Un laboratorio de la UCO estudia la constitucionalidad de la Ley Andaluza Antidesahucios
Los alumnos
del Laboratorio Jurídico sobre Desahucios creado el pasado curso en la Facultad
de Derecho de Córdoba se ponen de nuevo manos a la obra para trasladar su
formación teórica a la puesta en práctica de soluciones contra el drama de los
desahucios. Si el año pasado esta pionera apuesta educativa tuvo su
reconocimiento y consiguió llevar hasta el Congreso de los Diputados once
medidas legislativas contra los desahucios, en este curso, el reto del
Laboratorio Jurídico sobre Desahucios da un paso más y trabajará sobre las
últimas novedades al respecto.
Su próximo
objetivo será redactar un informe sobre la constitucionalidad de la Ley 4/2013, de
1 de octubre, de la Comunidad Autónoma de Andalucía, de medidas para asegurar
el cumplimiento de la función social de la vivienda, más conocida como Ley Antidesahucios,
que el Tribunal Constitucional suspendió cautelarmente en enero tras
admitir a trámite el recurso interpuesto por el Gobierno central contra la
norma del ejecutivo andaluz.
Ante ello, los estudiantes de 3º
Grado de Derecho de la Universidad de Córdoba se pondrán manos a la obra
en este segundo cuatrimestre del curso para redactar un informe sobre la
constitucionalidad de la Ley Andaluza Antidesahucios, informe que a tu término harán
llegar al Tribunal Constitucional.
Así, f
uturos jueces, fiscales y abogados que apenas rozan la veintena de años
ahora trabajarán en el Laboratorio Jurídico sobre Desahucios, impulsado por su
profesor Antonio Manuel Rodríguez, mediante una dinámica basada en el
estudio teórico legislativo de normas existentes que luego plasmarán de forma
práctica en la elaboración de este nuevo informe.
Rodríguez explica a eldiario.es/andalucia cómo tras un primer estudio de
los conceptos legales de propiedad, posesión, función social de la propiedad y
derecho hipotecario, los alumnos del Laboratorio Jurídico se servirán de un
rastreo sobre la legislación vigente y jurisprudencia anterior para llevar a
cabo su trabajo.
Y, específicamente, estudiarán un ejemplo precedente que les ayudará en
su tarea: la Ley andaluza de Reforma Agraria de 1984 ante la que el PP
interpuso un recurso en el Tribunal Constitucional, reforma sobre la que éste
dictaminó finalmente su constitucionalidad en marzo de 1987.
A juicio del profesor Antonio Manuel
Rodríguez, “existen paralelismos” entre el caso de la Reforma Agraria y la Ley
Andaluza Antidesahucios que se podrán aplicar en la elaboración del informe de
constitucionalidad de la segunda.
Proposiciones no de ley
Proposiciones no de ley
En este trabajo donde “los investigadores son los propios alumnos, ellos
se ven parte de la solución y se consigue una mayor implicación en clase“, los
jóvenes también van a desarrollar varias propuestas legislativas y proposiciones
no de ley que harán llegar al Congreso de los Diputados.
Una de ellas se centrará en “reconfigurar jurídicamente el concepto de
vivienda“ para que ésta pase de ser meramente un bien a ser un derecho humano. ”Es
necesario romper esa dialéctica perversa entre la vivienda como derecho de propiedad
pero no como un derecho humano“, explica Rodríguez.
Junto a esto, los alumnos trabajarán en una proposición relativa a la
suspensión humanitaria de los desahucios, de manera que se incorpore a la
legislación española que los jueces tengan la posibilidad de suspender
lanzamientos de personas de sus casas por causas humanitarias, algo que, hasta
ahora “se hace en casos excepcionales, al arbitrio de cada juez y siempre
acudiendo al derecho internacional“.
Y finalmente, el Laboratorio Jurídico contra los Desahucios alumbrará
una tercera propuesta para proteger a los avalistas -en especial a las personas
de edad avanzada- sobre las que llega a recaer el peso de las deudas
hipotecarias e incluso desahucios de sus casas ya pagadas. “Se trata de buscar una fórmula mediante la hipoteca inversa” que
ya existe y que posibilita que se pierda la propiedad del inmueble a cambio de
la percepción de una renta vitalicia. La solución pasa por aplicar esa fórmula
sólo a la primera vivienda de la que son avalistas y no sobre su propia casa.
Así, se conseguiría que los avalistas no pierdan su vivienda sino que se actúe
sólo sobre la casa hipotecada.