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ENTREVISTA

Carmen Castilla: “Al principio de la pandemia, a la Junta de Andalucía le costó mucho trabajo creerse lo del diálogo social”

Carmen  Castilla / UGT Andalucía

Javier Ramajo

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Carmen Castilla ha sido recientemente reelegida al frente de UGT Andalucía. A sus 52 años, pese a que aterrizó “muy inmadura sindicalmente”, reconoce, se ha afianzado en la lucha por los derechos sociales y laborales. Aún luce una pulsera verde del congreso que la revalidó y que dice 'UGT esencial'. La hija de María, como la que conocen en su Écija natal, fue durante cuatro años la única concejala del Partido Socialista Ecijano Independiente, pero hace tiempo que ha optado por tratar de mejorar las condiciones de la gente en sus puestos de trabajo. “La gente tiene ganas de calle”, asegura, pero con sentido reivindicativo, no de movilidad pospandemia. El sindicato ha crecido en esta dura etapa. Tampoco fue fácil cuando llegó a su puesto, en enero de 2014. Ahora tiene por delante más tiempo, tiempos difíciles también, pero espera que el sindicato que dirige consolide el lema de la pulsera y se convierta en “esencial”.

Usted fue reelegida el pasado 12 de mayo, Día Internacional de la Enfermería. ¿Una señal del destino para seguir al frente de UGT y no volver a su profesión?

No estaba previsto cuando lo programamos y la fecha tenía un efecto más práctico que simbólico, porque tenemos que ajustar los calendarios con el Confederal, que era entre el 18 y el 20, y todos los congresos tenían que ser antes. Y, casualmente, el día 12 era el el Día Internacional de la profesión que más adoro, no porque sea la mía sino porque soy una enfermera convencida y disfruto muchísimo con mi trabajo. Este año cumplo 31 años desde que acabé la carrera, de los cuales 20 he tenido de ejercicio de asistencial directo en una unidad de infecciosos y medicina interna. Y luego estuve tres años de directora del Hospital Virgen Macarena, lo cual me dio la visión de la enfermería desde el punto de vista de la gestión sanitaria. Y después han venido los siete años que llevo en el mundo sindical al más alto nivel, que para mí es un orgullo, aunque no tengo que ocultar que han sido siete años muy complicados desde el punto de vista personal, desde la pérdida de la persona que más he querido en mi vida que es mi madre, que no pude despedirme de ella, precisamente un 12 de mayo también, hace siete años.

Y profesionalmente, ¿cómo han sido estos siete años y medio al frente de UGT Andalucía?

Nadie puede decir que han sido siete años fáciles a la organización que me ha tocado liderar. Estamos muy satisfechos del trabajo realizado. Las causas que el sindicato tiene pendientes no dependen de nosotros, dependen de la justicia, y estamos convencidos de que se van a resolver de una forma adecuada porque creemos firmemente en la justicia española. Por otra parte, a nivel afiliativo estamos creciendo, y a nivel de elecciones sindicales tenemos un porcentaje, a día de hoy, de un 50% de representatividad. Como anécdota, el compañero secretario general de la Federación de Movilidad, Servicio y Consumo me llamaba estos días para darme una buena noticia y es que en dos centros diferentes habíamos ganado por mayoría absoluta en número de delegados, en el sector de limpieza y en el de transporte. Yo, la verdad, es que solamente puedo dar las gracias a los compañeros que me están acompañando, no solamente de mi estructura territorial sino de las estructuras federativas o sectoriales.

¿Cree que la pandemia puede haber hecho que, como dice la pulsera que lleva, los sindicatos, en ese caso UGT, hayan retomado su papel de “esencial”?

En el Congreso Confederal las estuve repartiendo entre los ministros, y también le di una al presidente Pedro Sánchez, para que no se les olvide que el sindicato es útil y es un instrumento de mejora de la vida, no solamente de los trabajadores, sino de la ciudadanía en su conjunto, porque también nos dedicamos a políticas transversales, como la mejora de la sanidad, de la educación, de las políticas sociales e incluso participamos, a través de los consejos económicos y sociales, en la mejora de reglamentos y de normas jurídicas.

Los trabajadores han visto que somos un instrumento útil

En la pandemia hemos atendido a miles de consultas a través de teléfono, de las redes sociales, de los perfiles personales también. Y hemos estado al pie del cañón dando el cien por cien. Porque teníamos que interpretar las nuevas normativas, qué sectores se iban a beneficiar de ciertas ayudas, cómo los trabajadores acogidos a ERTE podían cobrar... porque los frigoríficos hay que llenarlos todos los días, eso está claro. Ha habido mucha incertidumbre. Hemos estado conectados permanentemente para ver esos acuerdos que se llegaron del teletrabajo, del Ingreso Mínimo Vital. Hemos tenido reuniones virtuales con los miembros del gobierno, sobre todo con la Consejería de Empleo, de Presidencia, de Salud,... Ha sido un momento de mucha actividad y los trabajadores han visto que somos un instrumento útil. Ya había trabajadores que lo sabían, pero que ahora se ha visto más útil y, de hecho, los números hablan por sí solos: hemos aumentado la afiliación incluso en eso momentos donde había personas que no sabían si iban a perder el trabajo.

¿Qué le ha parecido la gestión del Gobierno andaluz en estos meses tan complicados? Porque hubo un momento en que ustedes los sindicatos denunciaron que el diálogo social brillaba por su ausencia.

Yo creo que al Gobierno de la Junta de Andalucía al principio de la pandemia le costó mucho trabajo creerse lo del diálogo social. El diálogo social está muy bien ponerlo en un papel, está muy bien hablar de que aquí en Andalucía existía, pero luego veíamos que incluso se llegó a un acuerdo con el empresariado solamente. Pero es que ese sector del comercio, o ese sector turístico, también tiene trabajadores. ¿Dónde está el trabajador representado en esa firma? Hubo muchas molestias y llevamos a cabo una concentración multitudinaria a primeros de diciembre delante de San Telmo, con todas las medidas sanitarias, junto a CCOO, reivindicando nuestro papel constitucional en el diálogo social. Porque no entendíamos cómo en julio habían firmado un acuerdo marco, donde ya estaba la patronal, y luego se firma un acuerdo solamente con la patronal para la inyección de ayudas a sectores determinados y no cuenten con los sindicatos.

Tuvimos que recordarle a la Junta que eso no era diálogo social, que en el diálogo social está también la parte de los trabajadores representados. Creo que hubo una reflexión por parte de la Junta y fruto de ello fue el acuerdo del 22 de marzo, del que nos sentimos muy satisfechos, creo que todas las partes, con más de 700 millones para los sectores más castigados por esta pandemia y, aparte, ayudas directas a los trabajadores para complementar los ERTE, el tema de los fijos discontinuos y la agilización de la Renta Mínima de Inserción Social, así como la contratación de 1.700 puestos de empleo público. Hubo 29 versiones del acuerdo, es decir, mucho tira y afloja. Pero eso es el diálogo social, eso es conveniar. Es un acuerdo que ahora existe en las mesas de seguimiento para ver realmente qué se está haciendo y qué se está cumpliendo. Y estamos pidiendo que se refuerce lo público.

¿Confía entonces en que la Junta haya reconducido la situación respecto a ustedes, los sindicatos?

Parece ser que está funcionando. Nosotros tenemos varios problemas en varios sectores y ahí estamos. Si la negociación no sirve, pues seguirán las movilizaciones. Por ejemplo, en el sector de sanidad no entendemos como se ha aplaudido tanto en los balcones a los profesionales sanitarios y no sanitarios y resulta que una parte del complemento de rendimiento profesional correspondiente al 2019, que se paga en 2020, no se ha abonado. No nos parecen oportunas las explicaciones que están dando porque no nos convencen. Es un punto de fricción que estamos teniendo ahora y vamos a seguir peleando. Otro punto de fricción: no entendemos como Veiasa todavía no tiene un convenio, que está totalmente bloqueado. Tampoco entendemos la actitud con Abengoa, de todas las administraciones, pero en especial de la Junta, que no articule un instrumento jurídico, como tienen otras comunidades, para salvar tantos puestos de trabajo, no solamente de la matriz sino de toda la industria auxiliar que arrastra. Aunque, a nivel general, todos queremos que después de esta pandemia no disparemos la tasa de desempleo, hay una parte del Gobierno andaluz debería, desde luego, poner más carne en el asador.

¿Considera que en estos siete años en UGT ha reducido su tono de beligerancia o se mantiene intacto?

Al principio no tenía experiencia sindical. Cero. Estaba afiliada porque era el sindicato que más me representaba por mi ideología. Estaba muy inmadura sindicalmente. Llegué en un momento complicado y me dediqué a resolver y a gestionar problemas del pasado, pero intentando poner cordura a una situación muy complicada. Estábamos hablando de la supervivencia del propio sindicato como tal, como herramienta. Me notaba, con el tiempo, más madurez sindical, con mayor conocimiento, no solamente de la estructura sindical y de funcionamiento, sino también de la conflictividad por sectores. Mis compañeros se sorprenden muchas veces cuando les hablo, por ejemplo en Airbus, de los tipos de aviones que existen y donde se hace cada uno. O cuando hablo de Navantia y de los diferentes tipos de barco que se hacen (los petroleros, las corbetas...). O de minas, o del sector de hostelería o de turismo. A mí me gusta estudiar y me gusta estar al tanto de cada uno de los conflictos que existen y aportar soluciones. La UGT tiene una parte que creo que nos caracteriza y es que que somos muy propositivos.

¿Apuesta entonces por salir a la calle a seguir reivindicando mejoras para los derechos de los trabajadores andaluces?

Yo soy reivindicativa. La gente tiene ganas ya de movilizaciones, y gracias a las vacunas vamos a a conseguir tener más movilidad. Y la gente tiene ganas de calle. Lo hemos demostrado en el 1º de mayo, en Cádiz. Fue impresionante. La gente tiene ganas de calle y de pedir, porque nos estábamos recuperando de la crisis del 2008, iba a llegar la recuperación de los trabajadores y ¡zasca!, viene la pandemia. Las cuentas de resultados de 2014 ya empezaron a ser más que positivas, pero no se veía en la subida salarial. Por eso nosotros ahora estamos pidiendo la subida del Salario Mínimo Interprofesional, la derogación de la reforma laboral y la reforma de la de las pensiones del 2013, donde esperemos pronto tener un acuerdo y podamos hablar de otro marco de sostenibilidad del sistema de pensiones.

Me parece tremendo que estemos pagando salarios públicos de los impuestos que pagamos la ciudadanía para que nos tengan que dar un espectáculo así en el Parlamento andaluz. Para los espectáculos yo voy al cine y voy al teatro

¿Cómo se lleva con el presidente de la Junta, que inauguró el congreso de UGT-A? ¿Cómo es su relación?

Es buena. Yo no voy a mentir. Era buena desde antes de ser presidente y es buena ahora. Evidentemente, nuestras ideologías están en las antípodas. Yo soy una mujer progresista, de izquierdas convencida, y él representa un Gobierno del Partido Popular que es conservador. Creo que la lealtad es fundamental: si te comprometes a algo, a un acuerdo, hay que cumplirlo, porque los pactos están para cumplirlos, independientemente de la ideología de quien esté gobernando. Nuestra misión como sindicato, independientemente de quién esté gobernando, es reivindicar los derechos de la clase trabajadora y los derechos sociales. Lo estamos haciendo en Madrid con un Gobierno progresista, con las reivindicaciones que te he dicho antes, y aquí, por supuesto, vamos a seguir reivindicando todo aquello que entendemos que sea bueno para recuperar los derechos de los trabajadores y trabajadoras.

En cualquier caso, ¿cómo ve el patio político en Andalucía ahora mismo, con Vox dando una de cal y otra de arena a PP y Ciudadanos?

A mí me parece una irresponsabilidad política, me parece tremendo que estemos pagando salarios públicos de los impuestos que pagamos la ciudadanía para que nos tengan que dar un espectáculo así en el Parlamento andaluz. Para los espectáculos yo voy al cine y voy al teatro. Creo que deberían centrarse un poquito en los problemas que tiene la gente, como el 51% de tasa de desempleo juvenil o como los derechos laborales de la mujer que han retrocedido y estamos aumentando la tasa de desempleo, de inactividad y de estructura salarial, o como los parados de muy larga duración, que es el paro estructural que tenemos en Andalucía.

¿A alguien le preocupa esos miles de trabajadores que hay en Andalucía que no saben si cuando termine su ERTE van a tener empleo? ¿O seguimos jugando a Juego de Tronos?

Y todavía no sé lo qué va a pasar cuando nos tengamos que adaptar a la digitalización, a los nuevos algoritmos, a la inteligencia artificial, a la robotización. ¿Qué plan existe para la transición energética justa? Le añadimos “justa” para que ningún trabajador se quede atrás. Es decir, cuando se cierre una central térmica como la de Carboneras, esos trabajadores que están ahí tengan la posibilidad de tener un empleo en la nueva estructura con energías renovables. ¿Alguien está proponiendo eso en el Parlamento de Andalucía? ¿Alguien está legislando para eso? ¿A alguien le preocupa esos miles de trabajadores que hay en Andalucía que no saben si cuando termine su ERTE van a tener empleo? ¿O seguimos jugando a Juego de Tronos? Esto es muy serio y todavía no estoy escuchando ningún debate de altura en el Parlamento de Andalucía, donde a un determinado grupo, al que ni nombro, lo único que se le preocupa, por ejemplo en Murcia, es que se toque el himno de España todas las mañanas en los colegios.

¿Qué le parecería un adelanto electoral en Andalucía?

Mi opinión es que creo que ahora existe un problema más importante que meter a la gente en la paralización que suponen unas elecciones. Porque si son este otoño, me temo que antes del verano ya está todo el mundo pendiente de las elecciones, y campaña, campaña, campaña. Y el circo que vemos muchas veces en el Parlamento, pues va a ser una sesión continua.

El PSOE, después de perder la Junta Andalucía, ha tenido que hacer una reflexión interna, y tiene que hacer una reflexión de por qué ha ocurrido eso, de por qué se ha perdido el pulso con la calle

El PSOE de Andalucía está ya inmerso en el proceso de primarias, ¿cómo lo ve? ¿quién cree que va a ganar?

Como espectadora, creo que hace falta un PSOE fuerte a nivel andaluz. Un PSOE que, después de perder la Junta Andalucía, ha tenido que hacer una reflexión interna, y tiene que hacer una reflexión de por qué ha ocurrido eso, de por qué se ha perdido el pulso con la calle. Cuando tú estás en un determinado estatus, tienes que bajar a la calle a escuchar a la gente. La suerte que tenemos los sindicalistas es que, aunque tengamos puestos de responsabilidad como el mío, el más importante que he tenido en mi vida y que podré tener, a mí me gusta ir a las empresas y escuchar a la gente. Y me gusta ir a los hoteles y escuchar a las camareras de piso y a la gente que trabaja en el hotel. Y me gusta ir a Airbus, o a Acerinox, o a Atlantic Cooper, y a todos estos sitios donde está la gente que está trabajando y tiene problemas. Me gusta ir a los barrios de la gente, porque yo soy de pueblo y a la gente de pueblo nos gusta estar en la calle escuchando.

¿Cree que el PSOE ha perdido el pulso con la calle en los últimos tiempos?

Yo creo que se ha perdido el contacto con la realidad y necesitamos un PSOE fuerte. Yo espero que las primarias, gane quien gane, se cierren bien, porque si el partido está fracturado va a tener un problema para ser una verdadera alternativa de gobierno en el futuro. Nosotros dijimos en su día que no íbamos a meternos apoyando a ningún candidato porque, obviamente, una de las cosas que yo he criticado más es que intenten meterse en mi sindicato. No le permito a nadie que nos diga en Andalucía hacia dónde tenemos que ir. Lo que sí es cierto que yo le he dado libertad a los míos, a mi estructura. Yo no mando ninguna consigna. Cada uno como persona que tenga la doble militancia puede apoyar a quien quiera y pueda estar en los actos de quien le dé la gana. Eso no quita que si alguno de los candidatos quiere presentar su proyecto, pues la Casa del Pueblo está abierta.

¿En qué punto están los procesos judiciales que tiene abierto el sindicato en Andalucía?

Hay dos temas separados, uno es en lo contencioso-administrativo y otro es el tema penal. En el segundo se ha abierto juicio oral y no se sabe cuándo va a ser. Y luego está la parte administrativa de los expedientes que se abrieron en su día porque, que según el Gobierno que estaba antes, el gobierno socialista, decían que no estaba bien, que no se había justificado por parte de los anteriores compañeros que estaban en la ejecutiva. Hablamos de expedientes de 2007 a 2012. Nosotros entendíamos que teníamos razón, que se había aportado toda la documentación, la volvimos a aportar y, como seguían erre que erre que no, lo hemos tenido que judicializar. Y de esos contenciosos, la mayoría de los que hemos interpuesto los hemos ganado. Queda mucho, porque cada expediente tiene una cantidad, y así hasta 40 millones, pero la mayoría de ellos están ganados.

Nosotros entendimos en ese momento que se nos abrieron los expedientes de una forma injusta y estamos ganando en los juzgados

¿Y ahora qué? ¿Quién me paga a mí los abogados y el daño reputacional? Porque, además, algunos recursos han llegado al Supremo, y se va a seguir perdiendo dinero público, porque esos son los servicios jurídicos de la Junta. Y el Supremo ha dicho en algún caso ya que se vuelva al principio del proceso porque hay 'conceptos jurídicos indeterminados'. Nosotros entendimos en ese momento que se nos abrieron los expedientes de una forma injusta y estamos ganando en los juzgados.

Para terminar, ¿cuáles son sus objetivos concretos para su nuevo mandato?

Tenemos dos tipos de objetivos, los internos y los externos. En lo interno, seguir fortaleciéndonos como organización. Hemos pasado momentos muy complicados y eso te hace más fuerte. Tenemos las estructuras ya renovada en todos los congresos. Se han incorporado nuevas personas en mi ejecutiva, con muchas ganas de hacer cosas en diferentes terrenos. He creado una Secretaría de Industria, Transición Justa y Medio Ambiente, que eso es muy novedoso, con una mujer que está muy preparada en esos temas para que en Andalucía se vea, se visualice que apostamos por ese sector. Tenemos que seguir aumentando la afiliación con todas las actividades que estábamos haciendo y ganando elecciones sindicales.

Cuando hay industria se generan más servicios públicos alrededor, y más empleo público y más infraestructuras

En lo externo, vamos a seguir reivindicando más industria para Andalucía. Es fundamental que seamos atractivos para que la industria y las inversiones vengan. Porque cuando hay industria se generan más servicios públicos alrededor, y más empleo público y más infraestructuras. Vamos a seguir apostando por el refuerzo de los servicios públicos, vamos a seguir demandando a la Junta que apueste por los servicios que están más cercanos a la ciudadanía. Porque la pandemia nos ha avisado, y ojo, esta no va a ser la última pandemia. Y tenemos que estar preparados con un servicio público potente, desde la sanidad, la educación y, sobre todo, las políticas sociales en temas de ayuda a domicilio.

Y vamos a trabajar en sectores que nos preocupan mucho, como el sector del campo, que está en una condiciones de trabajo muy precarias, donde algunos convenios que se han firmado con la patronal, no con nosotros, están por debajo del salario mínimo interprofesional y las condiciones laborales no son justas. En el tema de servicio de ayuda a domicilio, donde no existe convenio, y por mucho que la Junta diga que sube el coste/hora eso da igual porque no repercute en el salario de las trabajadoras hasta que no se desbloquee el convenio colectivo. Y vamos a darle una vuelta de hoja tanto al comercio como a la hostelería, y todo lo que tiene que ver con el sector servicios, para que haya empleos de calidad. Porque está muy bien tener buenas cifras de turismo, pero al vicepresidente de la Junta no le escucho pedir que mejoren las condiciones laborales de los trabajdores. Él no es solo vicepresidente de la Junta para la patronal, sino que también tiene que proteger a los trabajadores. Pero que no se preocupe el vicepresidente Marín, que si él no los protege para eso está UGT y los vamos a proteger.

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