El creador de 'Sé quién eres' explica el desenlace: 'Es un retrato de la realidad'
Pregunta inevitable tras ver el desenlace de 'Sé quién eres'. ¿Por qué los malos se salen con la suya?
No sé si los malos se salen con la suya, no tengo tan claro quiénes son los buenos ni quiénes son los malos. En un sentido de matar, evidentemente en el mundo real esto es malo, pero en un sentido simbólico lo único que hace 'Sé quién eres' es hablar de la familia. Hablamos de una familia que debajo de la alfombra tiene muchos cadáveres. En la vida real esto es una cosa simbólica, pero todas las familias tienen historias que se mantienen ocultas y que a su vez les mantienen unidos. El final también habla de valores, de qué estás dispuesto a hacer por tus hijos.
Creo que habrá algunos espectadores que habrán vivido el desenlace de la serie como que han ganado los malos, y habrá otro perfil de espectador que quería que acabara así, ya sea por admiración a los Elías o porque al final les ha despertado una simpatía desde un posicionamiento emocional extraño.
De algún modo, la serie siempre ha hablado de la familia. En el segundo capítulo ya vimos un flasback de una barbacoa, y desde entonces está girando alrededor de la familia, de esa gente que se mantiene unida por unos motivos que no son estrictamente los vínculos emocionales sino por admiración y respeto. También la relación entre Alicia y Elías tiene que ver con el tipo de vida que quieren tener, con el tipo de mundo que ven, y con cómo son.
Además, creo que los que lo vivan como que son los malos los que ganan, no deja de ser un retrato de lo que está pasando en este país a nivel general. Ha habido una gran cantidad de corrupción y de actitudes reprobables que no han sido castigadas y que durante mucho tiempo han sido la gente que mejor ha vivido y que más premios ha tenido. Con lo cual, si lo miras desde esta perspectiva social, también es un retrato del mundo en el que vivimos.
Haciendo referencia a esa barbacoa final, todos los que participan en ella son culpables de algo en el caso, y quizás la única que ha luchado siempre por la verdad acaba con un destino fatal...
La serie se plantea hasta qué punto se encuentra el valor de la verdad, puesto que por encima de él encontramos el valor de la familia. Si eres de los que querían que triunfara la verdad te dolerá ese final, pero si no, eres consciente de que todo estaba bien cerrado y Eva Durán, por una cuestión de necesidad, hace una lucha final desde un punto compulsivo. El motor que mueve a Eva Durán, si lo pensamos bien, es emocional. Ella necesitaba hacer su terapia respecto a Elías, no podía soportar que él se saliera con la suya y tenía la necesidad de que lo bueno y lo malo estuviera separado por una línea muy clara. Al final, la serie lo que dice es que las cosas no son tan claras.
¿Tenías claro desde el principio que el desenlace tenía que ser este?
Sí, sí. De ahí la barbacoa del segundo capítulo, que no era más que un sembrado de lo que iba a venir en el último. En un momento dado estuvo muy claro que la serie acababa ahí y que de lo que hablaba en su conjunto era de la familia. Teníamos muy claro el punto de partida, también que en el capítulo 10 encontrarían a Ana y que al final la familia acabaría unida. Ese era el viaje de la serie, lo que queríamos contar. Otra cosa es cómo llegábamos ahí, que eso sí que se ha ido construyendo con el equipo de guión, de manera que los personajes fueran contando quiénes eran.
¿De qué manera ha influido el hecho de condensar finalmente la serie en 16 únicos capítulos? ¿Ha tenido algún efecto en el episodio final?
No, en el capítulo final no. Ha influido en que seguramente entre el capítulo 13 y el 14 habría habido otro giro de tuerca en la forma en la que Ana Saura es abducida por la familia. Todo eso, que al final lo hemos condensado, habría tenido un juego más complejo y hubiese sido potente.
El capítulo final ha tenido una duración más larga de lo habitual, prolongándose hasta la madrugada su emisión...
Que acabe tarde para el público es fatal, pero al final vivimos en este país. Si el poder me dejara, elegiría empezar a emitir el capítulo a las 22h o a las 21:30h y no poner anuncios, pero no puede ser. Vivimos en un mundo en el que el prime time es lo que es, la publicidad es lo que es, y ahí me adapto. No me gusta que la gente se acueste a la 1 de la madrugada por quedarse a ver el capítulo, pero ahí no puedo hacer nada. Lo que no voy a hacer es adaptar la historia al medio.
La historia es la que es, la serie se ve en Telecinco, en diferido, en mercados internacionales y en otros países. Tiene un viaje que va más allá de que en un momento concreto en este país hay una emisión del capítulo final a la 1 de la madrugada. Me encantaría que los espectadores de Telecinco pudieran irse a dormir más pronto o levantarse más tarde al día siguiente, pero la serie vive en un hábitat que la cadena es solo uno de los sitios en los que se emite, y se verá en más sitios en los que cada país haga su juego.
Que el capítulo final sea más largo me parece lógico, ya que necesitas despedirte de los personajes. A mí me pasa cuando veo una serie, y no quería que la mía no lo tuviera. Esto de la duración es un problema que hemos tenido en cualquier capítulo, no solo en el último, pero al final siempre está la gente que en Twitter manifiesta que se va a dormir tarde por culpa nuestra. No es 'Sé quién eres', es el prime time del país.
Al final hemos hecho un país así, todos los prime time de todas las cadenas son así. Hay que hacer un replanteamiento global, pero no lucharé esto, mi película es otra.
¿Qué dirías a los que se quedan con ganas de más tras el final de 'Sé quién eres'? ¿Qué es lo próximo de Pau Freixas?
No lo sé todavía. Quiero encontrarlo y me apetece, porque soy un yonki de tener algo en la cabeza, me siento huérfano ahora ya que no estoy acostumbrado a no tener algo con lo que maquinar. Tengo la experiencia que mi ansiedad me hace querer encontrar algo, pero tardo unos meses en relajarme de verdad y que venga. No estoy fresco ahora.
¿Cómo valoras la acogida que ha tenido 'Sé quién eres' durante estas 16 semanas?
Muy guay, es lo que más ilusión me hace de todo. Ver que las partidas que lanzas funcionan, que el espectador vive en sintonía a lo que quieres provocarle, da una sensación muy gratificante. Además, ves que propones un juego y la gente se divierte con él, es como montar una fiesta. Me encanta en ese sentido.
Al margen de la especulación y el enganche, hay otra cosa que es el aspecto moral de la serie. Me gusta mucho el hecho de estar colocando unos dilemas morales tan oscuros en las casas de las personas y que de alguna forma la gente esté debatiendo sobre eso. Se vive más cuando la historia se cierra, que hay un debate más moral que quizás no tiene el mismo impacto que las teorías y especulaciones, pero que queda.