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La camiseta de la polémica

Rancio

Premisa necesaria (Necesaria de verdad): El Mani que va y saca un disco de Chill Out.

(INCISO: No es una suposición casual, tendrán que leer mi segunda novela cuando salga para entenderlo FIN DEL INCISO)

Pongamos de título “Chill'n'Mani”.

Pongamos que el hombre se ha calentado, que ha visto que ahí puede tener su hueco, que ha visto que Chambao se lo ha llevado calentito y se lo monta por ahí.

Me imagino al pobre, con su disco debajo del brazo, llamando a la puerta de Radio3; lo puedo ver intentando que le pinchen en el chiringuito de moda en Ibiza o en Tarifa; estoy seguro de que pelearía que “Chill’n’Mani” con su versión Lounge de “Candela Candela” se vendiera en los mostradores de los estudios de tatuaje y las tiendas de ropas para hipsters… Y claro, también me imagino las respuestas: “No”, “No”, “RequeteNO” e incluso algún “Salga del local”.

Que alguien, digamos “clásico” quiera mezclar su identidad con lo, digamos “moderno” no funciona, pero que un “moderno” utilice la cara de una virgen para vender camisetas sí pita, y resulta que es cool.

Bueno. Saben por donde voy supongo.

Por partes.

Explico.

Resulta que hay una marca que decide que mezclar una imagen de la ¿cantante? Madonna y el rostro de la Esperanza Macarena puede quedar sofisticado.

La consecuencia es que se arma revuelo y hay mucha gente que se siente ofendida. Misión cumplida para la marca.

Antecedentes mongolos.

Hubo hace unos meses una revista que decidió presentarse en Sevilla utilizando la imagen de otra virgen con igual efecto.

La consecuencia fue que se armó revuelo y mucha gente se sintió ofendida. Misión cumplida para la revista.

Error en el tiro o Lo peor de la camiseta es que es garrula.

A mí, si me preguntan, me parece mal porque por algo soy rancio claro, pero no por ofensivo, sino por pobre. Es un recurso tan limitado el de provocar, que me encantaría que nadie le prestara atención a estas estrategias, y me da pena que entremos, en vez de estar por encima.

Desde que los repetidores de mi clase se reían del gordito por ser gordito, elegí otro humor que no se basara en hacer daño. La revista en cuestión, tira más por el humor de malote de final de clase. Hay objetivos en sus páginas, de acuerdo, que se lo merecen, pero a mí no me va, sobre todo porque me parece poco ingenioso, lo peor que se le puede decir a un intento de humor. Y lo de la portada de la virgen, que es a lo que estamos, iba por ahí: Vamos a hacer gracia a unos fastidiando a otros. Y la variable religión además, nos dispara la polémica. Ecuación perfecta. Queda inaugurado este pantano.

“Señores: Llamamiento” o “Me enseñan el trapo y entro como un toro”.

Vamos a no ser brutos.

Para mí, la mejor defensa de la Semana Santa es ignorar estas estrategias y no convertirse en sevillanokosovares. Vamos a sublevarnos cuando prohíban los serranitos, cuando no haya gente viendo pasos porque no interesen o cuando no haya lista de espera para conseguir una caseta en la feria, pero no por provocaciones obvias.

Y que el que quiera vender camisetas o revistas que se tenga que preocupar de ser creativo y tener ingenio.

(INCISO: Me ha quedado el texto muy serio, para compensar, un chiste:

-Doctor, confundo los colores y los números.

-Vaya marrón

-Pues por el ++++ te la hinco FIN DEL INCISO)

Aun así, si los de la empresa de camisetas quieren seguir por la línea de mezclar Semana Santa y moda, y admiten sugerencias, por mí que fabriquen calzoncillos de esparto y que los prueben, que son muy cómodos.

Premisa necesaria (Necesaria de verdad): El Mani que va y saca un disco de Chill Out.

(INCISO: No es una suposición casual, tendrán que leer mi segunda novela cuando salga para entenderlo FIN DEL INCISO)