Seis vinos espumosos diferentes (y a buen precio) para despedir el año
La clave para dar con burbujas interesantes a buen precio es alejarse de las grandes marcas y fijarse en pequeños elaboradores; aquí van seis recomendaciones con las que celebrar la entrada a 2024
En vez de citar aquello tan repetido de Coco Chanel y los momentos ideales para beber champán (siempre), vamos con algo más mundano pero eficaz: ante la duda, burbujas. Maridan bien con casi todo, son perfectas para acompañar durante todo una comida y su variedad va mucho más allá de lo que, a veces, permite ver el lineal del supermercado.
Teniendo en cuenta que muchos identifican Navidades con espumosos, es un gran momento para repasar algunos consejos sencillos a la hora de consumirlo y también media docena de referencias interesantes y que, con precios nada disparados, se salen de los clásicos más conocidos.
La copa y la cucharilla
Pocas imágenes más navideñas que una botella de cava a medias en la nevera con una cucharilla para que no se escape el gas. Evidentemente, el gas ya se habrá escapado porque el entrañable invento no sirve de nada. Hay tapones de cierre especiales para espumosos que pueden conseguir que una botella abierta aguante de forma decente uno o dos días en la nevera.
Más tópicos a desechar: las copas de flauta. Ampliamente odiadas en el mundo del vino, se resisten a desaparecer de restaurantes y mucho más de los hogares. Pero deberían, porque no son una buena opción para disfrutar de un espumoso en condiciones.
Hace falta más anchura para poder apreciar aromas y dejar que el vino se exprese en condiciones, así que para no tener que andar comprando unas copas específicas, las de vino blanco sirven. De hecho, si por un casual hay por casa aquellas viejas Pompadour, son mejores que las de flauta. Y mucho más bonitas.
Para enfriar las botellas, los expertos recomiendan media hora en agua con hielo en una cubitera. Luce mucho para días especiales, pero la verdad es que con tenerlas en la nevera unas horas antes y mantenerla bien fría durante la comida o cena, suficiente. Porque, eso sí, nada de dejar las burbujas para los postres. En el aperitivo son una excelente opción y, de hecho, pueden acompañar perfectamente todo el menú.
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