Un campo de golf de 18 hoyos, dos hoteles de cuatro estrellas, más de 730 viviendas y casi un millar de apartamentos turísticos. Todo acompañado de instalaciones deportivas, de ocio, de esparcimiento y de restauración. El municipio gaditano de Barbate se prepara para acoger un proyecto turístico-deportivo que ocupará una superficie de 467 hectáreas, es decir, unos 700 campos de fútbol.
Los planes para desarrollar el 'Següesal Golf Resort' se han apresurado después de que Gobierno andaluz, en su apuesta por la agilización burocrática, lo haya incluido en la Unidad Aceleradora de Proyectos de Interés Estratégico en Andalucía (UAP). Este órgano, que depende de la Secretaría General para la Administración Pública, tiene la tarea de asesorar a los agentes implicados en los trámites a realizar para “la efectiva puesta en marcha y ejecución del proyecto”, como se recoge en la información facilitada por la Junta de Andalucía.
“Hay otros proyectos para potenciar Barbate y no este, que no trae beneficio para el pueblo”, dice Carmen Martínez, de SOS Barbate. Esta plataforma ciudadana, que une a distintos colectivos, se ha constituido para dar a conocer los planes del Ayuntamiento barbateño. “Hay un gran desconocimiento y llega lo de siempre: que van a urbanizar, a hacer hoteles y que eso genera empleo”. “No pueden hacer otra vez lo mismo y sobre todo cuando pensamos que nos hemos vacunado de la enfermedad de la especulación inmobiliaria”, dice el activista de Ecologistas en Acción, Juan Clavero. Su organización ha presentado 138 alegaciones a un proyecto cuya justificación no es más que “el interés de una empresa privada”.
“Hay más revuelo que crítica”, dice a eldiario.es/Andalucía, el alcalde de Barbate, Miguel Molina. “Es una exageración. La mayoría del pueblo está a favor, pero hay colectivos que mienten. En Madrid y en Sevilla me llaman preguntando si me he vuelto loco”, dice. Molina aclara que “el parque natural no se va a tocar y eso de que se no va a crear empleo es otra mentira” ya que calcula que el proyecto generará entre unos 300 y 400 puestos de trabajo directos; “un acicate” para una población que cuenta con alrededor de 3.000 desempleados.
“Argumento manido”
La Junta de Andalucía llegó a un acuerdo con la empresa Bogaris Residential 7 SL. en julio de 2011 para que el proyecto fuera declarado de “interés turístico”. Por aquel entonces, el socialista José Antonio Griñán era el presidente de la Junta y su Ejecutivo se basó en un decreto de 2008 -el 43/2008- por el que se regulan las condiciones de implantación y funcionamiento de campos de golf en Andalucía. Cabe resaltar que una norma posterior del año 2020 anula esta declaración para los proyectos de campos de golf aunque no es aplicable para el 'Següesal Golf Resort' que ya estaba en tramitación.
El Gobierno andaluz defendió el “interés turístico” del campo de golf porque, como recogía la decisión, “favorecerá la desestacionalización turística que requiere la zona, a la vez que atraerá un turismo de calidad y apoyará la generación de empleo”. En esa línea el Ayuntamiento de Barbate, gobernado por Andalucía Por Sí, apuntala ahora un proyecto con el objetivo de “bajar el desempleo”. “Esto es un proyecto dinamizador”, dice Molina.
Pero las fuentes consultadas dudan del impacto socioeconómico de este macroproyecto situado a medio camino entre Barbate y Vejer de la Frontera. “Es un argumento muy manido”, dice Luisa (pseudónimo), una vecina barbateña que prefiere mantener el anonimato. “Te dicen que el pueblo está deprimido, pero son excusas para no afrontar de manera valiente otros retos que no tengan que ver con el ladrillo”, dice otro vecino que, por represalias, también prefiere no desvelar su nombre. “La industria turística en Barbate no necesita más resorts ni campos de golf. No estamos hablando de un hotelito sino de un proyecto mastodóntico que no tiene sentido”.
El 'Següesal Golf Resort' se convertiría en otra propuesta más para los amantes del golf en la zona. A poco más de media hora de Barbate se encuentra el complejo Fairplay Golf & Spa Resort, en Benalup-Casas Viejas, mientras que el club de golf Montemendio está sólo a 20 minutos. Clavero explica que “el golf no es la respuesta a la desestacionalización” del empleo ya que el porcentaje de los turistas que apuestan por esta actividad “es menor” que los que “vienen buscando espacios naturales”. SOS Barbate ve una “competencia feroz” en un proyecto que provocará “el hundimiento de los pequeños negocios de alquiler turístico y restauración”. Martínez cree que se debería potenciar el turismo ornitológico, el arqueológico, el cultural o el gastronómico. Coincide Luisa: “La gente tiene ganas de trabajar, hay muchas ideas, pero al final se hace lo que ya está aprobado”.
Impacto medioambiental
“Su naturaleza y su gente son el verdadero potencial de Barbate. Lo natural vende y es un sello de calidad”, remata la vecina barbateña. La planificación del “Següesal Golf Resort” está en una zona colindante al Parque Natural de la Breña y Las Marismas. Las fuentes consultadas resaltan la huella medioambiental que generaría este proyecto en contra de la tendencia actual por el desarrollo sostenible. “Se va a cimentar la periferia del parque natural”, dice Clavero.
Ecologistas en Acción informa que se pretende reclasificar un total de 304 hectáreas de terrenos actualmente clasificados como no urbanizables y, en parte, especialmente protegidos. Además remiten a un informe de la antigua Consejería de Medio Ambiente en el que el proyecto “supondría la eliminación de 230 hectáreas de superficie forestal”.
Junto a los atascos y los problemas de accesibilidad que generaría el proyecto, a SOS Barbate le preocupa la gestión del agua. “No sabemos cómo se van a abastecer. Dicen que de los pozos locales, pero incluso estos tienen problemas en época de sequía. Y lo peor es que en la zona de la urbanización todo el agua de lluvia deja de caer al acuífero y se va por la alcantarilla”, apunta Martínez, que en base a este déficit hídrico “no quiere ni pensar” cómo se regaría un campo de golf de 867.940 metros cuadrados. Los ecologistas han estimado que el gasto de agua, basado en un riego de 8 meses, sería de 1.600.000m3 al año, que equivale a unas 474 piscinas olímpicas.
El alcalde explica que ya hay en marcha un compromiso de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Vejer de la Frontera para pasar del actual tratamiento secundario a uno terciario, el de mayor nivel de depuración, y poder así reutilizar el agua. Molina insiste en que el parque natural no se verá afectado y que “Barbate cumple con el medio ambiente ya que el 83% de su terreno está protegido”.
En parte del 17% restante se sitúa un complejo en cuya segunda fase, la de extensión, provocaría que la masa forestal de alcornoques que se sitúa en la zona norte del proyecto quedase aislada del parque natural. “Sería como un agujero negro”, dice Martínez. Esto contraviene las directrices de la Red Natura 2000 para la conservación de la biodiversidad ya que “la fragmentación de los ecosistemas o de los hábitats es uno de los procesos más graves de pérdida de diversidad biológica”.
Otras opciones de desarrollo
Clavero intenta convencer a Molina de que sus reivindicaciones no van en contra de dar una respuesta a la demanda turística. “El problema es que se va a crear una ciudad nueva sin haber tenido un debate ciudadano más amplio porque esto le va a hacer competencia a Barbate y a Vejer”, dice Clavero. Molina rechaza estas afirmaciones. Pese a que la zona donde se sitúa el proyecto cuadruplica la superficie del núcleo urbano de la localidad, el alcalde defiende que habrá “una densidad bajísima de construcción”.
El Ayuntamiento barbateño ha adaptado en los últimos meses su Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para cumplir con los requisitos del proyecto. Ecologistas en Acción propone que en esta revisión se planteen alternativas de desarrollo turístico en el núcleo urbano de Barbate. “Tanto la zona de la ribera como el espacio detrás del puerto tienen unos usos marginales”, dice Clavero, que pide la rehabilitación de esos suelos de uso residencial para usos hoteleros. “Estoy de acuerdo”, dice Molina, que está intentando hacer “una reprogramación” del plan para que “los pocos desarrollos que haya en el pueblo sean turísticos”.
Las alegaciones de la organización ecologista también subrayan que el proyecto choca con el modelo de ciudad que se recoge en el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (POTA). En su artículo 25 se describe el modelo de ciudad como el de “ciudad compacta, funcional y económicamente diversificada, evitando procesos de expansión indiscriminada y de consumo innecesario de recursos naturales y de suelo”.
“En un resort la gente no va a salir ya que tiene todas sus necesidades cubiertas”, subraya Clavero. Pero el alcalde confía en que los turistas “se muevan, vayan al mercado, a las tiendas, cenen en sus bares... Ahora no vienen a Barbate porque no tenemos las suficientes plazas hoteleras. Mi pena es no tener más para que la gente no se vaya a Conil [de la Frontera] o a otros pueblos”, dice Molina.