Gabriel Amat, alcalde de Roquetas de Mar (102.881 habitantes) e histórico dirigente del PP de Almería, ha sido sancionado por la Junta Electoral de Zona por inaugurar un puente en plena campaña para las elecciones municipales del pasado 28 de mayo, en las que resultó vencedor. Los actos de inauguración y propaganda institucional estaban prohibidos desde el 4 de abril, pero Amat acudió al lugar y convocó a los medios de comunicación el 20 de mayo, apenas ocho días antes de los comicios. Tendrá que pagar 300 euros.
Desde el Consistorio resaltan que no hubo el “acto” con el que habitualmente se inauguran este tipo de infraestructuras e insisten en la “necesidad” de ponerla en funcionamiento, si bien lo que se sanciona no es eso, sino la inauguración por un cargo público que se arrogó el mérito en plena campaña electoral. “Fueron apenas dos minutos, estaba lloviendo y el alcalde solo se acercó a comprobar la apertura de la carretera”, dice una portavoz municipal, que avanza que Amat no recurrirá y abonará la sanción.
El alcalde acudió a la rotonda en cuestión, y no tuvo problema en despachar a los medios de comunicación empezando con estas palabras: “Tenía que terminar este puente”. “Hay que felicitar a la empresa que lo ha estado haciendo. Nos sentimos muy satisfechos de que hoy se pueda abrir al paso para dar un servicio a toda la zona esta de Aguadulce muy importante”, señala en un vídeo difundido por el propio Ayuntamiento el 20 de mayo.
Infringió dos artículos de la Ley
Estaba prohibido desde el 4 de abril, fecha en la que se publicó en el BOE el decreto de convocatoria de las elecciones municipales, pero Amat hizo caso omiso: “Me siento muy satisfecho de ir dándole calidad a nuestra gente, de ir haciendo servicio en Aguadulce, y este puente no se queda así: seguiremos trabajando en el resto de la calle hasta la 340”.
A pesar de estas declaraciones literales, el PP arguyó que Amat “en ningún momento” “efectuó ninguna intervención que contuviese alusiones a sus logros ni tampoco induzca directa o indirectamente el sentido del voto de los electores”.
La Junta Electoral, por el contrario, cree que está acreditado que con su actuación infringió dos artículos de la Ley Electoral: el que prohíbe “cualquier acto de inauguración de obras o servicios públicos o proyectos de éstos, cualquiera que sea la denominación utilizada” (50.3), sin perjuicio de que puedan entrar en funcionamiento; y el que censura actos organizados o financiados por los poderes públicos con alusiones a los logros obtenidos (50.2). Hace más de una década que la Junta Electoral Central (que interpreta la normativa electoral) concluyó que cualquier visita rutinaria a una obra pública con seguimiento de prensa y alusión a la inversión realizada y el plazo entra en lo prohibido por la ley.
El alcalde no es un recién iniciado en la política. Durante años incluso ha presidido el comité electoral del PP andaluz. Vencedor en ocho ocasiones, de elecciones algo sabe.
A menudo bajo sospecha, nunca procesado
El nuevo puente atraviesa la Rambla de San Antonio, y pretende resolver el acceso a Aguadulce desde la autovía A7. La obra comenzó en enero y el estreno tuvo amplia difusión en varios medios de comunicación de ámbito local y provincial. Con Andalucía, la coalición de IU y Podemos, denunció el caso ante la Junta Electoral, y Juan Pablo Yakubiuk, exportavoz de IU en el municipio y tradicional rival político de Amat, tuiteó: “Amat está tan sobrado, se cree tan impune ante la Justicia, que se da el lujo de pisotear la Ley Electoral en plena campaña haciendo un acto de inauguración cuando está terminantemente prohibido. Juego sucio con el dinero de todos, sin reparo alguno: a esto hemos llegado”.
Amat, íntimo de Javier Arenas, es un político muy veterano que durante años ha acumulado un inmenso poder en el PP almeriense, dirigiendo tanto el partido como la Diputación a nivel provincial. Ahora tan solo mantiene la alcaldía, que ostenta desde 1995. El pasado 28 de mayo volvió a arrasar, con el 45,92% de los votos y una nueva mayoría absoluta.
Agricultor y empresario con varias sociedades que dirige él o sus familiares, aparece señalado recurrentemente por sus críticos como presunto vértice de casos de corrupción, como el Caso Halsa, en el que se investiga la presunta financiación irregular del PP almeriense. Sin embargo, siempre ha esquivado las sospechas, y entonces se ha presentado como víctima de una persecución. Lo cierto es que son varios los casos que se han archivado o languidecen en los juzgados acumulando polvo y papeles.
El Caso Halsa es paradigmático: empezó a investigarse en 2013, pasó ocho años en un juzgado de instrucción y aún no se ha juzgado. Aunque un informe de la UDEF desgrana el presunto pago de comisiones por obra pública en Roquetas de Mar, Amat, jefe de todo en el municipio, ni siquiera fue imputado.
Solo la Junta Electoral ha señalado como culpable de infringir la ley al veterano dirigente que tantos años lleva bajo la lupa.