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Organizaciones feministas, sobre la inclusión de “violencia intrafamiliar” en los presupuestos andaluces: “Quieren invisibilizar la violencia de género”

En la primera intervención de Vox que se oyó en el Parlamento de Andalucía, su líder Francisco Serrano manifestó que representan a “los españoles que están hasta el gorro y la gorra del lenguaje inclusivo”. Sin embargo, en el primer debate de los presupuestos de la Junta de Andalucía para 2019, los de Santiago Abascal han demostrado la importancia que para ellos tiene el lenguaje como arma y lo han hecho valer.

Por eso han incluido en el acuerdo para levantar su veto a la tramitación de las cuentas cuestiones como “violencia intrafamiliar” e “inmigración irregular”; la sustitución en los presupuestos de 2020 del concepto de “transversalidad de género” por el de “principio de igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres” para integrar “las diferentes opiniones e ideologías en la materia”; o se han referido en el debate a “las mal llamadas asociaciones memorialistas”, en palabras de su portavoz, Alejandro Hernández.

Vox ha conseguido con ello cesiones de PP y C's en su frente contra la nomenclatura de lo que han denominado “ideología de género”, batalla con la que se estrenaron en el Parlamento de Andalucía pidiendo datos del personal que trabaja en los servicios a víctimas de violencia de género y que ahora extienden en una ofensiva contra la obligación de transversalidad de género en las políticas como está mandado en el Estatuto de Autonomía de Andalucía.

El consejero de Presidencia, Administraciones Públicas e Interior, el popular Elías Bendodo, se apresuró en decir que el concepto violencia de género no desaparece, sino que convivirá con el de violencia intrafamiliar, que es el término preferido por Vox para referirse a lo que también se conoce como violencia doméstica. De momento, el acuerdo contempla la “creación de un teléfono de atención a las víctimas de violencia intrafamiliar, en una comunidad autónoma que ya cuenta con una línea de atención a menores víctimas de malos tratos (900 851 818) y otra para personas mayores (900 858 381). ¿Qué necesidad hay de otro? El feminismo ve detrás de esto la intención de invisibilizar la violencia estructural contra las mujeres. 

Este jueves, el propio Alejandro Hernández insistía en que su teléfono “incluye a las mujeres maltratadas” porque “la violencia no tiene género”. Y lo corroboraba el consejero de Hacienda, Juan Bravo: dado que ya existe un teléfono para víctimas de violencia de género y los citados del menor y el mayor, ha comentado que el que recoge el acuerdo con Vox “viene a ampliar”.

“Estigmatizar la lucha feminista”

Pero las asociaciones de mujeres creen que más que ampliar viene a acortar. Nerea Sanchís, cofundadora de la Asociación de Mujeres Supervivientes de Violencia de Género, y actualmente en la Federación de Asociaciones de Mujeres Laffite de Sevilla, considera que “es un ataque de la ultraderecha, como máximo exponente de los valores del patriarcado y el machismo”. En esta línea, expone que “lo primero que ataca Vox, y los que le siguen, son los derechos fundamentales, empezando por las personas más vulnerables, estas mujeres y los migrantes”. Les reprocha también el “oportunismo” en su intención de “seguir reduciendo las partidas en los presupuestos para esta lucha”.

Esta psicóloga, especializada en víctimas de maltrato, insiste en que “se busca invisibilizar la violencia machista”. Y prosigue: “Por eso insisten en que construimos una ideología de género contra los hombres. Para estigmatizar la lucha del feminismo y mantener a las mujeres reprimidas en el ámbito de lo privado”. 

En la misma línea, recuerda que se trata de ocultar que “es una violencia estructural en todos los planos de nuestra vida y no sólo en la pareja”. De hecho, cree que la ley se queda corta porque “se centra en lo cotidiano”, cuando ve fundamental considerar todas sus manifestaciones: “Desde la feminización de la pobreza a que una mujer se suicide porque se ha hecho viral un vídeo sobre su vida sexual. Pero en realidad nos encontramos cómo se pervierte el tema como para considerar que hay violencia de género en un caso de eutanasia”.

Eso sí, no se muestra sorprendida por lo ocurrido en el pleno. “Ya empezaron con la persecución de los profesionales que trabajamos contra la violencia machista, con una caza de brujas en toda regla. Tengo la confianza en los grupos políticos no metidos en esta historia perversa y en la fuerza del feminismo, un movimiento que necesita que las mujeres perdamos el miedo de estar en puestos de poder para transformar la política. No se trata de buscar un poder sobre sino para transformar”.

“Pretenden confundir”

En términos parecidos se expresa Isabel Paredes, activista del movimiento feminista y que, como trabajadora social, atiende a víctimas. “Lo que pretenden es confundir y cambiar la terminología para dar pasos atrás. Ellos no quieren la perspectiva de género. Les chirría la palabra 'género' porque no entra en sus esquemas mentales”, subraya. Igualmente, incide en la “obsesión de Vox con la terminología feminista y para darle la vuelta como forma de invisibilizar un problema que no quieren ver”.

Desde la Fundación Mujeres, reconocen que “este uso del lenguaje es una pelea ideológica que puede afectar directamente a la visibilidad y a las políticas de igualdad, y por tanto, a la seguridad de las mujeres”, pero su portavoz, Teresa Agustín, prefiere hacer hincapié en otra cuestión: “Lo que nos preocupa, y lo que queremos saber, es qué va a pasar con los 15 millones de euros transferidos a la Junta de Andalucía para que cumpla el Pacto de Estado contra la Violencia de Género”. Del mismo modo, avisa de que van a exigir “a los poderes públicos que hagan un seguimiento responsable de estos fondos, porque detrás de todo esto del lenguaje, hay 15 millones de euros que queremos saber cómo se ejecutan”.

“Restan importancia y dinero”

Desde la Plataforma Cordobesa contra la Violencia a las Mujeres, pionera en la lucha contra la violencia de género en España con más de 20 años de trayectoria, creen que introducir el término de “violencia intrafamiliar” supone “restar importancia y dinero a lo que siempre llamaremos violencia machista y violencia patriarcal”, asegura su portavoz, Dulce Rodríguez.

La plataforma, que estará presente en la Comisión de Hacienda del Parlamento de Andalucía el próximo 18 de junio para tratar sobre aspectos de igualdad y violencia de género en los presupuestos, señala que “tanto el PP como C's han accedido a lo que Vox ha querido” en este ámbito. “Es cierto que no eliminan el término de violencia de género, porque  la ley y el Pacto de Estado contra la Violencia de Género están por encima del presupuesto de cualquier comunidad autónoma, pero con eso sí van a incluir a los hombres que según ellos son maltratados y van a restar importancia y dinero a lo que siempre llamaremos violencia machista, violencia patriarcal”, reiteran.

Ponen el foco en que “en los presupuestos se baje tanto la partida destinada a la atención psicológica de los hijos y las víctimas” de violencia de género y precisan que, aunque se aumenta la d el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), esto es por las transferencias del Pacto de Estado contra la Violencia de Género y, en realidad “se le han quitado competencias”.

“Desde el movimiento feminista y esta plataforma siempre vamos a llamar violencia de género y no violencia intrafamiliar. No le van a quitar la importancia que tiene”, reitera Dulce Rodríguez: “No vamos a consentir ni un paso atrás en políticas de igualdad”.

Casos no comparables para términos que conviven

La realidad es que ya conviven “violencia de género” y “violencia doméstica” en la terminología de las instituciones. Por ejemplo, en el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, dependiente del Consejo General del Poder Judicial y cuyo objetivo es abordar el tratamiento de estas violencias desde la administración de justicia.

También, en el Registro Central para la Protección de las Víctimas de Violencia Doméstica y de Género, cuyos últimos datos precisamente publicaba recientemente el Instituto Nacional de Estadística publica sus datos de violencia doméstica y violencia de género y quedaba en evidencia la distancia entre los dos problemas. Primer dato: 31.286 mujeres víctimas de todo tipo de maltrato, casi un 8% más que en 2017, y uno de cada cuatro casos en Andalucía, con 7.047, la autonomía con más por delante de la Comunidad Valenciana. Segundo dato: 7.388 víctimas de violencia doméstica, en su mayoría, también mujeres (4.596). En el primer caso, lógicamente, todos los denunciados, hombres, en el segundo, tres de cada cuatro (3.696 de un total de 5.093). También en este caso Andalucía está a la cabeza, seguida de la Comunidad Valenciana.

La diferencia entre los dos conceptos es clara. Violencia de género se considera todo acto de agresión física o psicológica (incluidas contra la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privación arbitraria de libertad) que se ejerza contra una mujer por parte del hombre que sea o haya sido su cónyuge o esté o haya estado ligado a ella por una relación similar de afectividad, incluso sin convivencia. Es más, sentencias del Tribunal Supremo conocidas este año han determinado que existe violencia de género en cualquier agresión de un hombre a un mujer, haya habido o no relación. En cambio, violencia doméstica es todo acto de agresión física o psicológica ejercido tanto por un hombre como por una mujer (descendientes, ascendientes, cónyuges, hermanos...) a excepción de los casos considerados de violencia de género.