Cerezas de altura para sustituir al ladrillo
La zumba, la zumi, la starky, la hudson o la silvia: todos estos nombres conforman, durante julio y agosto, el mundo de los vecinos de Güéjar Sierra (Granada), una localidad que apenas supera los 3.000 habitantes y que se ha convertido en un referente nacional en el mundo de las cerezas con variedades como 'La Urbana', que espera contar el próximo año con el sello de Denominación de Origen de Andalucía, según cuenta su creador Juan Manuel Martín, de Cerezas Sierra Nevada.
Granada, además de tener las cerezas de más altura de Andalucía, es una de las mayores productoras de cerezas de la comunidad autónoma con más de tres millones de kilos (el 52% de la producción regional) que cada año se venden en los mercados españoles y portugueses. La cosecha de Güéjar Sierra es la estrella indiscutible a finales de verano porque sus cultivos a más de mil metros de altitud hacen que la maduración sea tardía y que sus frutos soporten mejor los largos traslados. En Güéjar “todas las familias tienen algo que ver con las cerezas y sacan un buen sobresueldo de esta fruta”, explica Estela González, teniente de alcalde la localidad. “Las fiestas del pueblo giran en torno a la cosecha y si el año ha sido bueno, se nota mucho”, apostilla Juan Manuel Martín, quien asegura que “la temporada pasada la cereza dejó aquí 2,5 millones de euros”.
El presidente de la empresa Cerezas Sierra Nevada presume de que su tierra no es la que más produce de Granada (algo más de un millón de kilos), pero sí la de mayor calidad, “la que antes desaparece en las subastas para los hoteles de la costa de Málaga, Cádiz o Valencia y la de un sabor más particular por su clima de altura con cambios bruscos de temperatura que potencian los azúcares”. También “por el agua del deshielo de Sierra Nevada”, añade la concejala, “además de por unos terrenos que no han sufrido contaminación al estar enclavados en el Parque Natural”.
La temporada de la cereza es una fiesta en Güéjar Sierra. “En la plaza del pueblo a las doce del mediodía”, relata Martín, “sólo se ve a los abuelos”. Un lugar que a las cinco de la mañana “está lleno de gente esperando trabajo y para los que siempre hay. Mujeres, niños, hombres… En esta época todo el mundo saca algo. De las 400 familias que estamos, en cada una entran aproximadamente unos 4.000 ó 6.000 euros, entre jornales y venta de fruta”. Y es que la cereza es esencial para esta economía local que cayó en picado con la construcción.
'Las Urbanas'
'Las Urbanas'Ascensión Salmerón es una de las agricultoras que al heredar “un terrenillo” de su suegra se lanzó a la aventura del cultivo. “Al principio todo eran gastos, pero ahora ya tenemos unos 8.000 kilos de producción y estamos investigando para montar una especie de invernadero y plantar una variedad nueva que se recoge en abril”. En esta familia, los 16.000 euros anuales que les deja la cereza “ayudan a las pagas que tenemos” y además, permiten la contratación de otras cuatro personas en temporada.
“Este año”, sonríe Martín, “ha habido cerezas hasta en el tronco de las higueras”. La superproducción no tiene gracia porque “hace que baje el precio y nos están pagando a dos euros el kilo”. Sin embargo, la alegría del agricultor viene por otro lado. “Cuando se hayan terminado en el Valle del Jerte y en otras zonas de España, ”nosotros empezamos a recoger las más tardías, y ahí es cuando nivelamos los precios, porque para mediados de agosto somos de los pocos que tenemos cerezas“. El padre de 'Las Urbanas' por el apodo 'Los Urbanos', como se conoce a la familia en el pueblo, está contento. ”Mi padre“, cuenta, ”nos dejó un cortijo con cerezos que ya tenían cincuenta años y que daban unos frutos únicos: hemos ido dando e injertando y ahora estas cerezas son las que esperamos tengan la denominación de origen para la próxima temporada“. El orgullo se le escapa entre las palabras, ”porque de estas ya tiene todo el pueblo y ahora las van a reconocer“.
La cereza de Güéjar ha cogido tal altura que este año sus Jornadas Gastronómicas cumplen cuatro años con actividades durante las tres primeras semanas de julio que van desde conciertos hasta cursos de cocina y menús especiales en los restaurantes. De este modo, en Sierra Nevada la estrella hasta el 20 de julio son platos como arroz con leche y cerezas, carnes con salsa de cereza, pato confitado a la cereza, mermeladas… Y hasta gintonics y mojitos de esta fruta. “Por eso aquí”, concluye la responsable política, “siempre decimos que de esto sabemos mucho”.