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Andalucía es la única comunidad autónoma donde crece la incidencia de Covid-19 tras el estado de alarma

Clientes en la barra de un bar, durante la pandemia.

Javier Ramajo

10 de junio de 2021 21:00 h

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El fin del estado de alarma supuso el pasado 9 de mayo un punto de inflexión en la evolución de la pandemia en España. En general, los contagios siguen remitiendo aunque la subida de contagios afecta ya al 30% de la población en todo el país. El caso de Andalucía, con una tasa de casos detectados en los últimos 14 días por cada 100.000 habitantes de casi 190, es paradigmático pero en lo desfavorable: es la única comunidad autónoma que ha visto aumentar la incidencia acumulada desde ese fin del estado de alarma. En concreto, ahora mismo es un 4% más alta que el 10 de mayo, según ha comprobado este periódico. En alguna otra comunidad española ha subido, como la Comunidad Valenciana, que presenta muchos menos contagios, o La Rioja (con una tasa de 205), pero que siguen con una incidencia inferior a la que presentaban antes del estado de alarma. A nivel nacional, la tasa de incidencia a 14 días sigue descendiendo en España y se sitúa en 110,35 contagios por cada 100.000 habitantes (80 puntos que en Andalucía).

Con todo, para José Miguel Cisneros, jefe de servicio de Infecciosos del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, se ha producido una “situación paradójica” que no hay que ver con pesimismo, ya que el “ligero aumento de número de casos diagnosticados” coincide con “una caída el número de casos hospitalizados”. Efectivamente, el número de hospitalizados con coronavirus ahora es de 745 (49 menos que hace una semana), mientras que los ingresados en una UCI apenas ha variado en los últimos días, registrándose 164 (36 menos que el jueves pasado).

Pero, ¿por qué Andalucía es la única comunidad autónoma de España donde ha aumentado la incidencia de Covid-19 desde el final del estado de alarma? Además, se da otra circunstancia. Y es que, entre las 50 grandes localidades en las que suben los contagios (cinco más que la semana pasada) preocupa especialmente la situación en Antequera, en Málaga. Allí los casos se han disparado por un brote asociado al ocio nocturno y es la ciudad con peor incidencia de todo el país, con unos 600 casos por 100.000 habitantes. También en Lucena (Córdoba), en Ibiza o en Zamora los contagios se han multiplicado, si bien sus tasas de incidencia siguen por debajo de los 150 casos, por lo que la transmisión aún no está descontrolada, pero sí lo está en otras ciudades como Huelva, que rebasa el umbral extremo de 250 casos por 100.000 habitantes en dos semanas.

“No hay una razón clara”

Para Cisneros, “no hay una razón clara” para que Andalucía sea el único lugar de España donde en un mes ha crecido la incidencia desde que la Junta planteara una desescalada en tres fases y ampliar el horario de bares y restaurantes como primera medida al terminar el estado de alarma. “La pandemia tiene ciclos, lo vemos a nivel de países y a nivel de comunidades, donde los ciclos no son sincrónicos y hay comunidades y países que están en un tiempo en la cabeza y luego bajan y otras empeoran”. “Es cierto que ha habido un aumento ligero del número de casos, pero es importante decir que también una reducción del número de pacientes hospitalizados y de ingresados en UCI. De hecho, en mi hospital tenemos muchos menos pacientes ahora que hace un mes. Y esto hay que verlo también desde esa perspectiva”, comenta el experto en la materia.

Entre las razones que Cisneros traslada que pueden estar influyendo en esta evolución de mayor número de casos, pero con menor gravedad en el sentido de que no tienen tanta repercusión hospitalaria, son “por una parte, el final del estado de alarma que, lógicamente, ha facilitado los contactos de riesgo”. “De otra parte, y esto me parece que es muy importante y más singular en Andalucía, es la temperatura, el calor”. Cisnero explica que “lo que había sido bueno para nosotros y malo para el coronavirtus después de la Navidad, que fue permitir estar haciendo mayor actividad fuera, en el exterior, ahora se torna al revés. Y donde ha empezado el repliegue al interior ha sido lógicamente más calor hace”, asevera el experto.

“De este punto se ha hablado poco, me parece especialmente importante”, considera Cisneros, que quiere transmiteir a la ciudadanía “que entiendan que el mayor riesgo está en los espacios cerrados y no ventilados, y eso, ahora mismo, significa interior y aire acondicionado sin mascarilla”. “Este aspecto, sin duda por razones bien conocidas, meteorológicas, no corre a nuestro favor”.

Jóvenes asintomáticos

Cisneros también explica que “hay un elemento general que también influye”. El hecho de que el número de casos diagnosticados suba, pero el número de la repercusión en los hospitales no sea la misma, aunque la caída está siendo más lenta, “tiene que ver con que los tramos de población que más sufren esta infección están protegidos afortunadamente por la vacuna, y eso está cada vez está llegando a personas cada vez más jóvenes”. “¿Qué sucede?”, se pregunta el doctor, “que la transmisión es fundamentalmente de gente joven, cuya inmensa mayoría no tiene ni un moco, son asintomáticas, no son diagnosticables”. “Entonces es mucho más difícil localizar el estudio de contactos y la difusión es mucho más eficaz. Antes era más fácil porque en cuanto una persona mayor se enfermaba, se podía seguir la cadena. Esto también está jugando en esta situación. El nivel de transmisión comunitario es incluso superior. Afortunadamente, la buena noticia es que la repercusión clínica de esos casos, de esas infecciones, es menor que hace un mes. Y la razón principal de ello es que los tramos más vulnerables de la población están ya protegidos”, añade.

Cisneros considera que se trata de una cuestión que no hay que banalizar ya que las personas jóvenes “no son invulnerables al virus”. “Tenemos gente joven en la UCI, hospitalizada y, conforme vaya creciendo la protección de la vacuna, va a ser más así”, comenta el doctor, que añade que “en la medida en que también esos tramos sean prudentes y hagan bien la herramienta principal que tenemos para protegernos del virus, que son las medidas higiénicas y la mascarilla, la reducción de hospitalizadaos va a ir mucho más deprisa. Y esto nos interesa mucho, y es muy importante, porque va a permitir que Andalucía tenga menos casos, haya más facilidad para el turismo, etc. Nos interesa a todos contribuir”, recomienda.

Por todo ello, el jefe de la unidad de infecciosos del Rocío apunta que “no se puede bajar la guardia” ya que “hay un elemento que no contribuye a ello: las personas que creen que al vacunarse ya están protegidos al cien por cien, y no es así”. Cisneros explica que se necesitan unos díaso o unas semanas, según el tipo de vacuna, tras la última dosis para inmunizarse. “Y aún así, aunque la protección sea muy buena, no están exentos de tener una infección y deben seguirse vigilando, y especialmente las personas con enfermedades crónicas e inmunodeprimidas, donde la protección de la vacuna no es tan buena”, destaca.

De cara a la situación que prevé próximas semanas, el experto cree que “va a seguir esta reducción de hospitalizados, con este elemento en contra de la temperatura y la incógnita del comportamiento humano, y con el viento a favor de la vacuna”. “Lo predecible es que esta ola vaya bajando”, aunque “el control sólo llegará cuando todo el mundo esté vacunado, no sólo en Andalucía y en España, porque mientras haya un país sin vacunar no habrá ningún país seguro”.

Para la Junta, “fase estable” y “riesgo moderado”

Fuentes de Salud Pública de la Junta de Andalucía consideran que la comunidad autónoma “lleva inmersa en su plan de desescalada desde principio de mayo, de forma progresiva y basada en la evaluación continua de la situación. Es conocido que el aumento de la movilidad y de las actividades conlleva una mayor exposición de las personas y, especialmente, de los más jóvenes que aún no han recibido la vacunación y que en estos momentos están protagonizando tasas de incidencias más altas”.

Según añaden las fuentes, “la valoración de los indicadores del Ministerio de Sanidad para la actuación coordinada de las comunidades autónomas se basa en una serie de indicadores que, además de la incidencia, tiene en cuenta otras variables que nos permiten situar en este momento a Andalucía en una fase estable y de riesgo moderado”. Además, concluyen, “la capacidad asistencial se está viendo tensionada de forma menor en comparación a los meses pasados”.

En conclusión, según la Junta, “el aumento de la incidencia se enmarca dentro de una valoración conjunta favorable que nos permite ser optimistas de cara las próximas semana. El esfuerzo que se está realizando en la progresión de las cobertura sin duda es uno de los factores más determinantes de cara al futuro y Andalucía está dando lo mejor de sí misma”.

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