Gustavo González (“Sálvame”), imputado por un presunto delito de revelación de secretos
El colaborador de Sálvame Gustavo González ha sido imputado por un delito de presunta revelación de secretos, tras haber sido detenido el pasado 3 de octubre como parte de una investigación de asuntos internos de la Policía Nacional. La noticia aparecía en la revista Lecturas en la mañana de este miércoles 24 y ha sido horas después comentada en Sálvame por su propio protagonista, quien dice estar “tranquilo” y con la “conciencia tranquila”.
El paparazzi habría conseguido presuntamente información sobre famosos del panorama nacional a través de un agente del cuerpo de seguridad. El caso se encuentra aún en fase de instrucción, y vendría a destapar una posible mala praxis a la hora de realizar su trabajo. De ser considerado culpable, se enfrentaría a una pena de entre 1 y 4 años de prisión.
Las viviendas actual y anteriores de González, así como sus ordenadores y dispositivos electrónicos, han sido requisados para su análisis minucioso. Asimismo, su actual pareja, María Lapiedra, fue llamada a declarar en calidad de testigo al haber sido testigo del arresto.
González, en “Sálvame”: “Todo ha sido desproporcionado”
Horas después de saltar la noticia a titulares, González ha entrado en Sálvame para dar su versión de los hechos e insistir en que tiene la conciencia tranquila y se encuentra “tranquilo”. Durante su conversación con Jorge Javier Vázquez, el tertuliano ha calificado de “dispendio” la acción policial, aunque ha matizado que su detención no fue “tan traumática” como se apuntaba desde algunos medios. “Todo ha sido desproporcionado y con algunos tintes humorísticos”, declara.
“Lo que me imputan es revelación de secretos. Tengo muchas fuentes y una de ellas la focalizan en un amigo que efectivamente forma parte de los cuerpos de seguridad del estado. Consideran que hay que realizar una investigación, a ver adónde llega esa relación y el grado de implicación”, ha explicado a Jorge Javier Vázquez en el magacín de Telecinco.
“Es el conflicto eterno entre el derecho a la información y otros derechos, navegamos muchas veces en esa delgada línea y estoy convencido de que no ha habido nada irregular”, agrega el periodista gráfico, que dice respetar los tiempos de la investigación, que intenta “demostrar una cosa que es indemostrable porque no ha existido”.