Alrededor de cincuenta marroquíes –setenta, según el Ayuntamiento, una cifra mucho menor según la Subdelegación del Gobierno en Cádiz--, permanecen en Algeciras tras la repatriación, unas horas antes, de cuatro autobuses de retorno a sus puntos de origen en el norte de Italia. Otros desanduvieron su camino a bordo de vehículos particulares. Más de doscientos habían llegado un día antes con la pretensión de cruzar a Marruecos, cuyas fronteras terrestres y marítimas fueron cerradas de golpe y porrazo, aunque se pudo negociar dos horas de intervalo para los turistas españoles que se encontraban en el país vecino.
Desperdigados por algunos lugares de la ciudad, bajo la custodia de unidades policiales, el día anterior protagonizaron escenas de alta tensión en la sede del consulado del Reino de Marruecos en la ciudad, que no les pudo garantizar su pretendido viaje hacia Tánger. La inquietud se extendió por los alrededores, ya en pleno confinamiento y sin entender cómo podían estar en la vía pública, contraviniendo el decreto de alarma.
“El lugar más indicado sería el CATE”
La polémica no tardó en llegar a la arena política, cuando el alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, del Partido Popular, propuso que se les alojara en el Centro de Atención Temporal para Extranjeros (CATE) de San Roque, que todavía no ha entrado en funcionamiento como recinto destinado al internamiento de inmigrantes irregulares, una solución que a muchos les recordaba al momento en el que la prisión de Málaga II en Archidona no había sido abierta como tal y, en tiempos del ministro del Interior Juan Ignacio Zoido, fue destinada al ingreso de cientos de inmigrantes y refugiados: “Han vuelto los que admiten en Italia que son residentes allí, esto es, trabajadores con contrato de trabajo. Pero quedan setenta turistas marroquíes en el norte de Italia. Sigo diciendo que el lugar más indicado sería el CATE, quítale el nombre y ponle Villa Rosita o centro de atención a turistas marroquíes que vienen del norte de Italia y que no pueden pasar a su país. Es un edificio que está vacío, con espacios donde tienen mesas, duchas, habitaciones por si acaso alguno tiene que estar en cuarentena, un espacio magnífico al borde del mar”.
El Gobierno de España descartó en principio esta opción, dado que dichas instalaciones se destinan exclusivamente a albergar inmigrantes irregulares y no es el caso. A juicio de Juan Carlos Ruiz Boix, alcalde socialista de San Roque, el CATE se encuentra en su término municipal y no en el de Algeciras y su gestión depende del Gobierno central: “Este centro fue concebido para acoger a inmigrantes irregulares y los que ahora están en Algeciras tienen autorización laboral para trabajar en Europa, incluso algunos tienen ya nacionalidad italiana”.
“Todos han sido realojados en hoteles y no hay ninguno desatendido”
Entre 50 y 70. Son los que quedan todavía junto al principal puerto del Estrecho. Las cifras oficiales parecen rebajar ese número de viajeros marroquíes que todavía quedan en Algeciras. “No es esa cantidad, ni mucho menos”, asegura un portavoz de la Subdelegación del Gobierno central en Cádiz: “Todos han sido realojados en hoteles y no hay ninguno desatendido”, aseguró también. Sin embargo, desconoce qué podrá ocurrir con ellos si el Consulado de Marruecos deja de pagar dicho alojamiento antes de que concluya la cuarentena: “Cualquier solución se adoptará en colaboración con el Gobierno de Marruecos”.
“La embajada de Marruecos pagará dos o tres noches de hostales y la comida, no más. ¿Qué haremos luego? –inquiere Landaluce--. Se fueron dos autobuses y mandé grabar cinco que habían llegado y que se fueron. Se está produciendo un efecto llamada. Hasta doce, venían de camino, según me contó el propio cónsul de Marruecos”. Landaluce añade que él es humano y que también le preocupa que estas personas deambulen “sin estar asistidos ni sanitaria ni socialmente”.
Frente a la discrepancia en torno al CATE, en los mentideros políticos del Campo de Gibraltar, se baraja la alternativa de que se les guarezca en el albergue juvenil de Algeciras, actualmente cerrado aunque Landaluce asegura que aloja a los guardias civiles destinados como refuerzo a dicha zona.
El socialista Juan Lozano, presidente de la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar, no descarta que el CATE pueda ser utilizado a ese fin, “pero es el Gobierno de España el que tiene que decidirlo, en cualquier caso no se trataría de confundirlos con inmigrantes irregulares sino bajo otra condición. Ahora mismo, allí no hay nadie. Se abre cuando vienen inmigrantes o en caso de emergencia”.
“Los marroquíes que quedan aquí están hospedados –confirma Lozano--. Sobre ellos, hay un montón de bulos. Que si hay más autobuses, en camino, aunque parece ser que no. O qué ocurrirá con los que están volviendo a Italia y si cierra la frontera italiana. La situación es la que es, cambia a cada momento a nivel internacional”.
Sin tránsito en la Verja
Si Marruecos ha cerrado sus fronteras a cal y canto, España restringe el paso a las mercancías y los trabajadores transfronterizos en la frontera de Portugal y nadie cruzaba, en hora punta de ayer –entre 13 y 14 horas—la Verja de Gibraltar, en una insólita imagen que demuestra como los gibraltareños han seguido las instrucciones de su Gobierno a la hora de evitar desplazamientos innecesarios a este lado de la frontera, donde rige el estado de alarma.
Unas declaraciones de Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía, en el sentido de que debían establecerse cautelas fronterizas en Portugal y en Gibraltar, fueron malinterpretadas con la exigencia de que se cerrase la Verja con el Peñón. Aclarada la confusión, el ejecutivo de Fabian Picardo emitió un comunicado el domingo 15, instando “a todos los gibraltareños residentes en España y los trabajadores transfronterizos a que se familiaricen con los términos de dicho Decreto y entiendan cómo podrían afectarles las restricciones sobre desplazamientos. Además, se recomienda que los trabajadores transfronterizos consulten con sus empresas para determinar si sus lugares de trabajo seguirán funcionado el lunes. El Gobierno de Gibraltar ha emitido nuevas declaraciones sobre restricciones a las operaciones de negocios de restauración que impactarán a muchos trabajadores transfronterizos”.
“Tras haber tomado nota de los términos de este Decreto, el Gobierno de Gibraltar recomienda a los residentes de Gibraltar no viajar a España a pie, en un vehículo ni de ninguna otra forma, a menos que se trate de un desplazamiento por motivos esenciales”.
La cautela primaba en las declaraciones de Fabian Picardo, difundidas por su oficina de prensa: “Compartimos una frontera terrestre con España y por lo tanto resulta importante que aquellos de nuestros ciudadanos que viven en España sean conscientes de los términos del Estado de Alarma que se ha decretado en el país. El Decreto restringe el derecho de las personas a desplazarse en el interior de España. Estamos aclarando con nuestros homólogos españoles si las personas que acuden a trabajar en Gibraltar podrán seguir haciéndolo de forma normal, pero los trabajadores del sector de la restauración deberán confirmar con sus empleadores si los negocios para los que trabajan seguirán operando la próxima semana o no. Entiendo que las medidas que se están adoptando en España, indudablemente, se están basando en el asesoramiento de sus servicios de Salud Pública y están diseñados para un país de las características de España. Debemos respetar estas decisiones y, como vecinos, debemos intentar apoyarles para que las medidas tengan el efecto deseado. Debemos procurar evitar viajar a España salvo por motivos esenciales y, si está en España, cualquier gibraltareño deberá asegurarse de respetar los términos del decreto anunciado por el Presidente del Gobierno español. El virus no conoce fronteras y continuaremos nuestra labor, basada en los consejos de nuestros profesionales de Salud Pública, para implementar los mejores planes en Gibraltar orientados a ralentizar la inevitable propagación del virus en nuestro territorio y apoyar a las personas más vulnerables de nuestra comunidad”.
Claro que Gibraltar se encuentra bajo soberanía del Reino Unido y allí, su primer ministro, Boris Johnson, sigue permitiendo concentraciones públicas tan importantes como la maratón de Bath, que se celebró el domingo con miles de asistentes.