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Milán en dos días: guía detallada para visitar la ciudad italiana y no perderte nada

Piazza del Duomo, Milán.

Roberto Ruiz

30 de enero de 2025 22:10 h

Aunque muchos la asocian con la moda y los negocios, Milán también es un destino cultural, histórico y gastronómico de primer nivel. De hecho, es una de las capitales más visitadas de Europa y no por casualidad. Con su mezcla de arquitectura clásica y moderna, sus coloridos barrios y una oferta culinaria que hace la boca agua, la capital lombarda es ideal para una escapada de fin de semana. 

A pesar de ser una urbe moderna y bulliciosa, Milán conserva un encanto especial en cada rincón. Desde las majestuosas agujas del Duomo hasta los pintorescos canales de Navigli, la ciudad nos sorprende con influencias históricas y contemporáneas conforme paseamos por su centro y sus barrios colindantes. Como sabes, Milán es epicentro mundial de la moda y el diseño, lo que se refleja en sus elegantes calles comerciales y en archiconocidos eventos internacionales como la Semana de la Moda. Sin embargo, más allá de su sofisticación, la ciudad también ofrece una cercada vida local que enamora a los viajeros.

A Milán podrías dedicarle días y días, pero siempre puedes conocer sus lugares más emblemáticos en un fin de semana bien organizado. Desde un viernes por la tarde hasta el final del domingo, tienes dos días completos para empaparte de su arquitectura, de sus monumentos más icónicos y de su ambiente más acogedor. En esta guía te proponemos un recorrido que combina arte, historia, moda y gastronomía para que te lleves lo mejor de una de las ciudades más bonitas de Italia. 

Viernes tarde: bienvenidos a Milán

Supongamos que tienes una buena conexión aérea y llegas a Milán un viernes a primera hora de la tarde. El trayecto desde cualquiera de los aeropuertos es rápido y cómodo, ya sea en tren, autobús o taxi. Una vez dejes las maletas en el alojamiento, situado preferiblemente cerca del centro histórico o en barrios como Brera o Navigli, es momento de comenzar a explorar la ciudad.

  • Paseo por el corazón de Milán

Comienza en la emblemática Piazza del Duomo, el corazón de la ciudad. Su impresionante catedral gótica es un icono de Milán y verás que impresiona tanto por su arquitectura como por su tamaño. Con sus más de 3.000 estatuas y 135 agujas, es una obra maestra que tardó casi seis siglos en completarse. Si tienes tiempo, puedes entrar a visitar el interior o subir a las terrazas para disfrutar de una vista panorámica de la ciudad y las colinas de alrededor.

Desde allí, dirígete a la Galería Vittorio Emanuele II, un majestuoso pasaje comercial cubierto que data del siglo XIX. Tras la catedral, posiblemente esta sea la cara más famosa de la ciudad. Conocida como 'el salón de Milán', este lugar no solo tiene fama por sus tiendas de lujo y cafeterías históricas, sino también por su arquitectura de hierro y cristal, que es un ejemplo perfecto del estilo neorrenacentista. Caminar bajo su cúpula central y contemplar los mosaicos del suelo es toda una experiencia.

A pocos pasos llegarás a la Piazza della Scala, donde se encuentra el famoso Teatro alla Scala, uno de los teatros de ópera más prestigiosos del mundo. Vayas o no a ver una función, vale la pena admirar su fachada y, si te da tiempo, visitar su museo para conocer más sobre su historia y los grandes nombres que han pasado por su escenario.

  • Cena y primer contacto con la gastronomía milanesa

Para terminar el día dirígete al barrio de Brera, conocido por su ambiente bohemio y sus acogedores restaurantes. Es el momento perfecto para disfrutar de platos típicos como el risotto alla milanese, preparado con azafrán, o la cotoletta alla milanese, una jugosa chuleta de ternera empanada que es un clásico de la ciudad. Si prefieres algo más ligero, prueba una tabla de quesos y embutidos locales, acompañada de un buen vino lombardo. Finaliza con un tiramisú, imbatible, y pasea por las encantadoras calles iluminadas de Brera antes de regresar a tu alojamiento.

Sábado: día completo y variado

El sábado será tu jornada más completa. Ponte un calzado cómodo y prepárate para caminar porque daremos un paseo por la historia, el arte y la vida cotidiana de Milán.

  • Por la mañana: del Duomo al Castillo Sforzesco

Si el viernes no te dio tiempo a ver con detalle el Duomo, es momento de volver. Si no lo hiciste el día anterior, sube a las terrazas para disfrutar de la vista y contemplar de cerca las elaboradas esculturas góticas que adornan la catedral, porque de verdad merece la pena. Desde allí, pasea hasta el Castillo Sforzesco, una fortaleza del siglo XV que alberga varios museos y colecciones de arte. Entre sus tesoros se encuentran obras de Michelangelo y Leonardo da Vinci, así como una fascinante colección de instrumentos musicales.

Justo detrás del castillo tienes el Parque Sempione, ideal para un paseo relajado o desfogar si viajas con niños. Este espacio verde es perfecto para descansar bajo la sombra de sus árboles o acercarse al Arco della Pace, un enorme arco del triunfo mandado construir por Napoleón. 

  • Almuerzo: pausa con sabor local

Cerca del castillo y el parque hay varias opciones para disfrutar de un almuerzo tranquilo. Opta por una trattoria tradicional donde puedas probar platos como el ossobuco alla milanese con gremolata o una buena tabla de embutidos italianos. Si prefieres algo rápido, busca un lugar donde vendan panzerotti, una especie de empanadillas rellenas que seguro que tomarás más de una vez.

  • Por la tarde: Santa Maria delle Grazie y Brera

Después de comer, dirígete a la iglesia de Santa Maria delle Grazie, donde se encuentra La Última Cena de Leonardo da Vinci. Es imprescindible reservar las entradas con antelación, pero la experiencia de contemplar esta obra maestra bien merece la organización previa. Desde 1980 el conjunto monumental está declarado Patrimonio de la Humanidad.

Desde allí regresa al barrio de Brera para, esta vez de día, pasear por sus cuidadas calles llenas de galerías de arte, boutiques y cafeterías. Si eres amante del arte, no te pierdas la Pinacoteca de Brera, que alberga una impresionante colección de obras de artistas italianos como Caravaggio y Rafael, entre muchos otros.

  • Cena: Navigli y el aperitivo milanés

Termina el día en Navigli, barrio de canales y calles adoquinadas. Al caer la noche, esta zona se llena de vida, y más aún en fin de semana, con bares y restaurantes que ofrecen el tradicional aperitivo italiano: una bebida acompañada de un buffet de pequeños platos. Es la manera perfecta de sumergirte en el ambiente local antes de disfrutar de una cena relajada junto al agua. Puedes probar especialidades como la cassoeula, un guiso típico de Lombardía que combina carne de cerdo con repollo.

Domingo: despedida

Llega el último día, pero si tienes el vuelo por la tarde aún tienes unas cuantas horas que aprovechar. El domingo por la mañana puedes visitar algunos de los lugares más singulares de Milán antes de despedirte.

  • Por la mañana: Cementerio Monumental y Gae Aulenti

Que no te suene raro. Hay cementerios que son auténticos museos y el de Milán es uno de ellos. El Cementerio Monumental es conocido por sus impresionantes esculturas y mausoleos. Merece la pena acercarse para dar un paseo y ver cómo cada rincón tiene su historia, desde tumbas de artistas hasta figuras históricas.

A continuación, dirígete a Piazza Gae Aulenti, el corazón de la Milán moderna. Verás que este espacio futurista es totalmente diferente a todo lo que has visto desde que llegaste, rodeado de rascacielos y edificios tan peculiares como el Bosque Vertical y la Unicredit Tower.

  • Almuerzo: despedida con sabor

Para tu última comida en Milán, busca un restaurante en Navigli o cerca de la Estación Central. Es el momento de repetir tu plato favorito del viaje o de probar algo nuevo como el vitello tonnato, ternera finamente fileteada con salsa de atún, o por qué no, una buena pizza, que para eso estamos en Italia.

  • Por la tarde: compras y adiós

Dedica las últimas horas al Quadrilátero de Oro, la meca de la moda milanesa. Aunque no compres nada, siempre es interesante pasear por sus elegantes calles para vivir una experiencia diferente. Y si no, para despedirte por todo lo alto, acércate de nuevo a la Piazza del Duomo antes de dirigirte al aeropuerto tras haber aprovechado al máximo tu fin de semana en Milán.

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