Tribunales

El fiscal pide desestimar la demanda de Laureano Oubiña contra 'Fariña' por supuestos “daños morales”

El ministerio fiscal ha solicitado al titular del Juzgado Nº3 de Vilagarcía de Arousa (Pontevedra) que desestime la demanda presentada por Laureano Oubiña contra Bambú Producciones, Atresmedia Corporación y Netflix Internacional de Fariña en la que les reclamaba 1,5 millones de euros por intromisión ilegitima en su derecho al honor, a la intimidad personal y familiar, y a la propia imagen.

En su argumentación, el fiscal ha desmontado el argumento central del demandante al señalar que los contenidos de la serie se encuentran al amparo del “derecho a la libertad de creación”, por lo que no es posible exigirles “un criterio de veracidad que sería propio de la libertad de información”.

El juicio por la demanda que Oubiña interpuso ante la productora, como creadora de la serie, y Atresmedia y Netflix, como distribuidoras de la misma, se ha iniciado una hora más tarde de lo previsto a causa de un retraso en el tren que desplazaba al fiscal hasta Vilagarcía.

Oubiña se ampara en la ley de marcas

Quien sí llegó puntual ha sido el exnarcotraficante, en compañía de su abogado y portando bajo el brazo su último libro Desmontando Fariña. Oubiña aseguró a la entrada a las dependencias judiciales sentirse “perfectamente tranquilo”. Sin embargo, tras la vista oral, el demandante abandonó el juzgado sin hacer declaraciones y desairando de forma ostentosa a los periodistas que le esperaban en el exterior.

Al término del juicio, su abogado, Jorge Paladino, en consonancia con los argumentos que expuso durante la vista, reiteró que Fariña atenta contra el honor y la imagen de su defendido cuando insinúa que Laureano Oubiña traficó con cocaína o cuando lo presenta como un hombre violento. Y máxime, añadió, cuando en su caso, al contrario de lo que ocurre con otros personajes de la serie, la ficción utiliza su nombre real.

Paladino justificó el importe de la indemnización solicitada, 1,5 millones de euros, en función de los beneficios de las empresas demandadas. Para ello se ampara en la Ley de Protección de Marcas y Patentes, que establece un porcentaje de la facturación de las personas que violentan los derechos de un nombre comercial o marca.

“A la hora de valorar los daños y perjuicios hemos optado por esta norma y por la vía civil por entender que era la menos gravosa para los demandados”.

Según relató Paladino, un millón y medio de euros supone el 0,25% de la cifra de negocio de Atresmedia y Netflix. “La ley nos habría permitido reclamar el 1%”, apuntó.

La reputación de Oubiña no depende de 'Fariña'

El responsable de Bambú, y al mismo tiempo uno de los guionistas de la serie Fariña, Ramón Campos, ha sostenido que “cuando nos referimos a hechos históricos, los guionistas no necesitamos el permiso de los personajes que vamos a citar”.

Campos ha justificado el protagonismo que Oubiña tiene en la serie en base a que era el más mediático de todos los personajes. Al tiempo, ha señalado que la mala reputación del exnarcotraficante no depende de Fariña, sino de su propio historial delictivo.

El abogado de Bambú ha revelado que tras la emisión de Fariña un representante de Oubiña le escribió para ofrecerle realizar una serie sobre su vida. El letrado recalcó que, “lejos de renegar de Fariña, Laureano Oubiña se está aprovechando de ella para vender libros y camisetas y para mantener un videoblog”. Por su parte, la defensa de Netflix aseguró que lo que busca Oubiña con este juicio es “exposición pública y no lavar su imagen, porque para eso no hay sosa cáustica que la limpie”.

La escena de sexo

Uno de los hechos por los que Laureano Oubiña interpuso esta demanda contra la intimidad personal y familiar es una escena en al que aparece manteniendo relaciones sexuales con su esposa ya fallecida, Esther Lago. Una escena que, según el abogado del demandante, “no tiene ninguna relevancia ni aporta ninguna información”.

Campos justificó la inclusión de esa escena a partir de un comentario que el exnarcotraficante le hizo a Carlos Blanco, el actor que lo interpreta en la serie. “Cuando estaba preparando el personaje, Blanco le preguntó a Oubiña cómo se sentía sabiendo que tenía el teléfono pinchado y estaba siendo vigilado las 24 horas, a lo que este le contestó que cuando tenía relaciones sexuales con su mujer metía el teléfono debajo del colchón para la los guardias civiles los escuchasen”.

La defensa de la productora alegó que esa escena “se representa sin ningún tipo de morbo y refleja un rasgo de la personalidad de Laureano Oubiña”.

Netflix se desentiende de toda responsabilidad

Por su parte, Netflix se ha desentendido de cualquier responsabilidad, puesto que, según ha explicado en el juicio su vicepresidente de contenidos, se “limitaron a comprar los derechos de distribución”. Netflix recibió la serie cerrada, no supervisó ni intervino en ningún momento en su creación“.

El portavoz y la defensa de Netflix han subrayado que Fariña “no es un documental, ni siquiera una docuficción. Es una ficción basada en hechos reales y así se indicaba explícitamente al inicio de cada capítulo”.

“Se trata de una serie inspirada en hechos reales dramatizados”

El ministerio fiscal, que se abstuvo de hacer preguntas a los demandados, reveló finalmente su posición y solicitó al juez que no estimará la causa presentada por Laureano Oubiña.

El fiscal coincidió con los abogados de la productora Bambú, de Atresmedia y de Netflix en que “no ha habido intromisión ilegítima ni se han vulnerado los derechos” del demandante. “Se trata, y así se indica al inicio de cada capítulo, de una serie inspirada en hechos reales dramatizados”, añadió.

Para el fiscal, a la hora de ponderar el derecho a la libertad de creación y el derecho a la propia imagen, “hay que tener en cuenta la relevancia pública que reclama”.

También coincidió el fiscal con la defensa de las partes demandadas a la hora de subrayar que Oubiña “no ha acreditado ni ha cuantificado ningún tipo de daño ni de perjuicio” moral ni patrimonial a causa de la emisión de Fariña. Por lo que, alegan, no tiene sentido atender la petición de 1,5 millones de euros que el exnarcotraficante solicita solidariamente a los demandados.