu pareja y era para toda la vida. Ahora tienes que encontrar a 7 u 8 parejas, por lo menos, en su vida. Creo que estamos en una media de 4 o 5 parejas para poder encontrar la que nos funciona. Entonces, como es una demanda que existe en la calle, la televisión se hace eco de esa necesidad social y garantiza una audiencia porque es algo que nos interesa.
En unas declaraciones recientes a Antena 3 has hecho hincapié en una cosa: todo aquel que se presente al programa tiene que tener ganas y fe. ¿’Casados a primera vista’ no es un programa al que se pueda presentar cualquiera?
Se ha presentado muchísima gente, por lo que es un proceso abierto en el que podemos decir, a priori, que hay un requisito de estar soltero. Una vez que se presentan esos candidatos, una de las variables que se maneja para seleccionarlos es que sean personas que confíen en el método. Si yo no confío en una forma de conseguir algo voy a la defensiva y, por tanto, es más difícil que funcione.
Una vez que creen que a través del método pueden encontrar a su pareja, luego hay características que favorecen que esa pareja pueda seguir adelante.
La primera es, sin duda, la responsabilidad. Responsabilizarme de mis actos, mis emociones, de lo que siento y no responsabilizar al otro. Y luego hay que tener un poco de paciencia y tolerancia. Incidimos mucho en que sean realistas, pues están con una persona que no conocen y, por mucho que vayan a mantener una convivencia, deben tener tolerancia y paciencia para poder llegar a conocerla.
Lo único que garantizamos es que la otra persona va a tener un alto grado de compatibilidad. Y luego se les ofrece una variable que socialmente a veces no es tan fácil conseguir, que es el compromiso. Tienes que comprometerte a convivir un mes. Y en el formato de la convivencia también habrá novedades, pero no puedo adelantar nada.
Una vez que garantizamos esa compatibilidad y ese compromiso, en generar situaciones de intimidad, en abrirse, ser honestos y demás son características que deben tener cada uno de ellos. Y normalmente, cuanto más honesta es la persona más honestos son los resultados, con independencia de funcione o no. Pero así van a poder avanzar mucho más en el proceso de conocer a la otra persona.
Y lo más curioso de todo es que las relaciones son maestros. Ellos mismos, con independencia de que la pareja llegue al fin o no, reconocen que se llevan un gran aprendizaje personal porque se ven en situaciones que nunca hubieran imaginado.
Luego están las familias de los candidatos, que juegan un papel importante.
Es un papel muy complicado. Creo que como espectadores tenemos que desarrollar la empatía y ponernos en la situación de las familias, que de repente ven como su hijo o su hija se va a casar con un desconocido en 48 horas. Por eso, las reacciones de las familias van a ser de lo más variadas.
Hay familias que apoyan incondicionalmente las decisiones de sus hijos. Otras que son más críticas. Familias que se entrometen más de lo que se deberían entrometer en la vida adulta de sus hijos. Familiares que pasan absolutamente y se niegan a participar en este proceso. Es decir, que no van a la boda. En los primeros episodios se ve cómo las reacciones de los familiares son muy sorprendentes, en mi opinión.
Habrá de todo.
Hay de todo, pero es algo que hemos visto en todas las ediciones. De alguna forma, las familias reaccionan de una manera muy distinta. Hay gente que apoya incondicionalmente y cree en el método y otra que siente hasta vergüenza.