El rastreador de talento
Imagínense: un proyecto con el desarrollo cultural por bandera. Financiado con dinero público y materializado en una casa amparada por el bosque a orillas de un río. Una casa llena de jóvenes talentos, libres para desarrollar sus aptitudes artísticas y empaparse con los contenidos de sugestivos programas educativos. Con espacio suficiente para exposiciones y performances.
En algo así pensaba Juan de Nieves, un gallego dedicado al comisariado de exposiciones que pasó los últimos años desempeñando su trabajo en Londres. Finalmente ha sido afortunado y ahora dirige este proyecto, bautizado con el nombre de Rupert. Pero basta ya, no se hagan ilusiones: este laboratorio para la difusión del conocimiento no está en España. Está en Lituania. “Después de un tiempo en Londres como comisario independiente, en el último año empecé a pensar en un proyecto así para España, porque creo que hace falta. Pero a la vez me enteré del concurso para dirigir el Rupert, me presenté como candidato y aquí estoy”.
La fuga de cerebros es peor de lo que pensábamos. Hasta los cazatalentos ponen tierra de por medio.