Como si de una tradición navideña se tratara, este jueves Cristina Pedroche volvía a El Hormiguero para hablar de las Campanadas. “Soy la Mariah Carey española” respondía cuando las hormigas decían que verla era hablar de estos días festivos.
Y aunque la presentadora acudía al programa para hablar de la última noche del año que conducirá junto a Alberto Chicote, el tema se desvió en varias ocasiones para hablar de su hija y su maternidad. Todo empezó cuando Pablo Motos confesó estar emocionado tras ver el vídeo del parto que había grabado ella.
“Ya podemos decir que hemos llorado juntos”, comentaba él y ella confirmaba: “Fue uno de los mejores momentos de mi vida, se lo he enseñado y al final hemos acabado llorando los dos. En ese momento te sientes tan empoderada, tan fuerte y después conocer a mi hija...” A lo que el presentador añadió que alucinó al ver su “cara de tranquilidad y tu grito salvaje. Es un momento salvaje y a la vez precioso. Tiene belleza”.
Cambiaron de tema para hablar de las décimas Campanadas de la de Vallecas, con las que fue líder de audiencia el pasado año, aunque ella aseguró que le son indiferentes esa noche: “Me dan igual las audiencias en Campanadas, quiero vivirlo, pasármelo bien, irme de allí diciendo que lo he vuelto a hacer”.
Preguntada por el vestido que lucirá - el secreto mejor guardado de Atresmedia- respondió lo siguiente: “En cuanto al material, Josie y yo huimos de la tela, no es textil como tal. No es un vestido como tal. El vestido es vida, es una joya, como mi hija que es la joya más grande que tengo ahora mismo”.
Para más pistas, explicó que este año tendrá que “empezar pronto a vestirse” y que cuando se lo quite “podrá seguir moviéndose”. Unas palabras que descolocaron a Motos a quien Pedroche le regaló “una cosa que voy a llevar seguro esa noche, los separadores en los dedos de los pies”.