El embarazo de Susana Díaz añade incertidumbre a los rumores de adelanto electoral
Encuestas que le son favorables, el enrarecimiento de las tensiones con IU (aunque parece más táctico que real) y el hecho de que Podemos esté aún arrancando de cara a las autonómicas son algunas de las razones que podrían empujar a la presidenta de Andalucía y secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, a propiciar un adelanto electoral, un rumor que la persigue prácticamente desde que tomó posesión pese a que ella insiste en su voluntad de completar la legislatura, es decir, continuar hasta 2016.
Y otro ingrediente de corte personal: la presidenta está embarazada, según ha publicado el diario Sur. Sería madre en julio por primera vez a sus 40 años. Una campaña embarazada es dura, pero también tiene un efecto en la gente probablemente poco medido en la política. Basta recordar por ejemplo esa imagen de la exministra de Defensa Carme Chacón pasando revista a las tropas cuando estaba embarazada.
Díaz ha insistido este lunes ante la prensa que su intención es centrarse en los problemas de los andaluces y agotar la legislatura y ha sostenido que Andalucía necesita un Gobierno “sólido, fuerte” y que “no esté en cuestiones internas”, señalando que si la “estabilidad” necesaria con IULV-CA no existe “tendrá que haber adelanto electoral”. “Si esa estabilidad existe, no tendrá por qué haber adelanto”, pero “es evidente que esa estabilidad no es la que tenemos en estos momentos”, ha abundado la presidenta autonómica.
Pero para un adelanto electoral hay que tener un buen relato, que no dé alas a la crítica que también la ha acompañado todo este tiempo: que la presidencia no es más que un trampolín para la lucha por La Moncloa. En este sentido, un buen resultado en las elecciones autonómicas la situaría en buena posición de fuerza para afianzar definitivamente su fuerza en Ferraz y para optar a las primarias del PSOE, que deben elegir a su candidato a las generales donde por ahora Pedro Sánchez -que tendrá su primera prueba de fuego en mayo- es el único.
Pero convocarlas ya supondría, igualmente, ser la primera en enfrentarse al voto de castigo de los ciudadanos y al fenómeno Podemos, suponiendo que le dé tiempo a cerrar una candidatura en Andalucía. ¿Estará Susana Díaz dispuesta a probar hasta dónde llega el impacto de Podemos más allá de las europeas? En el PSOE-A no lo descartan porque entre otras cosas el partido de Pablo Iglesias no tiene ni de lejos en Andalucía el tirón que en otros puntos, especialmente Madrid. Por eso incluso se comentaba que eligió Sevilla para empezar este fin de semana su campaña. Pero, sobre todo, ¿hay realmente motivos para incumplir el compromiso que adquirió cuando tomó posesión de completar las promesas que en el pacto hicieron las dos formaciones?
En cualquier caso, el runrún se ha incrementado los últimos días y esto ha provocado que en su entorno los nervios aumenten. De producirse, sería en las próximas dos semanas. Si dicha convocatoria quiere celebrarse en marzo -para hacerlas en solitario en el margen que le dejarían las municipales, las catalanas y las generales- tendría que anunciarse a finales de este mes (el tope es el 27 de enero). Sin ir más lejos, la pasada semana manifestaba que no iba a mantener el pacto a “cualquier precio” para, como acostumbra a hacer, dejar la puerta abierta a todas las variables posibles. Que este martes se reúna con los secretarios provinciales de su partido -oficialmente es para hablar de las elecciones municipales- y que haya Consejo de Gobierno ha desatado más elucubraciones pero en realidad no tiene por qué anunciarse esta semana. De hecho, fuentes del entorno presidencial descartan esa posibilidad esta semana. La convocatoria, para la que sólo tiene potestad la presidenta, es previa deliberación del Consejo de Gobierno, pero puede convocarse en cualquier momento, no tiene por qué ser un martes.
¿Qué ha cambiado de unas semanas para acá para que se hayan reactivado unas especulaciones que surgen de tanto en tanto en Andalucía? Básicamente, lo que ha marcado un punto de inflexión ha sido la asamblea de balance del pacto de gobierno que celebró el mes pasado IU. El hecho de que en la misma se acordara convocar un referéndum si en junio no se habían cumplido cinco compromisos legislativos ha molestado especialmente a Susana Díaz. “Nadie va a poner fecha de caducidad a este Gobierno”, avisó. En todo caso, no era más que fruto del distanciamiento que están viendo en IU desde que empezara la proyección de Alberto Garzón, más interesado en la convergencia de la coalición de izquierdas con otras formaciones, como Podemos, que en rentabilizar la gestión en la comunidad autónoma más poblada. En este contexto, la presidenta se enfrenta a muchos de los suyos que la empujan a un adelanto electoral.
El posterior anuncio del vicepresidente, Diego Valderas (IU), de que mantenía su compromiso de visitar los campamentos saharauis en Tinduf (Argelia) no ha hecho más que echar leña a un fuego siempre a punto de prender. La presidenta lo ha vetado expresamente, por lo menos en calidad de vicepresidente matizando que lo que haga como miembro de IU no es cosa suya. Y cuando era de esperar que Diego Valderas, conocido por su templanza y clave en las negociaciones del pacto con el PSOE-A, acatara la decisión, ha respondido con la ambigua apertura de un “periodo de reflexión”. con la ambigua apertura de un “periodo de reflexión”.
Para sumar ingredientes, este fin de semana Podemos se ratificaba con una exhibición de fuerza en la capital hispalense, donde el secretario general, Pablo Iglesias, ha estado para escenificar su respaldo a la candidatura de Teresa Rodríguez como líder del partido en Andalucía y también para reforzar la idea de que este partido quiere gobernar en la región. En el entorno de Susana Díaz insisten en que ella, a la que en estos momentos le salen las cuentas, sabe que no puede permitirse que Podemos se arme en Andalucía, por lo que podría aprovechar la lentitud con la que esta formación pone en marcha los procesos. Hablamos de Podemos porque es la fuerza que podría fragmentar el voto de la izquierda, mientras que el PP-A, que ganó las anteriores autonómicas aunque sin mayoría suficiente, sale muy mal parado en las encuestas que maneja el PSOE-A y no preocupa.
“Puede pasar cualquier cosa”
Pese a los nervios, el contexto de un año electoral matiza las tensiones, ya que tanto IU como el propio PSOE es lógico que se distancien para vender su marca, sin que ello comprometa realmente el Gobierno de Andalucía. Sin embargo, fuentes del mismo sostienen que la situación es “muy complicada” y que cualquier cosa podría pasar. Las mismas fuentes vinculan con esta situación un posible adelanto electoral y no con las variables que pueda estar manejando Susana Díaz con la intención de hacerse con las riendas del PSOE a nivel nacional.
Entretanto, IU no está dispuesta a que la presidenta cargue sobre sus hombros la culpa de que no se agote la legislatura. Es más, IU está convencida de que con voluntad política se pueden cumplir los cinco compromisos legislativos a los que ha condicionado el referéndum sobre la continuidad del pacto -uno de los cuales por cierto no está en dicho acuerdo- que tanto ha molestado a Susana Díaz, y que finalmente no tenga ni que convocarlo. El tema del viaje del Sáhara, por su parte, creen que acabará disolviéndose en el tiempo porque Diego Valderas no va a mantener el pulso. Por eso, desde la coalición de izquierdas se han esforzado las últimas horas en insistir en que lo que les preocupa es trabajar por Andalucía. El coordinador regional, Antonio Maíllo, lo decía muy gráficamente este domingo: “Hay que dejarse de dejarse de zarandajas”, y “toca remangarse bien y gestionar”.