Desdeelsur es un espacio de expresión de opinión sobre y desde Andalucía. Un depósito de ideas para compartir y de reflexiones en las que participar
¡Bienvenidos al sistema!
A estas alturas de la semana, el proceso de canonización laica de Pablo Iglesias ha llegado ya a unos extremos que ni las adolescentes con Justin Bieber. Podemos ha podido con casi todo en las elecciones del domingo y los que sólo leen los periódicos de Santiago y cierra España se siguen preguntando cómo ese tío comunista con perilla, coleta y camisetas compradas en Alcampo ha sido capaz de sacar más de un millón de votos en las europeas.
Los que crean que todo se explica con sus apariciones televisivas se equivocan. También sale Juan y Medio todas las semanas y no me lo imagino formando grupo parlamentario. El fenómeno social de Podemos y de un tipo tan inteligente como Pablo Iglesias bebe de la insatisfacción y ha sabido capitalizar el descontento ciudadano en torno a una opción que ha jugado con la idea de una sociedad presuntamente arrasada por unas castas que le han arrebatado el poder al pueblo.
Podemos ha sido descrito en tres días de todas las maneras. Hay quien ve en Pablo Iglesias al santón de una revolución que dejaría en una faena de aliño la que encabezaron Danton, Marat y Robespierre y quien, por el contrario, sólo atisba en él al lidercillo de una banda de freakies a los que les ha tocado la lotería de las urnas.
Los de Podemos van a tener que aprender a convivir con la crítica y no sulfurarse tanto ni considerar que todo aquel que ose criticarles es un esbirro del capitalismo mundial y un lacayo de la casta más casposa y reaccionaria.
Para entendernos, tienen que ser más consecuentes y entender que les pueden dar con la misma moneda con la que ellos atizan todos los días a los demás. No pueden escandalizarse porque les critiquen cuando se han pasado meses demonizando a quien se atreva a votar al PSOE o al PP.
La democracia no sólo consiste en contarnos con pasión que le ganarán la batalla a los poderosos y que van a instaurar un nuevo régimen donde el pueblo feliz y unido jamás será vencido. También consiste en aceptar la crítica implícita en el juego democrático. Y van a tener que asumirlo. Les guste o no les guste.
Bienvenidos al sistema
A estas alturas de la semana, el proceso de canonización laica de Pablo Iglesias ha llegado ya a unos extremos que ni las adolescentes con Justin Bieber. Podemos ha podido con casi todo en las elecciones del domingo y los que sólo leen los periódicos de Santiago y cierra España se siguen preguntando cómo ese tío comunista con perilla, coleta y camisetas compradas en Alcampo ha sido capaz de sacar más de un millón de votos en las europeas.
Los que crean que todo se explica con sus apariciones televisivas se equivocan. También sale Juan y Medio todas las semanas y no me lo imagino formando grupo parlamentario. El fenómeno social de Podemos y de un tipo tan inteligente como Pablo Iglesias bebe de la insatisfacción y ha sabido capitalizar el descontento ciudadano en torno a una opción que ha jugado con la idea de una sociedad presuntamente arrasada por unas castas que le han arrebatado el poder al pueblo.