Concha García Campoy: “Volveré a Telecinco con algo diferente”
Concha García Campoy sigue el proceso de recuperación de la leucemia que la mantiene alejada de la televisión y el periodismo desde hace ocho meses. Ahora, después de superar el autotransplante de médula, encara su futuro personal y profesional con optimismo, y ya prepara nuevos proyectos para regresar a las pantallas.
Así lo indica en esta extensa entrevista concedida a la directora de la revista de la Academia de la Televisión, Sara Pulido, y publicada en la web de la institución. En ella, la periodista cuenta cómo se encuentra y cómo ve la actualidad del medio, y avanza información sobre su futuro en Telecinco. Asegura que “hará algo diferente” y que no saldrá en antena antes de enero de 2013.
La 2 de TVE emitió el pasado 4 de julio la Ceremonia de los Premios Iris. ¿Cómo lo vio desde la distancia?
Me pareció un acto solemne que aunaba los principios básicos de nuestra profesión y las esperanzas de futuro. Vi un gremio vivo, unido y reivindicativo. Me gustó mucho el homenaje, más o menos explícito, a Fran Llorente. Televisión Española, sin duda, ha pasado una época gloriosa, una época de gran independencia y eso se reconoció de forma espontánea en diferentes momentos. La Academia jugó su papel de plataforma neutral y profesional, un aglutinador para que los profesionales se expresen con libertad. Tuvo todo lo que debe tener una ceremonia de estas características: agilidad, brillantez y reivindicación profesional.
No pudo acompañarnos pero estuviste presente mediante una carta a los profesionales en la revista AcademiaTV…
La revista me ha servido como una plataforma en este tiempo para ponerme en contacto con los compañeros. Son muchos los que me han pedido declaraciones y a mí me ha parecido que hasta que no estuviese totalmente recuperada y tuviese un proyecto profesional entre manos debía mantener una actitud muy discreta para dedicarme a lo que tengo que dedicarme. Pero, sin duda, la Academia es nuestra casa, es la casa de todos los profesionales y por eso he querido expresarme a través de ella. En ese texto pude dar mi opinión sobre el significado de los Premios Iris.
Superado el autotrasplante de medula ¿cómo se encuentra ahora?
La verdad es que estoy evolucionando muy bien y sigo muy positiva. Uno nunca sabe cómo va a reaccionar en estos casos y yo he reaccionado aferrándome a todo. Es un proceso lento, va poco a poco, hasta llegar a una normalidad absoluta. Noto que va muy bien porque tengo unas ganas enormes de empezar a trabajar.
Precisamente la Academia reconoció con un Premio Iris la labor de la campaña de donación de órganos “Eres perfecto para otros” de Telecinco. ¿Es necesaria una mayor concienciación social sobre este tema?
Absolutamente. En España hay mucha concienciación sobre la donación de órganos porque se ha hecho una buena campaña por parte de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). Sin embargo, la falta de información sobre el trasplante de médula ósea hacía que las donaciones fueran escasas. Yo misma, cuando me pasó, no tenía ni idea de lo que había que hacer para donar médula. El proceso es bastante simple mediante un análisis de sangre.
Se ha dado un impulso que está implicando a muchas personas y ahora es necesario facilitar al máximo la recogida de muestras para conseguir incrementar nuestro banco. La campaña de Telecinco incidió en todo esto y ha realizado una labor importante poniendo el foco sobre algo que interesa a muchísima gente. Ha sido un premio muy afortunado y oportuno.
Ha vivido estos meses de lucha contra la leucemia con una fuerza increíble. ¿Qué ha sido lo más gratificante?
El afecto de todo el mundo. Sinceramente, nadie me ha decepcionado en el campo de los afectos. He recibido muchísimo más de lo que esperaba. No solamente en mi familia que, por supuesto, ha estado a la altura. La reacción de la profesión ha sido impresionante. Comprendo que cuando alguien está enfermo hay una solidaridad natural pero en mi caso he notado apego real y eso me ha dado una fuerza muy grande. Ha sido muy positivo y me ha hecho sentir mejor en el mundo.
¿Y lo más duro?
Ver sufrir a mi familia, sobre todo a mis hijos. He sufrido mucho porque ellos han sufrido. Afortunadamente, una enfermedad así te fortalece y crea unos lazos muy especiales. Mis hijos han madurado y tenemos una relación maravillosa. Obviamente no puedo decir que sea bueno tener una enfermedad, sería absurdo. No hace falta el sufrimiento para que uno se dé cuenta de lo que es importante en la vida. Pero, una vez te ha pasado, lo que queda después es realmente fuerte y valioso.
La profesión se ha volcado usted, y el apoyo se ha multiplicado en las redes sociales. ¿Cree que plataformas como Twitter están cambiando la forma de hacer y entender el periodismo?
Lo está cambiando en muchas direcciones. En mi caso, por ejemplo, han sido fantásticas las muestras de cariño que he recibido en Twitter. He mandado algunos mensajes y ahora me mantengo en un plano discreto porque no puedo dar un parte diario de mi enfermedad y no quiero centrarme exclusivamente en eso. Sin embargo, he agradecido muchísimo todo el apoyo. En cuanto al periodismo, Twitter es un elemento muy interesante porque todo queda al descubierto y al mismo tiempo distorsionado.
La lupa que pone sobre las cosas hace que cobren una dimensión espectacular. Lo que comenta alguien espontáneamente sale en un periódico o en un medio generalista y alcanza una dimensión extraordinaria. Los medios en eso deben tener cuidado y los periodistas tenemos que poner orden y prioridad. No todo lo que pasa en Twitter es tan importante. Ha movilizado las revueltas en los países árabes pero también ha entrado en la privacidad de las personas. Tiene su cara y su cruz. Soy muy defensora de las redes sociales pero hay que saber utilizarlas.
¿En qué ha invertido el tiempo estos meses alejada de la pequeña pantalla?
Para cualquiera que tenga un espacio así de tiempo ordenarlo es fundamental. He hecho un curso para perfeccionar inglés, he aprovechado para escribir y he visto mucha televisión seleccionando más los programas para poder analizarlos. La televisión es un medio extraordinario para el talento en la realidad y en la ficción. Siento que éste ha sido también un tiempo ganado, un espacio para mí que nunca había podido tener.
¿Y cómo ha visto la parrilla televisiva?
Me ha llamado mucho la atención la calidad de la ficción y la calidad de la información. Al mismo tiempo, veo con mucha preocupación que la falta de publicidad en los medios privados y la crisis en la televisión pública puedan hacer bajar los niveles de calidad. Se ha demostrado que en este país hay talento y muchísimo. Se puede hacer buena ficción, informativos más independientes, cosas extraordinarias pero no se pueden hacer sin presupuesto. Corremos un riesgo muy grande.
Las televisiones privadas tienen sus códigos y están funcionando con mucha habilidad en la gestión de los recursos. Por otro lado, todos tenemos derecho a una radio y una televisión pública. Creo que fue un error del anterior Gobierno quitar la publicidad de TVE radicalmente, sin tener una solución para la financiación. Eso es el principio del fin de la televisión pública y veremos cómo se gestiona todo esto en medio de la crisis.
No creo en una televisión pública exclusivamente de servicio, anodina y plana porque se convertiría en una televisión minoritaria que no vería nadie y, por lo tanto, no tendría influencia. Para mí es esencial mantener la red de corresponsales y mantener la red de informativos que son el tronco de lo público. Después, por supuesto, ajustar los presupuestos pero los Águilas Rojas y los Cuéntame tienen que estar en la programación.
Este mes los Juegos Olímpicos de Londres 2012 han marcado la actualidad televisiva. José Ramón Díez, académico y Premio Talento, es el realizador de la ceremonia de inauguración para todo el mundo desde Barcelona 92. ¿Qué te pareció esta última?
Me pareció emocionante y una de las más extraordinarias que he visto. La realización fue maravillosa. José Ramón es un genio a nivel mundial. La tarea de la inauguración de unos Juegos Olímpicos es para mí de las cosas más complicadas y más difíciles que se pueden hacer profesionalmente. Ha tocado el cielo profesional.
El concepto fue una narración completa de lo que había aportado el Reino Unido al mundo: la Revolución Industrial, la música, el Servicio Público de Salud… En estos momentos reivindicar lo que tiene tu país, lo espectacular y lo que la gente necesita me pareció un acierto. No hacen falta muchos fuegos de artificio sino contar una historia. En Londres 2012 el continente y el contenido estuvieron perfectamente ensamblados.
¿Cómo ve el actual panorama televisivo?
Con preocupación. Todas las épocas tienen momentos de crisis y saldremos adelante. La televisión es un medio muy fuerte y de alguna manera saldrá fortalecida. Ahora estamos en el punto en el que muchos profesionales se quedan en la calle. Tenemos que reivindicar la calidad y la honradez. No porque haya menos presupuesto hay que lanzarse a una televisión banal. Hay que hacer una televisión divertida, entretenida e ir a la raíz de las cosas.
Tenemos que arremangarnos y ser más exigentes que nunca. Veo con preocupación que en lugar de ensancharse el mundo televisivo se está estrechando. Habría que hacer un planteamiento de mucho coraje para hacer la televisión mejor que nunca, estimular a los profesionales y crear un espacio en el que la gente pueda desarrollarse verdaderamente. Pasará la racha y las televisiones son ahora la concentración del talento. Potenciemos eso porque si haces un buen trabajo lo puedes vender fuera. Hay que ampliar los horizontes, abrir la mente y apostar por la calidad. Sabemos que ahora hay que ser austeros pero no hay que renunciar a nada.
El periodismo y sus profesionales viven tiempos difíciles. En su opinión, ¿cuáles son los desafíos del oficio?
Somos periodistas y somos comunicadores que son cosas que no siempre quieren decir lo mismo. Ahora más que nunca hay que mantener la esencia de la profesión. Con toda la cantidad de información que nos viene parece que ahora los periodistas no seamos útiles y somos más necesarios que nunca. Hay que apostar por los contenidos importantes, por la investigación y por mantener la calidad. Tenemos que saber adaptarnos a los nuevos tiempos.
Ahora tiene que haber espacios para el análisis. Nosotros estamos ahí para poner ojos a las cosas y somos muy necesarios. El reto está en no desnaturalizarnos y en no convertirnos en vendedores de cualquier cosa que nuestras empresas se planteen. Los espacios de televisión tienen que ser televisión y la publicidad tiene que apoyar pero son cosas muy diferentes. A mí me gustaría que en España existiera el mecenazgo. Sería muy interesante para el cine, el teatro y la televisión.
En este panorama cobran especial importancia puntos de encuentro profesional como la Academia de Televisión…
Son más necesarios que nunca. No hay ningún organismo ahora mismo que aglutine a profesionales de todas las cadenas. En estos momentos de tanta zozobra y de tanta inquietud tiene que haber un lugar de debate, una plataforma. Lo necesitamos.
La Academia de Televisión organiza muchos actos, tiene publicaciones, realiza encuentros con gente muy interesante y nos ayuda a reciclarnos y a mirar dónde estamos. Creo que, desde la prudencia, hay grandes principios profesionales que la Academia debe mantener y por los que debe luchar ya que son intereses comunes a todos. Ahí es donde confluimos y esa es la verdadera esencia de nuestra Institución.
¿Para cuándo tu regreso a la pequeña pantalla?
Afronto el futuro profesional con mucha ilusión. Tengo que decir que en Telecinco se han portado muy bien conmigo, todos los compañeros y Paolo Vasile a la cabeza. Ha sido un auténtico señor y me ha hecho sentir necesaria todo este tiempo, teniendo en cuenta que es una enfermedad larga y pesada. Ha sido fantástico el cariño, el afecto, la confianza… Estamos planteando el futuro próximo y espero empezar a preparar cosas en otoño.
Haré algo diferente en la cadena pero todavía lo estamos definiendo. Trabajaré antes pero no sé si saldré en antena antes de enero. Quiero estar recuperada físicamente y me gustaría estar absolutamente natural, prescindir de pelucas y de las cosas necesarias por esta enfermedad. Salir tal cual soy y hacer lo que más me gusta que es informar.