Risto responde a la broma de Raúl Cimas en 'Todo es mentira' y se defiende de ser una “organización criminal”

Risto Mejide se ha visto “envuelto”, por culpa de Raúl Cimas, en plena polémica entre La Revuelta y El Hormiguero, tras la denuncia de David Broncano por las presiones a los invitados que reciben desde el formato de Pablo Motos y la posterior respuesta de este. Durante su visita al programa de La 1, el cómico planteó un hilarante monólogo en el que aseguraba que iba a dar una paliza al equipo de La Revuelta para compensar la broma que hizo en junio de 2023 sobre una pelea contra los integrantes de El Hormiguero.

Al comenzar su intervención, Cimas dijo que dicha reyerta contra Pablo Motos se debió a “presiones muy fuertes de Risto Mejide”. Tras emitirse La Revuelta, el propio showman de Mediaset entró al juego por redes sociales. Lo hizo incluso ironizando con las formas en que Pablo Motos preparó su réplica sobre la cuestión de los vetos a invitados de El Hormiguero: “Ante las gravísimas acusaciones vertidas por Raúl Cimas en La Revuelta hacia mi persona y hacia todo el equipo de Todo es mentira, sólo deciros que no nos queda más remedio que contestar hoy durante la emisión del programa, y hacia el final del mismo, si puede ser”.

En efecto, Todo es mentira ha comenzado su emisión aludiendo a ello: “Anoche nos acusaron de varios delitos en horario de máxima audiencia, no lo vamos a dejar pasar. Esta tarde va a arder Troya”, decían al término del sumario del programa. Acto seguido, el programa comenzaba con un sketch en el que han participado tanto Mejide como Marta Flich y sus dos cómicos, Virginia Riezu y Luis Fabra. Vestidos con batas, los cuatro se plantaban muy serios ante la pantalla para continuar con el “cachondeo”.

Risto negaba formar parte de una “organización criminal”

“Antes de empezar nos gustaría hacer una aclaración. Es verdad que los periodistas, presentadores y colaboradores no debemos ser nunca el centro de la noticia, pero se han vertido ciertas acusaciones, injurias, calumnias, sobre mí y sobre alguno de nuestros colaboradores en un programa de máxima audiencia que, tanto mi equipo como yo, hoy nos vemos obligados a desmentir”, empezaba Mejide.

“Durante todos los años que llevamos con el programa hemos recibido presiones de todo tipo, acusaciones de todo el espectro política, desde la izquierda como la derecha e incluso Ciudadanos, pero nunca tan graves como las que ayer se dijeron sobre nosotros. Y mucho menos desde un se supone compañero de profesión. Nos han acusado de allanamiento de morada, delito contra la intimidad, coacciones, amenazas, injurias, calumnias, con graves daños para la salud psicológica e incluso de agresión física y organización criminal”, continuaba, amplificando aún más la broma de Cimas. De hecho, Risto hablaba de esa “organización criminal” compuesta por siete personas: “R.M., M.F., L.F., V.R., J.N. E.A. y Ábalos”.

El showman procedía a citar el “el apoyo de una de nuestras colaboradoras”, Ana Oramas, política que tomó en serio el mensaje inicial de Risto Mejide, y siguiendo con la chanza le agradecía “romper su silencio en horas tan tensas”. “El miedo ha cambiado de bando, y nosotros vamos a responder adecuadamente en el programa de hoy”, agregaba Risto, antes de colocarse en su puesto como de costumbre, dejando ver, en el pantallón del fondo, las palabras “Tonto el que lo lea”.

Joaquim Bosch les dio asesoría legal ante las “acusaciones”

Una hora después, prosiguieron con el chiste, llamando al magistrado Joaquim Bosch para que les explicara las posibles consecuencias legales de las “gravísimas acusaciones por parte de Raúl Cimas”. “Una toalla... ¿Es un arma blanca?”, preguntó el presentador, antes de que Flich pidiera testificar en contra de sus compañeros. “Todo por hacer un grupo de WhatsApp para ir a casa de Cimas”, lamentó Fabra cuando oyó la cuantía de las penas por sus actos.

“Yo buscaría un buen letrado... ¿Habíais estado en la cárcel? La comida es gratis pero la gente no quiere ir”, comentó Bosch, plenamente involucrado en la broma.

Flich y compañía acabaron por mandar “un beso y cariñosísimo recuerdo” al “presuntamente agredido” Cimas, antes de hacer una pausa para publicidad y seguir abordando “temas muchísimo más importantes”.