Piden la retirada de los honores del Ayuntamiento de Córdoba a golpistas del 36
Según constan en los archivos municipales de Córdoba, el general Gonzalo Queipo de Llano –que ordenó la toma del Gobierno Civil en 1936- fue entonces nombrado Hijo Adoptivo y Preeminente de la ciudad, los mismos honores que recibió también el general José Varela, que fue el encargado, durante la guerra civil, de comandar las distintas operaciones militares en la provincia cordobesa. Junto a ellos, el coronel Ciriaco Cascajo fue uno de los responsables de la represión franquista en Córdoba y fue nombrado Hijo Predilecto de la ciudad, mientras que los coroneles Eduardo Sáenz de Buruaga y Manuel Aguilar Galindo –responsable del bombardeo y muerte de las autoridades civiles republicanas- recibieron el honor de Hijo Adoptivo de Córdoba.
Ahora, constatada esa información en los archivos municipales que se mantiene desde entonces sin que figure su derogación posterior, el grupo municipal de Ganemos Córdoba ha solicitado a la alcaldesa de la ciudad, Isabel Ambrosio, “la retirada de los honores que aún se mantienen por el Ayuntamiento de Córdoba a los militares que protagonizaron el golpe de Estado de julio de 1936”, según consta en el ruego elevado al Pleno municipal de este martes.
La solicitud realizada señala que los militares citados “acabaron con las autoridades legítimas civiles de la ciudad y desarrollaron la represión en nuestras calles”. En ese sentido, se describe como Queipo de Llano “coordinó la represión” posterior al golpe franquista en Córdoba, mientras que Varela comandó las operaciones de represión en la provincia. Por su parte, el coronel Ciriaco Cascajo fue “enterrado con todos los honores en el cementerio de la Salud, donde se recuerda su participación en la guerra civil española” y “el mismo 18 de julio (de 1936) sacó el ejército a las calles” de la capital, además de ser “uno de los responsables de la brutal represión que acabó fusilando a miles de cordobeses”. Asimismo, el coronel Eduardo Sáenz de Buruaga fue “considerado como uno de los militares más sanguinarios de la guerra civil, sobre todo después de comandar la matanza de Baena”, mientras el coronel Manuel Aguilar Galindo, era comandante de la Guardia Civil el 18 de julio de 1936 y “responsable del bombardeo y muerte de las autoridades civiles republicanas de la ciudad refugiadas en el Gobierno civil de la ciudad”.
“El Ayuntamiento de Córdoba mantiene como hijos predilectos o adoptivos de la ciudad, con todos los honores, a dicho grupo de militares, responsables y ejecutores del golpe de estado del 18 de julio de 1936 que dio comienzo a la guerra civil”, sostienen desde Ganemos Córdoba para pedir ahora la retirada de esos títulos en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica. “Se les considera responsables de la posterior represión que sólo en la capital acabó con el fusilamiento de más de 4.000 personas” en la provincia cordobesa.
Así las cosas, “estos nombramientos, asumidos por los acuerdos de los distintos plenos del Ayuntamiento de Córdoba durante el franquismo, no han sido derogados”, como se está empezando a hacer en distintos municipios del país en aplicación de la Ley de Memoria Histórica.
El artículo 15 de la Ley de Memoria Histórica se refiere a símbolos y monumentos públicos y afirma que “las administraciones públicas (…) tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la guerra civil y de la represión de la Dictadura”.