Andreu Buenafuente y Silvia Abril llegaban a la primera entrega de Late Motiv vestidos de gala y con las maletas. “Venimos de Sevilla, de empalme”, decía el presentador, y ella le seguía el chiste: “Ah, pues yo no he notado nada”.
La humorista pedía que le acercaran unas zapatillas para cambiarse los tacones a los que iba subida desde la noche del sábado, mientras él abría las maletas para mostrar los Goya de Javier Fesser, de Coque Malla y Arantza Etxebarria, invitados al programa esa noche.
Tras ello, empezaban a lanzarse pullas entre ellos, hacia las cadenas y hasta alguna política: “Nos vió muchísima gente”, explicaba Buenafuente, a lo que Abril respondía: “Casi 4 millones de personas, para mí un día normal en Tu cara me suena, querido”, zanjaba con una palmadita en la espalda.
Ella siguió: “Nos vio tanta gente porque estaba yo. Tú estabas un poquito para cubrir la cuota masculina que si no los de VOX se enfadaban. Estábamos en territorio...”, pero él tampoco se cortó: “Pues que sepas que respecto a la gala que yo hice me ha bajado la audiencia de cuando presenté solo”.
Tras el speech inicial, la entrega estuvo plagada de guiños a la gala de Premios de la que, por ejemplo, se criticó la dificultad para abrir los sobres de los premiados. Y Buenafuente, en su programa, también recibió uno que tras tomarse su tiempo para abrirlo, leía la nota: “¿A que jode?”.
Después de Late Motiv, Buenafuente y Abril pusieron rumbo a La Resistencia para reencontrarse con David Broncano, uno de los protagonistas de la gala del sábado tras lo ocurrido durante la entrega del Goya a los mejores efectos especiales. Él y Berto dieron el premio a Lluís Rivera y Laura Pedro, de la película Superlópez, colgados del techo como parte de un gag con no pocas dificultades.
“Era la pieza más abierta, por así decirlo, de toda la gala. Y es una cosa que no te perdonaré jamás”, aseguró Buenafuente, que aseguró que Broncano “no quería concretar el final de ninguna manera”. “Nuestra idea era tirar el Goya al suelo ”a cara de perro“”, apuntó éste último, pero “el cabr... al que le dieron el Goya lo quiso coger”, dijo en referencia a Rivera, “porque casi llegaba”.
Según Buenafuente, él y otras quince personas gritaron en ese momento desde detrás del escenario para que Broncano tirara el Goya y así no se alargara la broma, como acabó ocurriendo finalmente. Para entonces a Berto ya se le había caído el sobre con el nombre de los ganadores, siendo José Coronado el que salvó la situación recogiéndolo del suelo y leyendo los nombre de Lluís Rivera y Laura Pedro. Según Broncano, “aquello no estaba preparado”, y que “todo el mundo”, incluyendo“ a Agustín Almodóvar, miró al suelo para evitar hacerlo.
Sin embargo, Coronado se prestó a subir al escenario, aunque con una dosis de preocupación por lo que le podía esperar. “Él estaba como muy preocupado porque decía: ”Estos cabrones...voy a salir, van a tener preparada alguna broma y voy a pringar“, comentó Silvia Abril al respecto.