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BCN ya tiene su Impact Hub
Fran García es un joven de veinticinco años que impulsa una plataforma de intercambio de servicios entre estudiantes de una misma universidad y un canal de noticias positivas y causas que valgan la pena. Cuando habla, da la sensación de que en su cabeza anidan varias decenas de proyectos más. De hecho, en sus tiempos universitarios, se le ocurrió, junto a un puñado de socios, organizar fiestas para estudiantes en Almería. Ahora, dice, “está enfocado a los proyectos sociales”.
Fran es una de las cinco personas que formarán el equipo de gestión del nuevo Impact Hub Barcelona, que se desarrollará después de tres intentos fallidos en los últimos cinco años y que colocará a la ciudad en el mapa de esta red de espacios únicos para la innovación, la creación y la interacción. De ella forman parte 7.000 emprendedores repartidos por 60 centros en 45 localidades distintas del mundo.
La consultora de innovación social Coperfield ha conseguido la licencia para desarrollar uno de estos ecosistemas que en el mundo acogen nuevos negocios, mezclan talento creativo, acceden a contactos de interés para impulsar sus proyectos, incluida la financiación, obtienen mentoring para ellos y acaban funcionando como un auténtico laboratorio de innovación. En una asamblea general virtual celebrada en junio, la asociación de Impact Hubs, con sede en Viena, aceptó la propuesta impulsada por Coperfield, que ofrece el proyecto a la ciudad, cede su espacio en la plaza Reial al Hub y pasará a ser uno más de los negocios residentes en él, como Incubaeco. Este último proyecto, una incubadora y aceleradora de ecoemprendedores, también está en el Impact Hub Madrid, de modo que conecta a los miembros de ambos polos. Madrid, que cuenta ya con dos Impact Hubs, uno de ellos ampliado, y Londres han apadrinado la candidatura catalana.
Impacto social
“El atractivo de Barcelona es innegable, pero nosotros ya teníamos el espacio y la visión, puesto que el driver de Coperfield ha sido siempre el impacto social. Cuando otros equipos lo intentaron, falló la falta de recursos, de local adecuado o de apoyo institucional”, explica el periodista Eric Hauck, uno de los miembros de Coperfield que pilotará este proyecto después de dirigir la comunicación de la UOC, los contenidos del Fórum de las Culturas y gestionar proyectos para el Comité Olimpico Internacional (COI).
Coperfield será accionista minoritaria de la nueva Barcelona Impact Hub SL, que en una primera ronda de financiación ha levantado 85.000 euros, de los cuales 25.000 corresponden a Barcelona Activa. Este julio lanzará una campaña para atraer tanto a inversores como a negocios residentes que quieran participar en esta nueva antena de la plataforma internacional. De ella forman parte emprendedores de Amsterdam, San Francisco, Berlín, Singapur y Tokio.
Para ser socio del nuevo Impact Hub se exige un capital mínimo de 5.000 euros, que da derecho al 2% de las acciones. Otra vía son los préstamos participativos, con una rentabilidad prevista del 4%. “Se trata de aglutinar a todos los actores de la innovación social públicos o privados en la ciudad”, explica Hauck. Hoy existe una explosión de entornos de trabajo compartidos (coworking), donde además del espacio puede darse mayor o menor interacción entre sus residentes. El Impact Hub va más allá: tiene dimensión de incubadora de negocios, de acompañamiento del proyecto, acceso a inversores, contactos, programas de formación y proyectos complementarios con el gancho de una plataforma global que facilita la internacionalización. Los Impact Hub son una de las caras más creativas de la economía colaborativa, puesto que los negocios residentes en esta especie de punto de encuentro pueden compartir recursos, inspiración y aprendizaje de los demás.
La licencia se ha concedido en exclusiva por tres años. El hub de Barcelona pagará a la asociación madre 15.000 euros de los 270.000 que su plan de negocio arroja de beneficio (en su tercer año de desarrollo). Esta cuantía de dinero es la misma para todos los hubs cuyo volumen de actividad se sitúe entre 100.000 y 400.000 euros. Los de menos de 100.000 pagan 10.000 y los de más de 400.000, 20.000.
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Fran García es un joven de veinticinco años que impulsa una plataforma de intercambio de servicios entre estudiantes de una misma universidad y un canal de noticias positivas y causas que valgan la pena. Cuando habla, da la sensación de que en su cabeza anidan varias decenas de proyectos más. De hecho, en sus tiempos universitarios, se le ocurrió, junto a un puñado de socios, organizar fiestas para estudiantes en Almería. Ahora, dice, “está enfocado a los proyectos sociales”.
Fran es una de las cinco personas que formarán el equipo de gestión del nuevo Impact Hub Barcelona, que se desarrollará después de tres intentos fallidos en los últimos cinco años y que colocará a la ciudad en el mapa de esta red de espacios únicos para la innovación, la creación y la interacción. De ella forman parte 7.000 emprendedores repartidos por 60 centros en 45 localidades distintas del mundo.