Viaje hacia la vulnerabilidad

Imagina levantarte cada día con una pesada carga que te impide moverte de un lado a otro sin que cada movimiento que realizas sea toda una odisea para tu cuerpo y mente. Imagina que quieres deshacerte de esa pesada carga, pero no puedes por mucho que desees. Imagina que cuando llegas a una posible solución, en lugar de deshacerte de esa carga, aparecen muchas más.  

Ahora traduce pesada carga por inseguridad. Imagina levantarte cada día con una inseguridad que te impide moverte de un lado a otro sin que cada movimiento que realizas sea toda una odisea para tu cuerpo y mente. Imagina que quieres deshacerte de esa inseguridad, pero no puedes por mucho que desees. Imagina que cuando llegas a una posible solución en lugar de deshacerte de esa inseguridad, aparecen muchas más.  

Ahora imagina que eres una persona refugiada. Que día a día te ves sometida a una incertidumbre y vida indigna que imposibilita tu desarrollo y bienestar como persona. Que tu cotidianidad se va distorsionando hasta el punto de ser la realidad de otros. Imagina que tienes que dejar tu país porque es insostenible la situación en la que te encuentras.  

El 20 de junio es el día de las personas refugiadas, día en donde se conmemora la lucha y coraje de personas que tienen que huir de su propio país porque corren peligro de sufrir violaciones graves de derechos humanos y persecuciones. Personas que no tienen otra opción que marcharse y buscar seguridad en otro lugar porque el gobierno de su país no les ampara.  

Es necesario una respuesta unánime que se asiente bajo los preceptos de los derechos humanos, en donde lejos de eludir las necesidades de las personas refugiadas, las ampare

Las personas refugiadas no son peones en un tablero de ajedrez, son niños, mujeres y hombres. Por ello, es necesario una respuesta unánime que se asiente bajo los preceptos de los derechos humanos, en donde lejos de eludir las necesidades de las personas refugiadas, las ampare. 

En palabras de Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional, “son necesarias vías legales y seguras para que todas las personas que se ven forzadas a desplazarse, independientemente de su procedencia, vean respetados sus derechos”.  

Con el conflicto de Ucrania se ha podido demostrar que las cosas dependen de voluntad política. Las personas ucranianas están recibiendo la bienvenida que merece toda persona que pasa por esa situación sea del país que sea. Voluntad política es lo que exige Amnistía Internacional: queremos que toda persona que huye de algún conflicto tenga derecho a una acogida digna.  

¿Qué podemos hacer para ayudar a los refugiados? Más allá de la voluntad política, nosotras como personas ciudadanas, podemos realizar distintas acciones para colaborar con la causa. Nuestra participación política tiene que ir dirigida hacia aquellas actividades que podamos desempeñar, dentro de los recursos con los que dispongamos, como puede ser desde participar en organizaciones sociopolíticas, ser voluntarias en alguna organización no gubernamental hasta hospedar en nuestras propias casas a personas refugiadas.

La participación política por parte de la ciudadanía tiene que estar orientada a evitar que las diferencias no se conviertan en desigualdades.

Imagina, lucha y ponte en pie.