Por su interés reproducimos la entrevista de Federico Marín Bellón a José Luis Garci que publica el diario ABC: Como un cigarro que ha tardado diez años en consumirse, envuelto a veces en el humo de la polémica, José Luis Garci hace balance de «Qué grande es el cine», que piensa apurar hasta que los espectadores de La 2 disfruten esta noche de «Fresas salvajes»: -Termina una aventura maravillosa, que ha durado diez años y 476 películas. Me hubiera gustado seguir otros veinte o treinta años y mil películas más, pero TVE, ejerciendo su derecho, ha decidido no seguir.
-¿Se queda huérfano el cinéfilo?
-No. Quedan «Off Cinema», «Versión española», «La noche temática», «Cine club», «Cine de barrio»...
-¿Recordará el público el espacio como algo mítico?
- Creo que no. Había uno mítico, «Revista de cine», con Alfonso Sánchez, pero sí ha sido un programa de los más importantes, donde hemos puesto a Dreyer, Mizoguchi, Vigo, Ozu, Ford...
-¿Cuál ha sido su mayor éxito?
-«Robin de los bosques» la vieron cerca de 2.800.000 espectadores. Luego vienen «El golpe» y «Centauros del desierto», pero el éxito más grande fue que siguieran «Ordet» un millón de personas, casi más que viven en Dinamarca.
-¿No estamos creando una generación de analfabetos audiovisuales? -Reconozco que me sentí desconcertado cuando hace un par de meses se pusieron dos películas de Dreyer en Madrid y no fue nadie a verlas.
-¿Hay algo raro en esta despedida?
-Político nada. El programa se ha emitido con varios Gobiernos distintos.
-Quizá personal.
-Yo creo que tampoco. Poca gente habrá estado más tiempo que yo en TVE. desde el guión de «La cabina», con Mercero, que ganó el único Emmy de nuestra televisión. Sinceramente pienso que no hay nada, entre otras cosas porque tampoco he hecho nada.
-¿No le juzgan siempre con un plus personal de antipatía o afecto?
-También es normal. Puede parecer un problema de vanidad, pero cuando llegas a mi edad se supone que tienes que tener gente a favor y en contra. Si no, es que has pasado inadvertido.
-Tampoco es la primera vez que le retiran el programa de la parrilla.
-La gente no lo calibra, pero el programa nace con el PSOE y lo quita Mónica Ridruejo, nombrada por el PP. Pero si rastreas la hemeroteca, no verás ni una queja por mi parte.
-Hace siglos se peleó con Calviño.
-Eso fue algo personal, un problema con «Sesión continua». No tiene nada que ver. Conociendo el mundo del espectáculo, ¿quién te dice que no vuelves dentro de ocho meses?
-Los puristas no perdonan el doblaje.
-Al principio, se compraban dos pases y el segundo lo emitían de madrugada en versión original. Pero claro, a las diez y media, cualquiera mete subtítulos. Fíjate si han pasado directores generales de cine desde 1975 y nadie se ha cargado el doblaje, porque es imposible. Nadie puede y todos están a favor.
-Pero ya que es una cadena minoritaria, de servicio público...
-Es cuestión de si lo tomas o lo dejas. Los puristas también lo habrían tomado.
-¿Ha tenido algún problema con la Casa en todo este tiempo?
-Jamás hemos planteado un problema y está por ver que yo haya tenido la menor queja, ni económica. Lo que costó el programa en 1995 cuesta en 2005.
-Los contertulios también han generado cierto descontento.
-No puede contentar a todos. Al principio porque no había mujeres, luego las había, pero no gustaron. Pero puedo decir que es casi el único programa en el que uno dejaba hablar al otro.
-A lo mejor el fallo ha sido no gritar más para captar audiencia.
-Por eso daba gusto, era un oasis. Yo veo «El rondo» ahora y no se entiende. Hablan seis a la vez. No dos, seis.