Más en elDiario.es
Una ruta de época fenicia: cuando Cádiz aún era Gadir
Una escapada a la Sierra de Grazalema, el hogar de los pinsapos
Cádiz es conocida por muchas cosas. Tanto hoy como desde hace muchos siglos atrás. Jugó un papel fundamental cuando en tiempos de navegantes se comercializaba con el Nuevo Mundo, pero mucho antes fue una de los asentamientos fenicios más importantes de la península ibérica. De hecho, el nombre fenicio de Gadir no tuvo que evolucionar mucho hasta la actual Cádiz. Y aunque todo eso quede muy atrás, hoy Cádiz nos sigue hablando orgullosa de su pasado.
Si no te suena mucho su historia, seguro que sí la conoces por su carnaval, uno de los más importantes del país e incluso del mundo, por el concurso de chirigotas que cada año se celebra en el Teatro Falla, o por sus playas. Con La Caleta como máxima representante de su belleza y donde el antiguo balneario de la Palma es testigo de las mejores puestas de sol desde hace ya casi un siglo.
Pero si quieres ir un paso más allá y no quedarte solo con lo que te cuentan, en un fin de semana podrás cruzar Puerta Tierra y entrar al casco histórico de Cádiz, para una vez allí pasear, pasear y pasear. Te esperan callejuelas llenas de historia, plazas plagadas de vida, edificios que cuentan el pasado esplendoroso de la ciudad, y luz. Mucha luz. La luz de Cádiz. Responsable de tantos y tantos enamorados que caen rendidos en los brazos de ‘la tacita de plata’. Pero para no perderte algunos de sus lugares más bonitos, importantes y peculiares, aquí tienes 10 sitios imprescindibles que no te puedes perder cuando visites Cádiz.
La catedral será una de las primeras cosas que verás de Cádiz porque sobresale sobre todo lo demás. Se comenzó a construir en 1722 y se dio por terminada un siglo después, combinando los estilos barroco y neoclásico. Su fachada principal con sus dos grandes torres se lleva el protagonismo, pero no debemos dejar de entrar para contemplar sus numerosas columnas corintias, sus capillas y su llamativo altar mayor.
Se trata de la antigua Plaza Mayor de la ciudad, y eso lo comprenderás en cuanto la veas. En su día, aquí se vendían numerosas mercancías exóticas traídas de las Indias, y hoy en ella destacan varios edificios de interés como el Ayuntamiento, la Casa de los Pazos Miranda y la iglesia de San Juan de Dios, que destaca por su barroco. Entre palmeras y fuentes es un buen sitio donde tomarse algo si hacemos un alto en el camino.
El Pópulo es considerado uno de los barrios más antiguos de Europa y, por tanto, de Occidente. Se estima que ha sido poblado de manera ininterrumpida desde hace unos 3.000 años y pasear por él supone empaparse de historia. Está delimitado por los arcos de La Rosa, Los Blanco y El Pópulo, que se corresponden con las antiguas puertas de la villa medieval amurallada, y paseando por sus estrechas calles te toparás con parte del graderío del teatro romano o la Casa del Almirante, el palacio del siglo XVII más importante de la ciudad.
Para conocer bien una ciudad hay que visitar sus mercados, y en Cádiz eso se convierte en toda una experiencia. El Mercado Central cuenta, entre otros, con 57 puestos de frutas y verduras, 54 de pescado y marisco, y 44 de carne. Es todo un espectáculo para la vista, y además todos los días de la semana se organiza el Rincón Gastronómico, una oportunidad para probar los productos gaditanos más auténticos.
El Castillo de Santa Catalina se levantó entre finales del siglo XVI y principios del XVII como respuesta al asalto anglo-neerlandés que sufrió Cádiz en 1596. Fue diseñado con forma de estrella por el ingeniero Cristóbal de Rojas con el objetivo de defender la bahía de Santa Catalina, y es un excelente ejemplo de arquitectura militar que ha llegado sin grandes cambios hasta nuestros días. Hoy el Castillo de Santa Catalina se ha transformado en un gran espacio cultural y de ocio. Sus salas reciben exposiciones temporales y talleres de todo tipo, e incluso acoge conciertos en verano.
Aunque popularmente es conocida como Plaza de las Flores, su verdadero nombre es Plaza de Topete, pero cuando la visites pronto comprenderás a qué se debe su apodo. En uno de sus extremos llama la atención el edificio de Correos, que resalta por su ladrillo rojo, pero lo que aquí te cautivará será el aroma que desprenden sus numerosos puestos de venta de flores. Es una de las plazas más coloridas y animadas de Cádiz, está llena de vida y en ella encontrarás una de las freidurías de pescado más célebres de la ciudad: la Freiduría las Flores.
En el extremo sur de La Caleta se encuentra el Castillo de San Sebastián. Se ubica sobre un pequeño islote que históricamente ha acogido construcciones defensivas y de guía para los navegantes, pero fue en 1860 cuando el anterior castillo fue reemplazado por la fortificación que ves hoy día, desde ese momento ya unida a tierra firme. Actualmente el Castillo de San Sebastián se utiliza como espacio expositivo y como lugar para la celebración de conciertos.
La Plaza de España la encontrarás cerca del puerto de Cádiz, en terreno que ha sido ganado al mar. Está rodeada de jardines y de edificios de renombre, como el de la antigua Aduana, hoy Diputación Provincial de Cádiz, pero si hay algo que llama en ella la atención es el monumento a la Constitución de 1812. ‘La Pepa’ estableció todo un hito en la historia de España, por lo que en 1912, para celebrar su centenario, se erigió esta especie de hemiciclo abierto al mar, con alegorías de España y Hércules, y donde se hace referencia a la paz, la guerra, la industria y la agricultura.
En el casco histórico de Cádiz y junto al mar se encuentra el Parque Genovés, un espacio verde que nos traslada a finales del siglo XVIII. Forma parte de la historia de la ciudad y uno de sus principales atractivos lo encontramos en sus interesantes especies vegetales de diferentes orígenes. Alberga pequeños monumentos, como la fuente de los Niños Paraguas, aunque La Gruta, un lago con su propia cascada, es sin duda uno de los rincones de mayor belleza.
Y si vamos a Cádiz, no deberíamos pasar por alto Torre Tavira. Con sus 45 metros de altura es el mejor mirador de la ciudad. Forma parte de la Casa Palacio de los marqueses de Recaño, fue la torre de vigilancia oficial del puerto de Cádiz en 1778 y su nombre actual deriva de su primer vigía, Antonio Tavira. Hoy cuenta además con un atractivo turístico: la Cámara Oscura. Un sistema de espejos y lentes que proyecta sobre una pantalla blanca curva horizontal, a modo de mesa, lo que está sucediendo en el exterior en ese preciso instante.
Una ruta de época fenicia: cuando Cádiz aún era Gadir
Una escapada a la Sierra de Grazalema, el hogar de los pinsapos