La junta directiva de The Walt Disney Company ha acordado por unanimidad extender en dos años la duración del contrato como consejero delegado de Bob Iger, que se prorrogará así hasta el 31 de diciembre de 2026, permitiendo a la compañía “más tiempo para ejecutar un plan de transición para la sucesión del CEO”.
Iger, de 72 años, aceptó retornar durante un periodo de dos años a la dirección de la multinacional en noviembre de 2022, después de haber sido consejero delegado y presidente de Disney entre 2005 a 2020, y presidente ejecutivo y presidente de la junta directiva de la empresa hasta 2021.
Durante sus 15 años como consejero delegado, Iger ayudó a relanzar a Disney a nivel global, liderando las adquisiciones de Pixar, Marvel, Lucasfilm y 21st Century Fox, lo que permitió quintuplicar la capitalización de mercado de la compañía durante su tiempo como primer ejecutivo. “Una y otra vez, Bob ha demostrado una capacidad sin igual para transformar Disney con éxito para impulsar el crecimiento futuro y los rendimientos financieros, lo que le ha valido la reputación de ser uno de los mejores consejero delegados del mundo”, dijo Mark G. Parker, presidente de The Walt Disney Company.
“Desde el primer día de mi regreso, comenzamos a tomar decisiones importantes y, a veces, difíciles para abordar algunos problemas estructurales y de eficiencia existentes y, a pesar de los desafíos, creo que el futuro a largo plazo de Disney es increíblemente brillante”, dijo Iger.
Disney, en plena política de recorte
El gigante estadounidense del ocio y el entretenimiento se anotó un beneficio neto atribuido de 1.271 millones de dólares (1.141 millones de euros) entre los meses de enero y marzo, segundo trimestre fiscal para la multinacional y primero completo bajo tras el retorno a la dirección de Iger, lo que representa casi el triple que el resultado de 470 millones de dólares (422 millones de euros) contabilizado en el mismo periodo del ejercicio anterior.
La multinacional decidió acometer desde principios de año un recorte de plantilla que afectará a alrededor de 7.000 empleados, lo que supone el 3,6% de su fuerza laboral, con el objetivo de mejorar sus márgenes de ganancias. Estos despidos forman parte de un plan con el que se pretende recortar gastos por valor de 5.500 millones de dólares.