Alessandro Lequio ha respondido este miércoles en Vamos A Ver al ofrecimiento que le hizo el día anterior Ana Obregón, en directo, durante su entrevista con Ana Rosa Quintana en TardeAR.
En un momento dado, la actriz y presentadora tomó la palabra y, mirando a cámara, lanzó la siguiente petición al italiano, ex y padre de su hijo Álex Lequio: “La niña tiene muchas ganas de verte. Le he enseñado fotos tuya, y sonríe también. Es la hija de tu hijo, y creo que sería muy feliz, Aless, si pudieras abrazarla. Estoy deseando que Anita conozca a tu hija y a María, que os adoro a los dos y me encantaría que viniérais a casa, porque creo que Álex se lo merece”.
Este miércoles, Joaquín Prat ha preguntado a Lequio por estas palabras, y el italiano ha sido muy claro al respecto. “De entrada, máximo respeto porque la respeto profundamente. Es la madre de mi hijo y, por tanto, no puedo sentir más que respeto. Y por supuesto, cariño. Pero en este tema ya sabéis que, por una cuestión de higiene mental, he decidido no hablar. Soy incapaz de estar todo el día sacando este tema, y por eso me mantengo en mi silencio”.
“Ella y yo somos distintos”
“Eso sí, lo que sí hay que decir es que una bebé de siete meses no tiene capacidad para desear conocer a alguien. Eso es directamente absurdo”, ha añadido el tertuliano, que aun así ha manifestado que “es una felicidad inmensa” ver a Ana Obregón “con una sonrisa”. Otra cosa es lo que opine de según qué comportamientos de su expareja, algo que ha rechazado hacer públicamente: “No puedo juzgar determinados comportamientos porque si empiezo a juzgar entonces no acabamos porque habría que explicar muchísimas cosas”.
Lo que sí ha hecho Lequio ha sido defender su silencio sobre el tema de su nieta por su propio “bienestar”, ya que considera que es “algo muy íntimo” que, como tal, prefiere “no compartir con nadie”. Una postura contraria a la que está manteniendo Obregón en sus apariciones públicas: “Somos distintos. ¿Cuántas entrevistas ha hecho y yo cuántas he hecho? Ella es así y somos distintos”.
Para el transalpino “lo importante es cómo estoy yo, cómo está mi familia, mi mujer y mi hija. El resto me da exactamente igual”. “En nuestra familia tenemos unos principios. Uno de ellos es nunca tomar en serio lo que dicen de nosotros porque empezaríamos a ser agilipollados, y todavía no he llegado a ese punto. Y el segundo, tomar en serio las cosas que sí importan en la vida. Y lo más importante en la vida es la familia. Entonces, a mí lo que piensen los demás sobre este asunto...”, ha dicho antes de calificar a Ana Obregón como “una mujer tremendamente educada y comprensiva”.