Carnaval, jazz y vudú en la vieja y fascinante Nueva Orleans
La tumba de Marie Laveau apenas ocupa un rincón pequeño del viejo Cementerio de Nueva Orleans. Y aún así, el sencillo cajón de cemento pintado de blanco es el segundo sepulcro más visitado de Estados Unidos después del monumento al Soldado Desconocido en el Cementerio Nacional de Arlington. Laveau nació en este rincón del sur estadounidense cuando el lugar aún era parte del Imperio español. Hija de un rico comerciante de origen francés y de una mulata, Marie se interesó desde joven en las oscuras artes del Vudú, la religión de las tribus del occidente africano que llegó a estas tierras como equipaje aparejado a la esclavitud. Y se convirtió en la más afamada de las sacerdotisas de este culto: Reina del Vudú, casi nada. Blancos, negros, ingleses, franceses, españoles… Mezcla que tiene su reflejo en la arquitectura, en la música, en la gastronomía. Cultura Cajún, la llaman. Un vestigio del colonialismo francés que fue llenándose de nuevos aportes, sumas y detalles de todos los que pasaron por estas tierras del Delta del Mississippi. Una ensaladera cultural que tiene a la ciudad de Nueva Orleans como uno de sus más genuinos centros de irradiación.
Nueva Orleans. Francesa primero y española después. La huella de los primeros colonos se encuentra aún fresca en el Barrio Francés o Vieja Esquina, como la bautizaron informalmente los galos que llegaron aquí a principios del XVIII. Después, por los azares de la política internacional, la ciudad y toda la Luisiana pasaron a manos españolas. Y fue cuando se ordenó sustituir la madera por la piedra y la vieja y provisional Nueva Orleans se convirtió en lo que es hoy: una de las ciudades más hermosas de los Estados Unidos. En 1803, la corona francesa, nada más recuperar la soberanía sobre la zona, vendió estas tierras a los recién nacidos Estados Unidos y terminó de completarse la lista de ingredientes con la llegada masiva de esclavos negros que terminaron de dar forma a la cultura local.
El French Quarter Visitor Center (Dirección: Decatur St, 419; Tel: (+1) 504 589 2636; Horario: MS 9.00 – 16.00) es una buena forma de adentrarse en esta idiosincrasia local hecha a base de añadidos constantes. El viajero inquieto descubrirá que los franceses eligieron el lugar por su fácil acceso al Golfo de México; que la primitiva ciudad francesa de madera se convirtió en piedra de la mano de las autoridades españoles; que la llegada de millones de esclavos africanos supuso la semilla de esa cultura mestiza que tiene sus máximas expresiones en la cocina y, sobre todo, en la música. Jazz, Cajún francés, Blues y el Zydeco que los transporta a los años duros de látigo, esclavitud y explotación. Música por todas partes que sale a borbotones de los bares que pueblan la famosísima Bourbon Street, corazón del barrio francés, y no es extraño toparse con bandas de auténticos virtuosos que tocan en la calle a cambio de un par de dólares. Y el que quiera salirse de los lugares trillados por el turismo no tiene que ir demasiado lejos.
A pocos pasos del corazón del French Quarter se encuentra uno de los locales de música en directo más famosos de la ciudad: el Funky Butt (Dirección: North Ramport Street, 714; Tel: (+1) 504 588 0872). El local se encuentra justo en frente del parque Louis Armstrong, hijo predilecto de Nueva Orleans y uno de los padres fundadores del jazz y a un par de calles del imprescindible Museo del Vudú (Dirección: Dumaine Street, 724; Tel: (+1) 504 680 0128; Horario: LD 10.00 – 18.00) donde, en un espacio minúsculo, se apila todo tipo de fetiches y amuletos relacionados con esta religión. Magia, música, descaro. Eso es Nueva Orleans.
Un patrimonio impresionante
La música o el vudú son las consecuencias lógicas de la mezcla de culturas tan diferentes. Pueblos que dejaron tras de sí un rastro en forma de creencias, manifestaciones creativas o musicales que cristalizaron en la Nueva Orleans sincrética de nuestros días. Pero el paso de franceses y, sobre todo, españoles, conformó un centro histórico en los que abundan los caserones imponentes, las balconadas y las piedras con pedigrí. Como cualquier ciudad hispana que se precie poder religioso y civil se aglutinaron en torno a la Plaza de Armas. La Catedral de San Luis (C/ Pere Antoine Alley, 615; Tel: (+1) 504 525 9585; Horario: LD 8.30 – 16.00; E-mail: cathedral@arch-no.org) preside la Jackson Square y tiene el privilegio de ser la catedral católica aún en uso más antigua de todos los Estados Unidos. Justo a su vera se encuentra el Antiguo Cabildo (Dirección: C/ Chartres Street, 701; Tel: (+1) 504 568 6968; Horario: MD 10.00 – 16.30), antigua sede del gobierno español en la zona y hoy interesantísimo museo dedicado a la historia de la Luisiana.
Pero más allá de planes o rutas, lo mejor para descubrir los secretos del French Quarter es dejarse llevar por la intuición y toparse por casualidad con los lugares especiales que se agolpan. Basten un par de consejillos: las calles Bourbon, Chartres y Royal son las vías en las que se apelotonan las casas y palacetes con mayor solera de la ‘Vieja Esquina’. Como las que forman la Historic New Orleans Collection (Dirección: Royal Street, 533; Tel: (+1) 504 523 4662; Horario: MS 9.30 – 16.30 y D 10.30 – 16.30) y que permiten ver por dentro el barrio con todo lo que eso significa para poder imaginar el día a día de las familias que crearon la ciudad y el de todos aquellos hombres y mujeres que trabajaron para ellas. Un lujo, vaya. Otro lugar que no debe dejar de verse es el Antiguo Mercado Francés (Dirección: N Peters Street, 1008; Tel: (+1) 504 522 2621; Horario: LD 10.00 – 18.00; E-mail: info@frencmarket.org) antiguo local de abastos convertido hoy en centro gastronómico, cultural y artesanal donde se alternan locales de comida, tiendas y puestos de frutas y verduras. Digno de verse. Si se viaja con niños, una buena opción para ‘descansar’ de tanto paseo y mantenerlos interesados es acercarse hasta la rivera del Mississippi para visitar el Audubon Aquarium de las Américas (Dirección: C/ Canal Street, 1; Tel: (+1) 504 565 3033; MD 10.00 – 17.00) que, entre otras atracciones, cuenta con una impresionante reproducción de arrecife caribeño y la mayor muestra de especies de tiburón del mundo.
Collares por carne
El viajero se preguntará por la abundancia de collares de cuentas multicolores que aparecen por todos lados como souvenirs, colgados de las verjas, en restaurantes y casas. El origen de esta tradición tiene que ver con el ‘Mardi Gras’ (martes grasiento), o carnaval, la fiesta más importante y multitudinaria de la ciudad (ver fecha de los próximos carnavales). Como dicta la tradición, a cambio de uno de estos collares, el agasajado o agasajada tiene que dejar ver alguna parte del cuerpo por lo general cubierta durante el resto del año, una transacción que, según los locales, asegura 365 días de buena suerte. De esta manera el ‘collares por tetas’ se ha convertido en uno de los iconos de esta fiesta que cada año trae hasta el French Quarter a miles de personas de todo el país. Los desfiles de las diferentes asociaciones (las carrozas llegan a ser verdaderas obras de arte) se suceden en un continuum de fiesta, música y excesos que se prolonga durante toda la semana que precede al miércoles de ceniza y que en la jornada de martes de Carnaval explota en su grado más exuberante.
¿Cuándo viajar a Nueva Orleans? Se puede viajar a la ciudad del Delta del Mississippi durante todo el año. El clima es suave y va desde los 10-12 grados de los meses invernales a los 27 de máxima en verano. Eso sí, llueve durante todo el año aunque no demasiado (los meses más lluviosos son julio y agosto). Una de las mejores épocas para viajar es durante las fiestas de Carnaval o Mardi Gras, principal festividad de la ciudad. Otro momento señalado es durante la celebración del Nueva Orleans Jazz & Heritage Festival que se celebra cada año los meses de abril y mayo. Es uno de los festivales musicales más importantes de Estados Unidos y suelen participar primeras figuras de la música a nivel internacional.
Los mejores bares y clubes de música en directo de la ciudad.
Tipitina's (C/ Napoleon Avenue, 501; Tel: (+1) 504 895 8477; E-mail: info@tipitinas.com); Maple Leaf (C/ Oak, 8316; Tel: (+1) 504 866 9359); Rock N'Bowl (South Carrollton Avenue, 4133; Tel: (+1) 504 861 1700); Le Bon Temps Roule (C/ Magazine, 4801; Tel: (+1) 504 895 8117), Snug Harbor (C/ Frenchmen, 626; Tel: (+1) 504 949 0696; E-mail: info@snugjazz.com); The Blue Nile (C/Frenchmen, 532; Tel: (+1) 504 948 2583), Twi-Ro-Po (C/ Tchoupitoulas, 1544; Tel: (+1) 504 587 3777), Vaughan's (C/ Lesseps, 800; Tel: (+1) 504 947 5562), Funky Butt! (C/ North Ramport Street, 714; Tel: (+1) 504 588 0872). Otros clubes y bares.