'Sueños de libertad' llega a Antena 3: “No podemos engañar al público de 'Amar', tiene 18 años de experiencia”
“Ilusión” y “responsabilidad” son dos de las palabras que más están repitiendo estos días Natalia Sánchez, Alain Hernández y Dani Tatay. “Ilusión” por ser los protagonistas de Sueños de libertad, la nueva serie diaria de Antena 3. Y “responsabilidad” porque, muy pronto, esta superproducción será la encargada de sustituir en parrilla a Amar es para siempre, el serial más longevo de la televisión española.
El relevo se producirá en cuestión de días, pero antes, este domingo 25 de febrero (22:00 horas), Sueños de libertad tendrá su puesta de largo con la emisión de su primer capítulo. Al día siguiente ocupará el horario para el que ha sido concebida, las 15:45 horas, y a partir de ahí irá emitiendo un capítulo tras otro sin un final fijo en el horizonte. Es lo que tienen las series diarias, que sabes cuándo empiezan, pero no cuándo acaban.
Y como de inicios va la cosa, las tramas de Sueños de libertad arrancan en Toledo a finales de los años 50. Begoña Montes (Sánchez) es una mujer adelantada a su tiempo que disfruta de los primeros meses de matrimonio con el ambicioso Jesús de la Reina (Hernández), futuro heredero y uno de los máximos responsables de Perfumes de la Reina, una importante empresa especializada en la producción y venta de perfumes y productos de higiene.
Jesús tiene grandes planes para el negocio, pero su padre, Damián (Nancho Novo), no ve con buenos ojos sus intenciones y prefiere que la empresa que un día cofundó siga como hasta ahora. Además, las prioridades de Damián ahora pasan por disfrutar del tiempo perdido con Andrés (Tatay), su hijo pequeño, que regresa a casa después de haber pasado los últimos años en el ejército. Allí sufrió una grave lesión en la pierna, pero el motivo que le devuelve al hogar familiar es otro. Uno que pretende resolver en poco tiempo, aunque una serie de infortunios harán que se quede con su familia más tiempo del que tenía previsto.
Esto último pondrá a prueba su relación con su hermano mayor Jesús, que nunca ha sido la ideal. Y menos aún cuando vea que el matrimonio de su hermano con Begoña va derivando poco a poco en una historia de malos tratos. “Son temas delicados, pero propones al director hasta qué punto apretamos aquí, si es un 'pronto' del personaje o realmente tiene una mentalidad malvada”, explica Hernández, cuyo personaje ha sido construido a partir de un contexto “donde las reacciones machistas estaban muy normalizadas y aceptadas por hombres y mujeres”. “Se pretende que se compare con la época actual, pero también reflejando una época concreta”, añade el actor durante la conversación que él, Tatay y Sánchez mantienen con verTele.
Temas universales en el contexto de los años 50
El maltrato de Jesús hacia Begoña es uno de los muchos temas que aborda Sueños de libertad. Como toda serie diaria que se precie, la nueva producción de Antena 3 también habla de cuestiones universales como la traición, las mentiras, los secretos y el amor. “Los problemas son universales porque, en el fondo, a las personas nos toca lo mismo desde que el mundo es mundo. Lo que pasa es que hay que contextualizarlo con la dificultad de la época. Por ejemplo para las mujeres, que no tenían la libertad que tenemos ahora. Esto ayuda a la serie porque son trabas, y siempre que ves a un personaje luchar es más interesante que ver la cotidianeidad del día a día y que no le pase nada”, comenta Sánchez al respecto.
Algunas de las principales tramas de Sueños de libertad se suceden en la fábrica de Perfumes de la Reina, en la que conviven los trabajadores por orden de los fundadores de la compañía. “Sabían que conseguir los mejores productos dependía únicamente de la implicación de sus empleados. Por eso decidieron crear este hogar, para que todos sintieran que forman parte de esta gran familia”, explica Marta de la Reina (Marta Belmonte), hermana de Jesús y Andrés, para justificar —aun a riesgo de espantar a más de un espectador con ideas sindicalistas— cómo se van a cruzar el grueso de personajes en su día a día.
La frase se escucha en los primeros compases del primer capítulo, que a lo largo de sus 70 minutos abre toda clase de tramas. Tenemos amores reñidos y no correspondidos, despechos, tragedias, giros, conflictos familiares, secretos que amenazan con salir a la luz para cambiarlo todo, una historia con aires feministas y hasta la insinuación de una trama lésbica, tan de moda en las series diarias españolas de los últimos años. También hay un potente final que invita a ver el segunda capítulo, elemento indispensable para que Sueños de libertad —y cualquier otra serie sea diaria o no— empiece a enganchar a su potencial público.
“No podemos engañar al público de 'Amar', tienen 18 años de experiencia”
En el caso de la nueva serie de Antena 3, ese público a conquistar es el de Amar es para siempre. Después de 14 años ocupando las sobremesas —casi 19 si contamos su etapa en TVE como Amar en tiempos revueltos—, la mítica serie diaria dirá adiós de manera inminente y dejará a sus seguidores sin más historias en la Plaza de los Frutos. Su sucesora intentará cubrir ese vacío. “Sabemos que es un público experto, muy despierto y perspicaz que se las sabe todas. No les podemos engañar porque tienen 18 años de experiencia como espectadores, por eso queremos ofrecerles algo a la altura de lo que se merecen. Y creo que lo estamos haciendo”, dice Sánchez.
Para ello, Sueños de libertad cuenta con unos niveles de producción más elevados que los de Amar. El rodaje en exteriores y espacios naturales va en sintonía con ese “paso adelante en calidad” que según Montse García, directora de Ficción de Atresmedia, quiere dar la compañía con su nueva serie diaria. Esta aspiración es resultado del propio contexto que acoge la serie. Hace un año, La Promesa llegó a TVE con una propuesta más ambiciosa y una factura más cuidada que la vista hasta ese momento en las ficciones diarias. Por tanto, abrió un nuevo camino y Sueños de libertad quiere seguirlo, a juzgar por su primer episodio, que es al que se ha tenido acceso para escribir este texto.
Además, cabe recordar que La Promesa inauguró un año muy prolífico para las series diarias, pues solo en 2023 se estrenaron cuatro, incluyendo la citada. Las otras tres —La Moderna, 4 Estrellas y Mía es la venganza— llegaron después sin el mismo impacto. Sueños de libertad ve ahora la luz con el objetivo de subir este listón, pues solo así puede encarar el reto de sustituir a la veterana Amar.
Por tanto, el nuevo serial se presenta ambicioso, pero al mismo tiempo consciente de que es necesario jugar sobre seguro. Esto explica que Sueños de libertad comparta productora (Diagonal TV) y director (Joan Noguera) con Amar, pero también que no sea una serie 100% original, sino una adaptación muy libre de una ficción turca, con las que tanto ha conectado el público de Atresmedia en los últimos años. La elegida ha sido Fugitiva, emitida en Nova años atrás, que aquí se reconvierte en una serie de época.
Este último cambio no es casualidad, pues las series diarias que mejor funcionan en España suelen ser las de época. Sin embargo, Natalia Sánchez ve algo más en esta decisión: “La belleza y la estética de esa época [los años 50] es preciosa. Hay un trabajo extra por parte de arte. ¿Sabes lo difícil que es encontrar los teléfonos y la ropa que utilizamos? Tenemos un equipo que nos está confeccionando la ropa y un equipo que se está dejando la piel para encontrar pulseras y relojes. El que yo llevo en la serie es de mil ochocientos y pico, Todo es bello. Es más complicado, pero a mí me transporta a la época. Es un plus para la serie”.
Las serie diarias en la época del streaming
Hablando de épocas, Sueños de libertad, como La Promesa y el resto de citadas, es una reivindicación de las series diarias en una época como la actual, marcada por las plataformas de streaming y las miniseries. “Si se consumen y se siguen haciendo es porque es lo que realmente quiere la gente”, sostiene Sánchez, que cree que “la belleza” del proyecto que protagoniza “es que cada día vamos a estar a la misma hora. Es como una cita, pero todos los días. A mí me encanta que nos puedan acompañar casi en tiempo real con lo que les pasa a nuestros personajes”.
Hernández coincide al señalar que “las series diarias tienen ese punto romántico de sentarte delante de la tele como antes, disfrutar y saber esperar”. Algo que va en contra de los tiempos que vivimos, donde lo normal es ver un capítulo tras otro sin descanso. “La gente solo quiere ver el final, a ver cómo acaba la cosa. Entonces es como: 'Me he visto en dos días la temporada de no sé qué'. Y dices: '¿Pero te has enterado de algo?'”, lamenta el actor.
Por tanto, celebra que las series de sobremesa sigan al piel del cañón. Algo que agradece el público más mayor, que es el menos familiarizado y el que menos acceso tiene a las plataformas de streaming. “Dárselas así, en bandeja, cada día, para ellos es un gustazo”, señala Tatay, que a partir de este domingo intentará ganarse junto a sus compañeros el beneplácito de estos espectadores tan agradecidos, pero también tan resabiados en lo que respecta a las series diarias.