Quillo, Juanma, no me he visto en la lista; estoy preocupado

Las candidaturas del PP al Parlamento andaluz para las elecciones del 2 de diciembre por primera vez no van a tener la firma de Javier Arenas, el único presidente del PP andaluz que también ha sido líder de su partido. Los demás, Antonio Hernández-Mancha, Gabino Puche, Teófila Martínez, Juan Ignacio Zoido y Juanma Moreno han estado a la cabeza, pero nunca han tenido reconocida la autoridad para guiar al PP y, por lo tanto, tampoco la han ejercido.

El PP andaluz es un partido con direcciones provinciales más fuertes y compactas que su cúpula regional, porque estas obtienen mejores resultados electorales en las municipales que el que suman las ocho circunscripciones andaluzas en la competición autonómica.

Funcionan como reinos de taifas y sólo Arenas ha sido capaz de ponerlos en fila india cada vez que le convenía, aunque en sus últimos tiempos la hilera era romboide. Además, el político sevillano contaba con la total complicidad de la dirección nacional, tanto con José María Aznar como con Mariano Rajoy, con los que compartió estrategia, discurso y mando en la ejecutiva nacional.

Todo lo contrario le pasa a Moreno, más aún después de apostar por Soraya Saénz de Santamaría en el pasado congreso del PP que ganó Pablo Casado. Moreno perdió y con él todos los arenistas que se batieron el cobre por la ex vicepresidenta del Gobierno. El candidato a la presidencia de la Junta no ha podido ni siquiera conseguir que la portavoz del grupo popular en la Cámara andaluza, Carmen Crespo, encabece la lista de Almería, lo que hubiera sido lo lógico no sólo por su rango parlamentario, sino, sobre todo, por su trabajo. El mérito y la capacidad cotizan poco en política. La dirección provincial ha optado por la senadora Maribel Sánchez.

Tampoco el presidente del PP de Cádiz, Antonio Sanz, que coordinó la campaña de Santamaría, ha logrado vencer las resistencias de la dirección nacional de Pablo Casado para condicionar la candidatura gaditana y el número uno lo ocupa el alcalde de Vejer y secretario del grupo popular en el Senado desde julio pasado en sustitución de Arenas, José Ortiz. Este deberá abandonar el Ayuntamiento porque la ley Electoral andaluza prohíbe compatibilizar el puesto de alcalde con el de diputado.

El número uno de la lista de Jaén se cerró a altas horas de la noche del viernes, después de una negociación en la que intervinieron el secretario general del PP, Teodoro García Egea, y la secretaria general del PP andaluz, Loles López, que irá por Huelva. Será la vicesecretaria de Política Municipal regional, Maribel Lozano, la que figure en primer lugar, con la oposición de la dirección provincial.

En Sevilla, Casado ha impuesto al exalcalde de la capital andaluza y exministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, desplazando a la presidenta provincial, Virginia Pérez, también sorayista. En Córdoba, el exalcalde y exsecretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, será el número uno. Y en Granada, la portavoz de Educación del PP andaluz, Marifrán Carazo.

Como el capitán del Real Betis, Joaquín Sánchez, son muchos en el PP los que se van a preguntar por qué no están en las listas o van en puestos inseguros cuando los resultados, según las distintas encuestas, van a ser menguantes. Muchos se quejarán: “Quillo, Juanma, no me he visto en la lista; estoy preocupado”; pero sin guasa alguna, sobre todo para los que tienen un difícil retorno laboral, porque nunca han tenido un trabajo al que volver, una circunstancia que comparten con muchos de sus adversarios del PSOE.

Las listas populares a la Cámara autonómica parecen hechas no tanto para atraer a los votantes, ni para formar un grupo o grupito parlamentario cohesionado, como para gestionar el día después de un nuevo batacazo del PP en las elecciones andaluzas. “Están pensando más en el 3 de diciembre. Todo es un horror. Han destrozado las provincias en cuatro años y aquí o viene un líder de verdad, que no lo ha habido en este tiempo, o esto va a ser una olla a presión donde no sé si los que vamos a entrar en el Parlamento nos vamos a poder hablar entre nosotros”, asegura una fuente provincial.

Con la llegada de Casado, el PP se ha escorado aún más a la derecha y se ha apuntado a un tremendismo contra los socialistas andaluces que en las diez elecciones autonómicas anteriores nunca le ha dado resultado. Lejos de afinar el discurso, los agudos van a más hasta alcanzar la categoría de gallos. La exministra Tejerina inició la escala con su afirmación de que “en Andalucía te dicen que lo que sabe un niño de 10 años es lo que sabe un niño de ocho en Castilla y León”. Siguió García Egea: “Los andaluces no tienen culpa de tener un Gobierno de Susana Díaz que se gasta más en prostitución que en educación”; y lo culminó este sábado Pablo Casado al comparar al Gobierno andaluz con “la Cuba castrista”. Seguramente lo dijo porque el día que explicaron sistemas políticos no acudió a clase.

Juanma Moreno, desde antes de que Rajoy lo señalara con el dedo para sustituir a Zoido al frente del PP andaluz, viene repitiendo que abandonará el cargo si no consigue alcanzar la presidencia de la Junta tras dos intentos. Es probable que lo haga sin necesidad de que lo empujen. En cualquier caso, no se merece que por lo bajini lo suyos anden diciendo “pobre Juanma”.