El nuevo laberinto de cipreses que invita a perderse en pleno Pirineo aragonés

Laberinto de los Pirineos.

Elena Segura

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Piedrafita de Jaca, en el impresionante Valle de Tena (Huesca), acaba de estrenar hace solo 15 días su Laberinto de los Pirineos, diseñado a la imagen y semejanza del Laberinto de Villapresente, en Cantabria, y también con más de 5.000 metros cuadrados para adentrarse en sus pasillos, caminos y recovecos con amigos o en familia. El plan perfecto para pasar un buen rato y echar a volar la imaginación, adentrándonos en una aventura misteriosa y fantástica apta para todos los públicos.

El proyecto “se empezó a cocinar en 2019; desde aquel otoño hemos estado trabajando para dar forma al laberinto”, cuenta en su página web el aragonés Juan Fanlo, su creador. El Laberinto está ubicado a los pies del Peña Telera y “es el lugar perfecto para perderse y encontrarse; una ubicación maravillosa para sentir el corazón del Pirineo Aragonés mientras se disfruta de la belleza de su idílico paisaje pirenaico”, destacan.

El espacio está abierto desde junio hasta noviembre, por lo que desde su interior podremos disfrutar de todas las tonalidades de paisajes según la época en que lo visitemos: desde la explosión de verdes de la primavera a los tonos marrones, amarillentos y rojizos de la etapa otoñal.

“El Laberinto se ha hecho —cuenta Juan Fanlo en su web— gracias a la ayuda de un gran equipo, primero mi familia, pero también mis amigos y gente de mi entorno que contribuyeron tanto a la idea como a la plantación de los cipreses”. A lo largo de los 5.000 metros cuadrados de la finca familiar en la que Juan Fanlo ha creado su Laberinto se han plantado 4.000 cipreses para perderse entre su sombra.

¿Por qué cipreses?

Originarios de una isla de Chipre, son unos árboles de hoja perenne y rápido crecimiento, que se adaptan a casi todos los terrenos y climas y son poco exigentes. Los del Laberinto de los Pirineos tienen ya 2,3 metros de altura, pero pueden llegar a superar los 20 y son muy longevos, pudiendo vivir cerca de 300 años; por lo que son ideales para todo tipo de reforestaciones.

El recorrido por el laberinto es circular y para completarlo se necesita cerca de media hora, entre 25 y 40 minutos aproximadamente. Cuenta con siete accesos, los dos principales y otros cinco “de emergencia” a lo largo de los caminos que se van entrecruzando por si alguien quiere abandonar en algún momento antes de completarlo.

En el laberinto hay un aparcamiento privado gratuito con 50 plazas donde no se permite pernoctar, una caseta donde se pueden adquirir las entradas (a 7 para los adultos y 4 para los niños mayores de cuatro años) y un bar para tomar un tentempié admirando las espectaculares vistas que nos ofrece el enclave.

Fanlo presenta en su página web a Niebla y Ton, sus perros, “que no han parado de recorrer todos y cada uno de los pasillos del Laberinto; son una pareja de hermanos de la raza Pointer que nacieron justo cuando los cipreses eran plantados”. Y aprovecha para dar la bienvenida al espacio a las mascotas de los visitantes, “pero por conservación de los cipreses os tendremos que pedir que visiten el entorno del laberinto atados con correas y sistemas para recoger sus necesidades” y no dañar el entorno.

Recomendaciones

En la página web del Laberinto de los Pirineos señalan que está permitido hacer el recorrido si llueve, “con chubasquero pero nunca con paraguas” y aconsejan “calzado apropiado para hierba mojada y barro”. En días calurosos, como los que se acercan ahora en temporada estival, “es necesario portar alguna botella de agua para hidratarse”.

Y recuerdan que dentro del laberinto no hay papeleras, “por lo que cada uno tendrá que llevar a las papeleras del exterior cualquier residuo generado, tanto por él como por su mascota”.

No se olvidan de los más pequeños, y explican que si viajas con bebés es preferible hacerlo con mochila en lugar de carrito, “hay que tener en cuenta que hay pasillos estrechos donde se tendrán que cruzar con más gente y no entraran todos y es un recorrido de hierba y tierra”.

Historias de brujas y un baño en el pantano

Todo esto, con la Peña Telera (2.764) de fondo, el pico más conocido de la Sierra de Partacua, y muy cerca del Embalse de Bubal, que recoge las aguas del Río Gállego y que es uno de los principales alicientes de la zona en verano para pegarse un buen baño y refrescarse o para hacer deportes acuáticos como canoas y piragüismo o windsurf.

El pueblo que alberga el Laberinto, Piedrafita de Jaca, también merece una visita. En pleno corazón del Pirineo Aragonés, es una localidad que conserva todo el encanto del pasado y que es una muestra perfecta del tipo de arquitectura pirenaica. Entre los lugares que no hay que perderse está en Centro de Interpretación 'Brujería en el Alto Gállego', que podemos encontrar en los antiguos lavaderos públicos del pueblo, y donde se hace un recorrido por sus leyendas y creencias populares alrededor de la brujería.

Unas prácticas que -según cuenta la Historia de la comarca- fueron habituales entre los siglos XV y XVII. En el Centro de Interpretación se relatan episodios de posesiones, rituales y mitos de las montañas, así cómo la persecución de brujas y brujos en aquellas épocas.

Naturaleza salvaje

Otra visita que no te puedes perder si estás unos días por la comarca es la del Parque Faunístico Lacuniacha. Es un bosque de cerca de 30 hectáreas que alberga una gran riqueza en flora y fauna. Si viajas con mirada atenta puede que tengas suerte y durante tu paseo por el monte puedas disfrutar en su hábitat natural de la presencia de algunos animales salvajes, aunque no es fácil toparse con todos ellos, en especial con los grandes mamíferos. Son típicos de la zona los ciervos, gamos, renos, linces, bisontes, osos, jabalíes, muflones y los lobos.

Para adentrarse en el Parque es importante ir equipado con ropa cómoda, calzado de montaña, agua suficiente para mantenerse hidratado y algún aperitivo o comida ligera. “El resto de las facilidades se encuentran allí, incluidas las mochilas para llevar a los bebés a cuestas; en cuanto a la comida y bebida, existen dos zonas de descanso donde reponer fuerzas”, explican en la web de Turismo Sostenible de Aragón.

Cerca de Piedrafita encontramos otros pueblos con mucho encanto también como Tramacastilla de Tena, Sandiniés o Escarrilla, con planes interesantes para todas las edades a y siempre envueltos en bellos e idílicos paisajes. Uno de esos planes es visitar el Ibón (pequeño lago de montaña de origen glaciar) de las Paules, es muy recomendable y puede realizarse a bordo del Tren de Tramacastilla.

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