The Walking Dead puso punto y final a su serie matriz en noviembre, y casi en paralelo parecen terminar los litigios que tenía pendientes AMC con sus productores originales a cuenta del reparto de beneficios de la franquicia televisiva. Tras casi seis años de proceso judicial, un primer juicio relacionado y otro previsto para febrero, el conflicto entre el creador del cómic, Robert Kirkman, y sus compañeros de producción ejecutiva, Gale Anne Hurd, David Alpert, Charles Eglee y Glenn Mazzara, por un lado, y la cadena, ha quedado en parte cerrado.
Así lo cuentan las partes en un comunicado conjunto. “Hemos acordado resolver por arbitraje confidencial las acusaciones pendientes en este pleito que estaba programado para un juicio en febrero de 2023”, se puede leer en Deadline, después de que este lunes se presentara una moción para desestimar el caso en la Corte Superior de Los Ángeles. Con ello, queda claro que el caso no está plenamente cerrado, pero va a resolverse con un acuerdo entre unos y otros.
Una tregua sobre un conflicto alargado
No obstante, las complejas ramificaciones del planteamiento legal no permiten afirmar que la lucha por los beneficios se haya terminado definitivamente, ni mucho menos, pero supone una tregua. Si bien el caso principal parece encaminado a una resolución de conformidad, la demanda que Kirkman y compañía presentaron contra AMC en 2017, y que ya perdieron en 2022, podría continuar si así lo quieren.
Estos mismos ya habían presentado otra demanda en noviembre sobre el ajuste de los beneficios, que no está resuelta. La acusación pedía 200 millones de dólares a la compañía, en concepto de ganancias de la serie, aduciendo que no se había cumplido el contrato.
AMC también resolvió el conflicto con Darabont
El medio citado considera apropiado resumir la resolución del largo conflicto entre las partes que ayude a encontrar una solución. Sobre todo, permite sanear hasta cierto punto el enrevesado caso en torno a la auditoría por los beneficios. Que llegue dos meses después del desenlace de la serie explica también la necesidad de dar cierre a estos frentes abiertos.
Este, recordemos, no era el único, pues durante el grueso de la vida útil de la ficción, durante casi una década AMC estuvo peleando en tribunales contra Frank Darabont, el responsable de adaptar y desarrollar la historia para televisión.
En 2021, trascendió el acuerdo para poner fin a la guerra judicial por los beneficios: AMC pagó 200 millones a CAA, la agencia de representación del director y guionista, al que despidieron de forma fulminante al poco de comenzar la producción de la segunda temporada. Darabont demandó por 280 millones, la cifra que según sus cálculos dejó de ingresar al ser excluido de los derechos de la exitosa franquicia.