Mask Singer lleva tres semanas consecutivas convirtiéndose en lo más visto y comentado de las noches de los miércoles. La intriga por desvelar quiénes son los famosos que se esconden tras las máscaras ha generado todo tipo de teorías y apuestas sobre sus posibles perfiles. Quienes lo vivieron antes que el resto de la audiencia en primera persona fueron los investigadores del formato, que cuando grabaron el programa, eran los únicos conocedores de las pistas y las actuaciones.
Los Javis, José Mota y Malú también apuntaron sus anotaciones y sospechas, que les llevó incluso a desconfiar de sus propias familias. Así lo desveló en una pausa la cantante, explicándole a Javier Ambrossi una actitud extraña que había detectado en su pareja, Albert Rivera. “Me dice 'hoy me voy de tiendas' y se pira. Y digo, '¿este se ha ido de tiendas? Qué raro, el otro día igual”, le comentó que había ocurrido al creador de Veneno y Paquita Salas.
Y no fue el único episodio que compartió. Al parecer, en otra jornada le pidió que avisara de que no iba a almorzar en casa porque iba a “comer con un amigo”. Ambrossi, cómplice, le preguntó “¿pero y cuál muñeco sería?”. A priori, las pistas no encajaban con el ex líder de Ciudadanos, pero sí como futuro personaje invitado de alguna de las entregas, como ya ocurriera en la última con Mónica Carrillo.
“Al meterme en el coche le dije '¿no serás tu el político? Lo peor es el que pobre me responde 'qué va cariño', estoy tomando café en Toledo”, fue como resolvió sus dudas, aunque aún sin confiar demasiado: “¿Encima me respondes?”. Habrá que esperar para saber si su teoría fuera cierta y comprobar si, en alguna de las cinco galas restantes, termina apareciendo Rivera.