La COVID-19 deja a Cádiz sin Carnaval: otra herida en la economía local
Finales de agosto. Tradicionalmente ha sido una época muy productiva para las agrupaciones carnavalescas de Cádiz, que contaban con contratos para actuar por toda España. Muchos de sus componentes casi se podían permitir el lujo de vivir de ello, pero en este mes de agosto todo ha cambiado. El Ayuntamiento de Cádiz ha tomado la decisión de cancelar el Concurso Oficial de 2021 por el COVID y todo apunta a que tampoco se celebrará el Carnaval callejero. Otra puñalada a la maltrecha economía gaditana que viene a sumarse a la incertidumbre permanente con Navantia, Airbus o Alestis.
“Hay decisiones que cuestan tomar y que duelen, pero que se encuentran respaldadas por la responsabilidad y el interés común. Celebrar el concurso de agrupaciones el próximo año se trataba de una irresponsabilidad y, sobre todo, de una temeridad. Hasta artesanos, equipos de maquilladores, agrupaciones y todo el tejido de las fiestas han asumido la situación con una entereza que despierta admiración y orgullo. Pese a lo que supone, pese al varapalo, anteponen la empatía y la preocupación por los demás”, ha destacado el alcalde de la ciudad, José María González Kichi, tras realizar el anuncio de la suspensión.
Son muchos los profesionales de la ciudad y de la provincia que dependen directa o indirectamente de esta fiesta. Desde la Federación de Hostelería de Cádiz se da la voz de alarma de lo que puede suponer. “Es el palo más gordo del año porque en el Carnaval es donde las ventas son enormes en toda la ciudad y las pérdidas van a ser tremendas”, alerta su presidente, Antonio de María.
Componentes de las agrupaciones que no podrán tener esos ingresos extras por actuar durante muchos meses en todo el país y comercios que no venderán lo habitual en unas semanas productivas si se suma el periodo del propio Concurso y la semana de Carnaval en la calle. Por eso la Asociación de Autores manifiesta que comprenden la preocupación del Consistorio, dada la situación actual frente al coronavirus, pero cree que la decisión pudiera resultar precipitada a la hora de no contemplar la posibilidad de celebrar el certamen durante la primavera, si la situación lo permitiera.
Desde el Ayuntamiento se trabaja en la petición de ayudas a la Junta de Andalucía porque el Carnaval gaditano está declarado como Bien de Interés Cultural, pero se confía más en la inventiva de los autores para encontrar alternativas. Se ha planteado la realización de algún festival no oficial con medidas anti COVID con actuaciones de antologías de algunas agrupaciones, pero las empresas auxiliares lo seguirán pasando mal.
Cuantificar las pérdidas para acceder a ayudas
Para que en el Teatro Falla luzcan las agrupaciones es fundamental el trabajo que hacen los artesanos, que confeccionan atrezzos y forillos de primer nivel. Juan Diego Aragón, presidente de Artecar, reconoce que “hay empresas que dependen exclusivamente del Concurso. La alternativa es que cada empresa hable con sus gestores para que podamos presentar una memoria económica para ver las pérdidas reales en todas las áreas y así demostrar al Ayuntamiento cuántas personas están afectadas y acceder a ayudas. También le pediremos al Ayuntamiento que nos cedan algunas naves para no tener que pagar alquileres”.
María Jesús, costurera de profesión, tiene una gran clientela entre las agrupaciones que se presentan en cada edición del COAC. Reconoce que “esta situación para la confección a medida es un poco desesperante, teniendo en cuenta que no sólo se cancela el Concurso del Falla. A ello se le une también la cancelación de bodas y demás celebraciones. Se puede decir que es un año sin apenas actividad y sin ingresos”.
“Nos afecta personal y monetariamente”, explica la maquilladora Sara Romero. “Llevo 20 años trabajando el concurso y estar un año sin estar creando será extraño. Normalmente en agosto es cuando empezamos a crear tanto los profesionales del maquillaje como los artesanos, pero la salud está por encima de todo. Hay que pensar que en Cádiz el Carnaval no es sólo una fiesta, es una filosofía de vida y algo bueno surgirá”.
Entre los propios componentes de las agrupaciones hay resignación y el deseo de que sea sólo un año de parón. El comparsista Fran Quintana considera que “la repercusión es muy seria para la ciudad a niveles muy superiores a lo que habría sido en otras épocas. Debemos tener en cuenta que el Concurso ha adquirido una dimensión nacional y muchas personas vienen de cualquier punto de España para disfrutar de las sesiones y hay un porcentaje alto que se quedan a pernoctar y gastan dinero en servicios”.
El cuartetero Carlos Mení afirma que “hay que buscar alternativas en una ciudad donde se vive muy bien pero donde no hay trabajo. Los políticos no han sabido encontrar alternativas para que los gaditanos tengan una estabilidad económica”.
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