DMAX estrena este domingo 1 de diciembre, a las 21:30 horas, Wild Frank desde dentro, su nueva vuelta de tuerca al formato conducido y protagonizado por Frank Cuesta en el que ofrecen al espectador convertirse en uno más del equipo de grabación para demostrar cómo trabajan y lo que viven en sus largas semanas de rodaje.
Entrevistamos a Frank Cuesta para saber si hay que tener una serie de condiciones especiales para formar parte de su equipo, pero nos asegura que únicamente deben cumplirse las “ganas y la ilusión” por grabar, defendiendo que no es un programa como otros en los que “se colocan los animales y te los traen en una caja”. “Nosotros vamos a los sitios y grabamos lo que hay”, zanja.
El herpetólogo nos explica cómo se planifican el trabajo, y la “emergencia” en la que se convierte la grabación una vez logran dar con el animal: “A veces se te va el animal, y ya lo has perdido”. “Es estar continuamente preparado”, afirma Frank Cuesta.
Fruto de esa planificación y trabajo de producción, el conductor del formato nos explica que a veces se encuentran un animal por la noche y lo guardan para poder grabarlo de día, con luz. Pero asegura que “muchas veces te pasan cosas que son impredecibles”, sin que por ello tengan que ser espectaculares: “Si te gustan los animales, la naturaleza y la vida, puede ser cualquier cosa lo que te sorprende”.
Frank Cuesta reconoce que el hacer esta versión de Wild Frank para mostrar su trabajo desde dentro llega porque “hay mucha gente que se ha puesto a hablar de nosotros, o de mí en este caso, diciendo que lo que hacemos es falso. Gente que no tiene ni puñetera idea”, aclara ante nuestra cámara.
Mientras incide en que lo que hacen en Wild Frank por dentro es demostrar cómo graban lo que se van encontrando, Cuesta lamenta: “En España hay muchos entendidos, desde casa, desde unas oficinas, o desde un sitio de acuarios. Son todo entendidos”.
También aprovecha a explicar a “los que se ríen de mis crocs” que las lleva porque así puede quitarse las sanguijuelas, y zanja: “Es un problema que hay en España, que todo el mundo sabe de todo desde que hay internet. Cogen Google, miran cuatro cosas, y todos entienden”.
Cuesta lamenta el hartazgo que sufre no porque le ataquen a él a nivel personal, sino porque “te digan 'esto es falso' cuando ves que el equipo pasa semanas sufriendo y pasándolo mal”. Por eso, “y como no puedes salir y empezar a arrancar cabezas ni a poner denuncias”, quieren que Wild Frank desde dentro sirva para “enseñar cómo lo hacemos con alguien que graba por detrás”.
“Ahí ya no hay ni trampa ni cartón. Chico, esto es lo que hay. Puedes seguir diciendo que es falso desde tu casa, que está muy bien, pero lo que pasa es que ya quedas de paleto a cuñao, y de cuñao a idiota”, zanja Cuesta, repitiendo que el propósito de este formato es “demostrar que toda esa gente que escribe desde su casa sobre mí o sobre lo que hacemos, son una panda de impresentables que ni son periodistas ni son personas. Son simplemente sanguijuelas”.
Al cuestionarle sobre uno de los puntos claves de esta nueva serie de entregas, el del parto de una elefanta que han podido grabar y se verá en Wild Frank por dentro, Cuesta se esfuerza por ser políticamente correcto con los animalistas y recibe un visitante inesperado.
Como si realmente tuviese una fuerza de atracción con los animales, una ardilla que empieza apareciendo al fondo del plano en la derecha acaba acercándose a él y subiéndose a la mesa para situarse a su lado. Y mientras Cuesta nos explica lo espectacular que resulta ver el parto de una elefanta, y nos reconoce que a él le emocionó verlo, saluda a la ardilla: “¡Qué pasa pirula! Como véis, aquí viene mi amiga Roberta. Ahora te doy una nuez”.